Javier Belda

La disonancia cognitiva es un síndrome extendido como una gran pandemia creciente. Cuando millones de personas tienen problemas personales estamos ante un problema social.

Mientras tanto se está facilitando la destrucción psíquica de toda una generación y el surgimiento de nuevos poderes económicos que medran vilmente con la angustia y el abandono psicológico de millones de seres humanos. Muchos se preguntan ahora a qué se debe el crecimiento de la violencia en los jóvenes, como si no hubieran sido las viejas generaciones y la actual que detenta el poder, las que han perfeccionado una violencia sistemática aprovechando inclusive los avances de la ciencia y la tecnología para hacer más eficientes sus manipulaciones. [1]

La cuestión geopolítica llega a las personas a través de noticias descontextualizadas de Google, de mensajes emergentes en el teléfono, de Youtube, de X, Facebook, Instagram, la TV, etc. Busques o no esta información, la IA se encargará de suministrarte «tus temas favoritos». O nos llega mientras estamos en el bus o en el trabajo por una conversación de otros. Es decir, se filtra en nuestras vidas sin saber muy bien cómo.

«Está claro que Irán patrocina el terrorismo y que Putin es malvado, pero no me preguntes más… No sé ni dónde lo escuché ni qué argumentos tengo para decir tal cosa», vox populi dixit.

Si a eso le sumamos que en muchos países se han prohibido las noticias de «los otros ‘.ru ‘», que son completamente contrastadas respecto a las occidentales, nos hacemos una idea de la ciénaga en la que nos han metido.

Además sucede que no hay ninguna hora de las 24 que tiene un día donde la gente tenga el propósito de elevar su nivel atencional.

Así todo resulta confuso, una confusión que se da en medio del desinterés. Los jóvenes bastante tienen con estudiar, trabajar, divertirse, relacionarse, como para tener un poco de interés por la geopolítica.

Estos jóvenes son votantes una vez cada cierto tiempo, pero denotan tendencias constantemente con sus clicks y likes en las redes en las que están y los temas que les interesan.

Es a partir de todo ello que la monstruosidad geopolítica actual puede mantenerse vigente.

Para los que tienen un poco de interés la geopolítica no es tan complicada. Pero si desconoces muchas cosas del pasado, deberás estudiar aprendiendo a distinguir las fuentes confiables de la propaganda inconsistente. En occidente –cada vez más– el falso relato lo tiñe todo, desde Hollywood hasta las enciclopedias y las aulas universitarias. Va más allá de ser falso para ser grotesco y disociado… Para terminan diciendo que lo que no va es tomarse en serio esta cosas, «que no seas tan cafre, de esos asuntos ya se ocupan los políticos… ¿acaso quiere ser usted un político? ¿No verdad? ¡Pues a lo suyo!».

En cambio, las élites que ejercen el control social sí se toman muy en serio estas cosas. Desde mediados de la década de 1970, dos corporaciones: The Vanguard y Blackrock han engullido a la mayoría de las empresas del mundo. Un puñado de megacorporaciones privadas dominan todos los aspectos de nuestras vidas; todo lo que comemos, bebemos, vestimos o utilizamos de una forma u otra.

La historia contada por Hollywood sobre como los aliados vencieron al nazismo, es un claro ejemplo de adulteración histórica, ya que muchos países impulsaron el nazismo para tratar de invadir Rusia y así apropiarse de sus enormes recursos naturales. La idea de fragmentar a Rusia viene de lejos y sigue en pie hoy en día. [2]

Solo hace 80 años, en 1943, las tropas soviéticas derrotaron al Ejército nazi en la batalla de Kursk, cambiando el rumbo de la Segunda Guerra Mundial.

Esa batalla, considerada una de las más sangrientas en la historia de la humanidad, duró 50 días y culminó con el triunfo del Ejército Rojo. En las hostilidades participaron más de cuatro millones de personas.

La batalla fue un gran golpe para la moral de la Wehrmacht y marcó el inicio de un avance soviético que no mermaría hasta la toma de Berlín.

Oleg Yasinsky, en su artículo La victoria sobre el nazismo: un apocalipsis cognitivo, expone el modo en que se está tratando de ningunear a Rusia en la derrota histórica del nazismo. [3]

Un giro aún más demencial es el que están dando algunas repúblicas exsoviéticas abrazando la causa nazi para soslayar los derechos y libertades de su población, con Ucrania como abanderada. Pero de esto también hay antecedentes, ya que la OTAN nació con el cometido de contener la llamada amenaza soviética, lo que la puso en relación con el proyecto nazi.

El corazón de la Segunda Guerra Mundial estaba en el Este, donde Hitler, con el apoyo financiero de los principales capitalistas occidentales, prometió destruir lo que catorce estados capitalistas no habían podido erradicar a raíz de 1917: el socialismo realmente existente. [4]

El factor histórico es lo que hace a la geopolítica complicada, porque va unida al relato impuesto que se puede remontar decenas, cientos o miles de años. Por eso en la corriente de pensamiento del Humanismo Universalista se estudia la historiología.

En conclusión, la disfunción atencional, la falta de interés y de sensibilidad es una enfermedad creciente y el caldo de cultivo para que los criminales que organizan la violencia actual puedan seguir impunemente sembrando el caos.

¡Tenemos mucho trabajo si queremos! Y es urgente, como sabemos, la monstruosidad campa a sus anchas. !

Les invito a nuestro canal de Telegram Nuevos Paradigmas, en el que junto a otros canales amigos trabajamos a diario en la construcción de la otra narrativa desde occidente, el cual vive hoy uno de sus momentos más oscuros.

En paralelo a la red social Telegram, estamos sentando las bases del Movimiento Asamblea Humanista, te invitamos a ser parte en esta construcción.


1: Silo Cartas a mis amigos. Décima carta. Algunos campos importantes en el fenómeno de la desestructuración. Silo.net

2: https://noticiaslatam.lat/20161010/invasion-napoleon-rusia-hitler-suecia-1064017412.html

3: https://actualidad.rt.com/opinion/oleg-yasinsky/512025-victoria-nazismo-apocalipsis-cognitivo

4: https://observatoriocrisis.com/2024/09/06/las-raices-nazis-de-la-otan/

 

El artículo original se puede leer aquí