Como esto es una pieza de opinión (1) y como creo necesario sincerar el trasfondo desde el que se opina, aclaro la reformulación que hago del “dime con quién andas…”: aprendí hace muchos años que donde apunta el interés, va el cuerpo. Y el interés está estructurado por la creencia. No me interesa lo que no creo, lo que no forma parte de mi mirada, de mi experiencia.

Dicho de otro modo, no hago lo que no busqué. O desde otro ángulo, no hago lo que no pensé.

Claro está que en materia humana todo es relativo, de modo que los refranes o aforismos tienen un carácter general que admite excepciones. Con alta frecuencia, las excepciones se plantean desde un paisaje individual y no pocas veces, como excusa o justificación.

Al grano. Ya no se trata de que Gaza es todo lo que se ha dicho y más (como crítica), sino que se sintetiza en una clara sensación de asco por donde se aborde el problema.

El estado de Israel, o sea su gobierno (no generalizo por los israelíes ni por los judíos) y en especial los sionistas (ruego no generalizar a los israelíes ni a los judíos) prometieron demoler Gaza.

Tanto paréntesis obliga a aclarar que la confusión semántica entre “semita” y sionista es una extensión indebida y maliciosa. No obstante, resulta coherente con la vivencia que el judaísmo tiene del no-judío a quien se califica como “goi”. Y no es una simple diferencia sino, más bien, una advertencia de que se puede convertir en enemigo, en “antisemita”.

Los medios estadounidenses (que pomposamente excluyen a Latinoamérica de lo que ellos autocalifican como “América”) han establecido que el antisionismo es antisemitismo. Que tampoco es tal porque mientras el antisemitismo busca el exterminio del pueblo judío, quienes se oponen a la política sionista no buscan el exterminio de los sionistas sino sólo que cesen con la masacre del pueblo palestino que ya lleva más de medio siglo.

Esto es claro y distinto: hay una masacre deliberada perpetrada por la Fuerza “de Defensa” de Israel, que paradojalmente viene atacando a los palestinos desde mediados del siglo pasado.

La otra paradoja es que los palestinos son semitas también, de modo que ¿quiénes son los antisemitas?

Me eximo de entrar en detalles de geopolítica porque no es lo que me interesa. La semántica envuelve la geopolítica y cimenta las creencias que distorsionan los hechos.

Así como semitas hay de los dos lados pero un lado se arroga esa identidad, todo es ideologizable, sobre todo cuando juegan las emociones que buscan cobertura en campos más amplios de significado para justificarse y no entrar en cuestión, evitando verse como son y viven/sienten. Un bucle de refuerzo de la propia creencia como los que ejercemos a cada instante.

El hecho es que no hay la guerra que proclaman y mucho menos, la defensa, porque según el derecho internacional que Israel proclama en su favor, lo viola en favor de su interés (que no le hace favor alguno, también aprendí que cuando uno fuerza algo tendrá que atenerse a las consecuencias).

Una guerra es entre dos estados con sus ejércitos. Hamas es una organización armada que por mi tierra llamaríamos guerrillera, no un ejército. Que ejerza el gobierno de la Franja no convierte al brazo armado en ejército. La pelea entre los estados y las organizaciones guerrilleras es asimétrica en todo sentido, y como también sabemos por estas tierras, la calificación de terrorista responde a otro dicho que de niño enarbolábamos como defensa ante el insulto: “el que lo dice, lo es”, una profunda reflexión freudiana de la espontánea sabiduría infantil.

Es difícil enfrentarse con un enemigo así e Israel lo sabe, por algo construyó el sistema de seguridad territorial más celoso del mundo. Pese a una frontera excluyente que convirtió a Gaza en un appartheid (tampoco aceptado por el derecho internacional) que no podía ser violada ni por un perro, los “cerebros” de Hamas pudieron llevar a cabo un “ataque” de lamentables consecuencias.

Un horror muy lamentable y repudiable los muertos y los rehenes, incuestionable, pero ¿realmente se puede creer en una distracción de la seguridad israelí?

Sobre todo, estando en conocimiento, según se supo, diez días antes (2) ¿dejaron la frontera bajo control de sistemas electrónicos? ¿En serio lo dicen?

Se sabe que desde tiempos remotos existen las operaciones de “falsa bandera” y ésta fue perfeccionada porque la bandera no era falsa. Pero el origen de esa bandera parece manchado por la mano del Mossad en su origen, para contrarrestar la OLP de Arafat (3). Historia conocida, suena a Al Qaeda y el entrenamiento por la CIA ¿no? Mossad, CIA, todos parientes. Y en el camino queda una larga fila de cadáveres, no importa de qué bando, y de cadáveres de inocentes a los que califican de daños colaterales.

Pero vayamos a lo patente: el “cuerpo” de Israel, materializado en las FDI, ocupó Gaza. Aún aceptando que fue una maniobra de defensa, no se puede aceptar la masacre de civiles, de mujeres y niños, el bombardeo de hospitales y escuelas. Y no sólo palestinos, han truncado las vidas de los voluntarios extranjeros pacifistas, como la inolvidable Rachel Corrie a la que masacraron con un bulldozer porque se oponía a una demolición. Que de eso se trata: porque para defenderse de los terroristas bastaba con cazarlos, pero demoler toda construcción gazatí, ya es otra cosa.

Vuelvo al comienzo: ponen el cuerpo en Gaza y demuelen todo. ¿Algo nuevo? No, los colonos lo hacen todos los días. Masacran con cuenta gotas, las FDI “se equivocan”, y así van desalojando la ribera occidental, el famoso “West Bank”, y los “asentamientos” (ilegalizados por la justicia israelí) se multiplican.

Claro, del otro lado del Jordán no hay terroristas. En Gaza los hubo y justifican la masacre preventiva para que no se reproduzcan, no sólo para eliminarlos. Y van dejando las ruinas libres. En unos meses no habrá más chance que proceder a ocuparlas y sigilosamente y sin disimulo, brotarán los “asentamientos”.

Así que, si bien toda guerra es por territorios, ésta (que no es guerra) es una guerra inmobiliaria.

En realidad, es una operación de la Bibi’s Real Estate Co. para dejar el terreno libre a la “colonización”. Tampoco nada nuevo, en las grandes ciudades de EEUU se intima el desalojo de complejos habitacionales alegando fallas estructurales de los edificios, para poder demoler y construir lujosos “condominions”. La tragedia de Gaza no es más que la importación israelí (recuerdo que no me refiero al pueblo) de un modelo de negocio inmobiliario estadounidense.

Si bien toda guerra es asquerosa, esta renovada (y aparentemente final) agresión al pueblo palestino, supera las posibilidades del asco por donde se la mire: negocio en la reconstrucción y negocio en la demolición, porque la industria bélica estadounidense no para de vender. Negocio para los colonos que entrarán como salvadores para la reconstrucción; y también para Bibi y su gente, aunque les cueste el prestigio y el gobierno. Total, quién les quita lo bailado.

Y ni siquiera es un genocidio porque quienes manejan los rótulos, que no tienen que ver con quienes tendrían que manejarlos, lo niegan. Y no sólo ellos sino gentes bien pensantes cuyas emociones promueven nubes ideológicas que proyectan un velo semántico sobre la masacre. Cada quien con su conciencia.

Lo cierto es que al día de hoy más del 10 % de la población gazatí ha sido eliminada, y el resultado según el objetivo fijado, es que ha muerto un guerrillero por cada 9 civiles (4).

Otra vez, “donde pongo el ojo, pongo la bala” y siendo que mi ojo está guiado por un interés, y éste orienta el cuerpo, la bala la pongo para poder poner el cuerpo. De modo que no parece que la cacería de Hamas sea el objetivo como dicen. Más parece que Hamas es un “daño colateral” del ataque al pueblo palestino. Una buena excusa para lo que buscan desde siempre: desalojar Palestina. Desde el río y hasta el mar, todo para Israel. Los sucesivos mapas del territorio ocupado lo muestran con claridad.

Por fin, lo que no lograron con las armas, se lo dejan a la hambruna.

Pero aún así, dicen que no es genocidio. Que es sólo el ejercicio del derecho de defensa… contra un pueblo inerme que cometió el crimen de heredar la tierra de sus ancestros.

[1] Para información objetiva, consultar las notas de Javier Tolcachier: Israel / Palestina: La violencia es un árbol putrefacto que solo da frutos envenenados (pressenza.com)

Dejar atrás la ley del Talión (pressenza.com);

[2] Tharoor, Ishaan (30 de julio de 2014). «How Israel helped create Hamas». The Washington Post. Archivado desde el original el 13 de agosto de 2015. Consultado el 15 de enero de 2018, citado por Wikipedia (Hamas), consultado 15/09/2024; Avner Cohen en la entrevista del Wall Street Journal citada por Tharoor: https://web.archive.org/web/20150719201024/http://www.wsj.com/news/articles/ SB123275572295011847, consultada 15/09/2024.

[3] Egypt intelligence official says Israel ignored repeated warnings of ‘something big’ | The Times of Israel

Consultado 15/09/2024

[4] Para cifras actualizadas: //x.com/AkademiskC/status/1831523086799134720; https://t.me/HispanTVcanal/89225