La Convención Nacional Demócrata que se realizó este año en la ciudad de Chicago ha sido un evento de cuatro días de duración destinado a propulsar la candidatura presidencial de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. Muchos de los delegados presentes en la convención, provenientes de todo el espectro de la llamada “gran carpa” del Partido Demócrata —entre ellos estadounidenses de origen árabe, afroestadounidenses, judíos estadounidenses, sindicalistas y jóvenes— apoyan un alto el fuego en Gaza.
Muchos de estos delegados decidieron usar kefias, el tradicional pañuelo palestino, con la inscripción “Demócratas por los derechos del pueblo palestino”, mientras que otros llevaban pines que exigían un embargo de armas contra Israel, con el lema “Ni una bomba más”. Una clara mayoría de demócratas aboga por un alto el fuego en el enclave palestino y por la liberación de todos los rehenes secuestrados por Hamas que permanecen retenidos allí.
En febrero, al tiempo que aumentaba el número de muertes en Gaza, un grupo de activistas comenzó a construir el Movimiento Nacional por el Voto No Comprometido, una exitosa campaña que tenía como objetivo que la gente emitiera su voto en las primarias demócratas bajo la opción de votante “no comprometido” con ningún candidato en lugar de apoyar a Joe Biden, en señal de protesta por el apoyo de Estados Unidos a la guerra de Israel. Como resultado de esa campaña, más de 30 delegados de ese movimiento han estado presentes en la Convención Nacional Demócrata.
Una de las principales demandas del movimiento era que se incluya a una persona palestino-estadounidense como oradora en el escenario principal del evento. Después de que la dirigencia del partido rechazara el miércoles esta demanda, los delegados del movimiento por el voto no comprometido iniciaron una sentada pacífica de protesta en las afueras del United Center, el recinto donde se realizaba la convención.
Dentro del estadio, los delegados presentes escucharon a Stevie Wonder interpretar una de sus canciones más emblemáticas, “Higher Ground”, cuya segunda estrofa reza: “Los poderosos siguen mintiendo, mientras tu gente sigue muriendo”. Luego, los asistentes escucharon los discursos de la conductora de televisión Oprah Winfrey, del expresidente Bill Clinton y del actual gobernador de Minnesota y compañero de fórmula de Kamala Harris, Tim Walz. Fuera del estadio, mientras tanto, activistas del Movimiento Nacional por el Voto No Comprometido, provenientes de diversas partes de Estados Unidos, tomaban la palabra:
“Me llamo Ruwa Romman. Soy miembro de la Cámara de Representantes del estado de Georgia. Soy una legisladora electa del Partido Demócrata. […] No estamos aquí para crear divisiones. Como mis colegas han dicho una y otra vez, la única razón por la que estamos aquí es para asegurarnos de que Donald Trump nunca llegue a la Casa Blanca y para salvar las vidas de las personas que amamos. Sin embargo, el mensaje que dio hoy mi partido es que puede incluir la voz de republicanos antiabortistas, ¿pero no puede incluir a una funcionaria elegida por el voto popular como yo?”.
En cuanto a la demanda de incluir como oradora en el escenario central del evento a una persona palestino-estadounidense, Romman expresó:
“Hubiera sido un gesto realmente hermoso para demostrar que a este partido le importan los llantos de los niños o niñas israelíes de la misma manera que le importan los llantos de los niños o niñas palestinos. No estamos pidiendo demasiado”.
A continuación habló Sabrene Odeh, una delegada palestino-estadounidense del estado de Washington:
“¿Cuántos palestinos más tienen que morir para que el Gobierno estadounidense deje de enviar armas para matarlos? ¿Qué más tenemos que hacer?”.
Mientras algunos delegados abandonaban el United Center tras el discurso de aceptación de Walz como candidato a vicepresidente, otros visitaban la sentada de protesta. Entre estos últimos se encontraba la congresista del estado de Minesota Ilhan Omar, una mujer musulmana que huyó de la guerra en Somalia cuando era niña. Omar expresó:
“Los amo a todos… No se trata solo de ganar votos. Se trata de ser coherentes con lo que decimos acerca de cuidar a nuestro prójimo, mostrar empatía y tener compasión. Si eso es lo que somos como demócratas, entonces no hay ninguna compasión en continuar financiando esta guerra genocida. No hay compasión en apartar la mirada de los montones de cadáveres que se han ido acumulando durante los últimos diez años. No hay compasión ni empatía en el hecho de mantener este ‘statu quo’. Mostramos compasión y empatía si admitimos que un alto el fuego [en Gaza] solo será posible si utilizamos la influencia que poseemos. Y la mayor influencia que tenemos es dejar de enviar bombas”.
Varios demócratas judíos también acompañaron o participaron en la sentada, entre ellos, Lily Greenberg Call, la primera persona judía designada por Biden que renunció a su cargo en señal de protesta por la postura del Gobierno estadounidense respecto a Gaza.
“Renuncié en protesta por el apoyo incondicional del presidente [Biden] al ataque de Israel contra Gaza. […] Nosotros, como pueblo judío, sabemos lo que es ser perseguido, sabemos lo que es ser víctima de la violencia patrocinada por el Estado, sabemos lo que es que un país entero esté empeñado en tu exterminio. Eso es lo que aprendí acerca de ser judía: como judía, tengo el compromiso de apoyar a otros pueblos [que se encuentren en situaciones similares]”.
Al cierre de esta edición, el Comité Nacional Demócrata continuaba con la negativa de incluir a una persona palestino-estadounidense como oradora en el escenario principal de la convención y la sentada de protesta también contnuaba. Mientras los delegados del movimiento por el voto no comprometido continuaban con la dolorosa tarea de contar los cadáveres de amigos y familiares muertos en Gaza, los líderes del Partido Demócrata presentes en la Convención Nacional de Chicago se dedicaban a contar votos.