La deuda del Gobierno federal de Estados Unidos ha superado otro umbral psicológico en medio de preocupaciones generalizadas.
De acuerdo con datos publicados el lunes por el Departamento del Tesoro de EE. UU., la deuda pública total del Gobierno federal ha superado por primera vez los 35 billones de dólares estadounidenses, según se registró a finales de la semana pasada, lo que equivale a la producción económica combinada de China, Alemania, Japón, la India y Reino Unido.
¿Por qué la deuda nacional estadounidense crece a un ritmo acelerado? ¿Por qué los llamamientos de todos los sectores no despiertan una conciencia política para abordar la cuestión? ¿Ha alcanzado la magnitud de la deuda un punto crítico de crisis?
Al revisar la trayectoria histórica de la deuda estadounidense, ha quedado claro que el país ha desarrollado una adicción al endeudamiento, en función de la posición dominante del dólar en la economía mundial. La escala de la deuda se ha disparado en una trayectoria insostenible, impulsada por un sistema político fallido y una gobernanza ineficaz, causando un daño continuo tanto a nivel nacional como mundial.
AUMENTO DE DEUDA CONLLEVA INCREMENTO DEL PAGO DE INTERESES
Los datos muestran que hace 40 años, la deuda del Gobierno federal estadounidense era inferior a 1 billón de dólares. Sin embargo, ha crecido rápidamente en los últimos años, superando los 20 billones de dólares en septiembre de 2017 y superando los 30 billones de dólares en febrero de 2022.
La relación entre la deuda y el PIB de EE. UU. superó el 100 por ciento en 2013 y actualmente se sitúa en el 123,3 por ciento, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Hemos añadido oficialmente otro billón de dólares a la deuda nacional bruta. Si esto le suena familiar, acabamos de alcanzar los 34 billones de dólares justo a finales de 2023. Pasamos los 33 billones tres meses antes de eso y los 32 billones tres meses antes de eso. El endeudamiento sigue avanzando, temerario e inflexible», dijo en un comunicado Maya MacGuineas, presidenta del Comité para un Presupuesto Federal Responsable.
El rápido aumento de la deuda nacional estadounidense ha provocado directamente el correspondiente incremento de los futuros pagos de intereses. Los datos muestran que se espera que los pagos de intereses de la deuda nacional se conviertan en el componente de más rápido crecimiento del presupuesto federal en los próximos 30 años.
«No estamos invirtiendo lo suficiente en nuestro futuro. Pero estamos gastando más de 2.000 millones de dólares al día en el pago de intereses de la deuda», afirmó la Fundación Peter G. Peterson, una organización no partidista dedicada a abordar desafíos fiscales a largo plazo de Estados Unidos.
¿QUIÉN ES RESPONSABLE?
La deuda es uno de los problemas más claros y graves de los sectores económico y financiero de Estados Unidos. El consejero delegado de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, ha llegado a calificar la deuda pública estadounidense como la «crisis más previsible» a la que se enfrenta la economía estadounidense. Teniendo esto en cuenta, ¿por qué la deuda sigue en una espiral sin control?
«Cómo hemos llegado hasta aquí es una larga historia de repetidos capítulos de irresponsabilidad fiscal a ambos lados del pasillo. Los líderes de Washington han tomado decisiones imprudentes durante décadas, eligiendo una y otra vez un nuevo recorte de impuestos o programa de gastos por encima de nuestro futuro colectivo», afirmó Michael A. Peterson, director general de la Fundación Peter G. Peterson, cuando la deuda nacional estadounidense superó los 30 billones de dólares.
Según la fundación, la deuda nacional de 35 billones de dólares se traduce en una deuda de 103.945 dólares por persona en Estados Unidos. «No sólo es insostenible, es un fracaso moral que perjudicará a nuestros hijos y nietos», dijo Peterson, instando a los responsables políticos a poner a la nación en una senda fiscal sólida y sostenible.
Desmond Lachman, miembro del American Enterprise Institute y antiguo funcionario del FMI, declaró anteriormente a Xinhua que mientras los republicanos prefieren recortar los impuestos sin reducir el gasto público, los demócratas están a favor de aumentar el gasto público sin subir los impuestos.
Lachman dijo que el resultado neto es que el país sigue registrando déficits presupuestarios, con la deuda pública en una trayectoria insostenible.
Expertos y observadores han indicado que los legisladores en Washington han mostrado un interés mínimo en reducir el gasto o implementar una reforma presupuestaria significativa. A menos de 100 días de las elecciones presidenciales de 2024, la deuda nacional no es un tema importante de debate.
«SERIAS DUDAS PARA EL DÓLAR»
En el fondo, Estados Unidos contrae nueva deuda para pagar la antigua, y esto se debe en gran medida al dominio del dólar, han argumentado algunos. Creen que EE. UU. ha aprovechado la supremacía del dólar para trasladar sus riesgos y extraer riqueza mundial a través de las fluctuaciones de los tipos de interés.
Sin embargo, su adicción a largo plazo al endeudamiento le ha llevado a ser incapaz de frenar sus hábitos despilfarradores, plantando así las semillas de una crisis de la deuda. A largo plazo, podría volverse en contra del país.
A medida que la deuda nacional estadounidense se acerca a los 35 billones de dólares, los analistas de JPMorgan han advertido a los inversores en un nuevo memorándum sobre los riesgos asociados a los crecientes déficits presupuestarios y los elevados niveles de deuda soberana. Aconsejan a los inversores que no esperen ninguna mejora significativa de las perspectivas fiscales de EE. UU. a corto plazo.
«El problema lo causará el mercado y entonces te verás obligado a enfrentarte a él, y probablemente de una forma mucho más incómoda que si te enfrentaras a él para empezar», dijo Dimon a principios de este año.
El mismo analista agregó: «Creo que Estados Unidos debería ser muy consciente de que tenemos que centrarnos un poco más en nuestros problemas de déficit fiscal, y eso es importante para el mundo».
Lachman, por su parte, afirmó que la «peligrosa trayectoria» plantea «serios riesgos para el dólar» y el panorama inflacionario a largo plazo. Los extranjeros podrían no estar dispuestos a financiar al Gobierno estadounidense si no perciben una voluntad real de poner bajo control las finanzas públicas del país.
«Eso podría provocar una crisis del dólar y también podría obligar a la Reserva Federal a imprimir dinero para financiar al Gobierno», continuó Lachman, para quien «esa sería una receta segura para un nuevo repunte de la inflación».