¿Se imaginan tener la tarea de vigilar y conservar un área superior al tamaño total de Brasil, el quinto país más extenso? Esa es la titánica labor de los guardaparques latinoamericanos que cuidan más de 8.8 millones de kilómetros cuadrados, entre áreas protegidas terrestres y marinas, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Por: Mongabay Latam – desInformémonos.
En el Día Internacional del Guardaparque, que se celebra cada 31 de julio desde 1992, Mongabay Latam reconoce su trabajo compartiendo cincos historias que hemos realizado sobre su importante función.
En estas historias se destacan las acciones de conservación de especies y ecosistemas que realizan los guardaparques, las amenazas de seguridad que enfrentan en Latinoamérica y las difíciles condiciones que enmarcan su labor.
Estas cinco historias destacan la labor de guardaparques mujeres, de aquellos que protegen las áreas protegidas marinas y de los que defienden los ecosistemas pese a estar en zonas de guerra y bajo amenaza.
A continuación podrás conocer cinco experiencias de conservación y resiliencia de los guardaparques latinoamericanos.
1. Las mujeres que custodian cuatro áreas naturales protegidas de Latinoamérica
Para este artículo, Mongabay Latam entrevistó a cuatro mujeres guardaparques en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Su trabajo es inspirador y permite la conservación de ecosistemas, pero también tiene un costo personal. En algunos casos, las mujeres guardaparques deben dejar solos a sus hijos por dos o tres semanas, mientras enfrentan los delitos ambientales.
Su trabajo cubre todos los campos de la conservación. Por ejemplo, en Colombia, la bióloga marina Elizabeth Hernández ha protegido los océanos en el Parque Nacional Tayrona y el Parque Nacional Gorgona, mientras que Mayra Velasco es una bombera forestal en el Parque Nacional de Cotopaxi en Ecuador. En Bolivia, Beatriz Martínez Gonzáles también enfrenta al fuego en los bosques, su pasión es observar el oso de anteojos en el Área Nacional de Manejo Integrado El Palmar, en Chuquisaca.
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2. La difícil y fascinante tarea de proteger los mares
La protección de las áreas protegidas marinas tiene sus propios retos. Uno de ellos es la inmensidad de las zonas a proteger.
En Latinoamérica y El Caribe, las áreas protegidas marinas y costeras cubren 559 741 000 hectáreas, lo que significa el 24.44% de la extensión de mares y zonas costeras de esta región, según la Base de Datos Mundial de Áreas Protegidas (WDPA, por sus siglas en inglés).
Mongabay Latam entrevistó a cinco guardaparques de áreas protegidas marinas y costeras en Colombia, Ecuador, Perú y México. Estas conversaciones nos permitieron conocer experiencias únicas.
En Colombia, la bióloga marina y guardaparque en el Parque Nacional Natural Corales de Profundidad Keyla Gómez nos contó que el área protegida está lejos, a más de dos horas de la costa y que su labor incluye controlar la pesca ilegal y la presencia de especies invasoras, pero también momentos mágicos como el haber observado a más de 100 delfines nadar y saltar.
Jennifer Suárez, guardaparque del Parque Nacional Galápagos en Ecuador, se encarga de monitorear poblaciones de tiburones, corales e iguanas de la zona. Asimismo, Carlos Saldaña, ingeniero forestal y guardaparque de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras (RNSIIPG) en Perú, hace un monitoreo de las ballenas jorobadas que recorren las costas peruanas con drones, entre otras herramientas, y señala que vigilan los daños de los derrames petroleros en la zona.
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3. México: guardaparques trabajan en la conservación de ecosistemas sin contar con buenas condiciones laborales
Mongabay Latam habló con el biólogo Felipe Otoniel León Ángel, el primer mexicano en recibir el Premio Internacional para Guardabosques, entregado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Comisión Mundial de Áreas Protegidas (CMAP). El guardaparques trabaja desde hace más de una década en el Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir, ubicado al norte de la Península de Baja California.
León Ángel busca crear una asociación civil que luche por los derechos laborales y la formalización de los guardaparques, que no cuentan con prestaciones sociales.
El guardaparques mexicano también señala que su trabajo cuenta con retos como combatir los incendios forestales. “Entre menos agua y humedad tenga el bosque, los incendios serán cada vez más intensos”, dice.
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4. Los guardaparques del Yasuní en Ecuador han sido clave para estudiar el futuro de las mariposas en el mundo
En 2016 inició un proyecto de monitoreo en el Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana, para entender el declive poblacional de las mariposas a nivel global. Solo en el Yasuní hay más de mil especies de mariposas, por lo que es clave su estudio en este lugar para entender más sus características y factores que las amenazan.
Mongabay Latam habló con varios de los guardaparques de la zona, incluida Silvia Campos, del Programa de Monitoreo Estandarizado de Lepidópteros. Campos dice que es muy bello poder observar sus colores y tocarlas, sentir el detalle de sus alas.
Entre los factores que estudian los guardaparques y científicas son los datos de calentamiento global y de larga data para entender tendencias y el papel que tiene el clima en el declive de la población de mariposas.
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5. Violencia en la Amazonía de Colombia: guardaparques desplazados y 14 áreas protegidas disputadas por grupos armados ilegales
Asesinatos, amenazas, expulsiones y la destrucción de puestos de control son una parte de la violencia con la que tienen que lidiar los guardaparques que protegen la Amazonía de Colombia. Estos hombres y mujeres, que cuidan 14 áreas protegidas amazónicas contra la deforestación, el cultivo de hoja y la minería ilegal ejercen su trabajo en territorios dominados por grupos armados ilegales. Esto fue lo que encontró Mongabay Latam en una investigación realizada en 2023 de la mano de los medios colombianos Rutas del Conflicto y La Silla Vacía.
Se reveló que 35 de los 39 municipios que albergan las catorce áreas protegidas son controlados por las disidencias de las FARC, con una mayor presencia del Bloque Suroriental y la Segunda Marquetalia, y que en los últimos cinco años se han reportado al menos 15 amenazas contra los guardaparques que vigilan las áreas protegidas de la Amazonía de Colombia. Esta violencia tan arraigada ha llevado a que algunos guardaparques sean declarados objetivos de guerra o que tengan restricciones de ingreso a varios parques nacionales. Por eso les llegan panfletos amenazantes, les han saqueado y quemado puestos de control. Pese al contexto de inseguridad en el que realizan su trabajo, no cuentan con buenas condiciones laborales ni con suficiente presupuesto o personal.
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Foto principal: Mayra Velasco y sus compañeros en el Parque Nacional de Cotopaxi, en Ecuador. Foto: Archivo personal.
Publicado originalmente en Mongabay Latam