El conflicto en el este de la República Democrática del Congo (RDC) alcanzó un punto crucial con el reciente acuerdo de cese al fuego entre la RDC y Ruanda. Este acuerdo es el resultado de la segunda reunión ministerial sobre la situación de seguridad y paz en el este de la RDC, que se llevó hace una semana atrás en Luanda, Angola. Las conversaciones fueron conducidas por el ministro angoleño de Relaciones Exteriores, Téte António, quien ha desempeñado un papel fundamental en la mediación del conflicto.
La reunión ministerial contó con la participación de la titular de Estado y de Asuntos Exteriores, Cooperación Internacional y Francofonía de la RDC, Théresé Wagner, y el ministro de Asuntos Exteriores de Ruanda, Olivier Nduhungirehe. Ambos funcionarios se reunieron con el presidente angoleño, João Lourenço, en el Palacio Presidencial de Ciudad Alta. Este encuentro fue una continuación de la primera reunión ministerial que tuvo lugar en Luanda el 21 de marzo de este año, donde se estableció la necesidad de un cese de hostilidades y un alto al fuego.
Durante las conversaciones, ambas partes acordaron varios puntos clave. El gobierno de la RDC presentará un plan y un calendario para la neutralización de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), y en respuesta, Ruanda revisará su postura en materia de defensa y seguridad. Este acuerdo tiene como objetivo principal detener el apoyo mutuo a los grupos rebeldes que han intensificado el conflicto: Kinshasa acusa a Kigali de apoyar al Movimiento 23 de Marzo (M23), mientras que Kigali sostiene que la RDC respalda a las FDLR.
El cese al fuego, que entró en vigor a las 00:00 horas del 4 de agosto, será supervisado por un mecanismo creado específicamente para este propósito. La Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la RDC (Monusco) ha manifestado su disposición a participar en este mecanismo. Bruno Lemarquis, representante especial adjunto del secretario general de la ONU en la RDC y jefe en funciones de la Monusco, destacó que este paso podría favorecer una desescalada del conflicto y permitir el retorno seguro y digno de los desplazados.
La comunidad internacional ha acogido positivamente el anuncio del cese al fuego. La Unión Europea y otros entes regionales han exhortado a una implementación rápida y completa de todas las decisiones acordadas. Además, la ONU ha reiterado su compromiso de apoyar los esfuerzos para restablecer la paz, la seguridad y la estabilidad en la región. Los medios congoleños han destacado el respaldo de la Monusco y la disposición del bloque europeo a prestar asistencia conforme a la estrategia de la Región de los Grandes Lagos.
Vale recordar que, desde finales de 2021, la provincia de Kivu Norte ha sido escenario de enfrentamientos entre las fuerzas armadas de la RDC y los rebeldes del M23, lo que ha generado una situación humanitaria crítica. Recientes informes de expertos de Naciones Unidas han confirmado la participación de militares ruandeses en el conflicto, así como la cooperación tecnológica y de inteligencia entre las partes. Una tregua humanitaria propiciada por Estados Unidos ha estado en vigor desde el 5 de julio, pero ambas partes se han acusado mutuamente de violarla.
El cese al fuego acordado en Luanda representa un avance significativo hacia la resolución pacífica de este conflicto prolongado, y se espera que contribuya a la estabilidad y la seguridad en la región.