El actual conflicto armado en Sudán ha devastado las vidas y el futuro de millones de niños, con escuelas destruidas o cerradas y más de 17 millones de menores en edad escolar sin acceso a la educación formal.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Sudán encara una de las crisis educativas más graves del mundo, con unos cinco millones de niños desplazados por el conflicto.
Asrar Saber Essam, Estudiante desplazada, señaló: «He perdido mi vida normal y mis sueños se han hecho añicos. Aspiraba a ser médica, pero con el cierre de la escuela siento que mi futuro y el sentido de la vida se han esfumado. Espero que el conflicto termine pronto para que podamos volver a casa, volver a la escuela y reunirnos con la familia y los amigos».
En el estado oriental del Mar Rojo, que incluye la capital, Puerto Sudán, el sistema educativo local está desbordado por la afluencia de niños desplazados, aunque la región no sufre directamente el conflicto.
Además, el conflicto ha provocado graves carencias energéticas, que se traducen en cortes de electricidad que duran entre 10 y 14 horas diarias.
Hashim Ali Issa, Ministro de Educación en funciones del estado del Mar Rojo, dijo: «Nos enfrentamos a numerosos desafíos, entre ellos, temperaturas extremas, suministro eléctrico inestable y aulas abarrotadas de alumnos. Debido a la afluencia de niños desplazados, las escuelas han adoptado un ‘sistema de dos turnos’, con tres días a la semana para los estudiantes locales y tres días para los niños desplazados».
Mohamed Bilal, Portavoz del Sindicato de Maestros del estado del Mar Rojo, afirmó: «En la situación actual, nos enfrentamos a numerosos desafíos. Un problema crítico para los docentes es que muchos no han recibido sus salarios completos. Desde que comenzó el nuevo año escolar, ningún maestro ha recibido su salario».
Sin un final a la vista para el conflicto, los niños de Sudán se enfrentan a un futuro incierto.