El domingo por la mañana nos despertamos con música de la región del Punjab resonando por toda la calle.

Desde hace tres años vivo con mi familia en el barrio de Parc Extension, en Montreal. De hecho, Parc Extension es el barrio de integración de las comunidades sudasiáticas. Las celebraciones religiosas se celebran a menudo delante de nuestra casa, ya que nuestro edificio está situado frente al templo hindú y sij.

Esta mañana salí a conocer a mis vecinos sijs. Aprendí varias cosas, de hecho a diferencia de la religión hindú, el sijismo es una religión monoteísta. Su única devoción es el libro de Guru Ravidass, que fue un poeta-santo indio y místico del movimiento Bhakri del siglo XI. Se le reconoce como una figura espiritual y un importante reformador. Enseñó la supresión del sistema social de castas, de las divisiones de género y promovió la unidad en la búsqueda de la libertad espiritual personal. Por ello, los sijs no reconocen el sistema de castas indio y se oponen decididamente a él.

Además, aprendí que el sijismo se fundó sobre el concepto de la igualdad de derechos para todos. Del mismo modo, los sijs no creen en la adoración de ídolos ni en rituales mágicos. Esta religión es una forma de ser, y promueve al servicio de las comunidades la tolerancia y la hermandad hacia todos, por lo que fui recibida con los brazos abiertos por mis vecinos, que estaban de fiesta en la calle y me ofrecieron varios sabrosos platos del Punjab.