220 activistas, 7 de cada 10 son mujeres, partirán desde Bilbao, Madrid y Valencia-Barcelona, a los que se unirá un grupo en Italia, para recorrer Padua, Bihac y Trieste entre los días 12 y 21 de julio.
La denuncia de la violencia que enfrentan las personas en tránsito y de las políticas y los relatos mediáticos que la sustentan serán lo que marque el rumbo de esta Caravana que desde el verano de 2016 viaja por diferentes rutas fronterizas para denunciar la vulneración de derechos humanos en los espacios de fronterizos. El año pasado estuvo en Melilla para exigir justicia en el primer aniversario de la masacre del 24 de junio en la valla. La ruta balcánica era el destino previsto inicialmente para el año 2020 que se pospuso por la pandemia. “Retomamos esta ruta porque sigue siendo necesario visibilizar lo que ocurre en la “puerta trasera o terrestre” de entrada a la UE, en un contexto donde se acaba de aprobar en abril el Pacto Europeo de Migración y Asilo en el Parlamento Europeo y en el que se acaba de confirmar el ascenso de la extrema derecha en las elecciones europeas”.
Según la organización, los intereses económicos y las aspiraciones de adhesión a la UE permiten a esta mantener un juego perverso con los gobiernos de los Balcanes para que contengan la migración aún a costa de vulnerar los derechos humanos de las personas que se desplazan por causas forzadas. “Militarizar aún más las fronteras de países que aún no se han recuperado de las heridas de la guerra civil supone reforzar la violencia contra las personas migrantes y contra la población en general”.
En Italia, la caravana estará en Padua con personas historiadoras y activistas para conocer la memoria reciente de la guerra en los Balcanes y la actual situación de las personas migrantes en tránsito. Se detendrá en la base militar de la OTAN en Aviano para “denunciar la escalada militarista de la UE que aprovecha la guerra de Ucrania y la tensión con Rusia para impulsar su industria militar, así como la tensión internacional generada por el genocidio del estado sionista de Israel contra el pueblo palestino”.
En Bosnia y Herzegovina se detendrá en Bihac, ciudad que permaneció sitiada durante 3 años en los 90 y donde se cometió un genocidio brutal, especialmente contra la población musulmana, que ha dejado su cicatriz en la tierra y en la gente. En la actualidad es una ciudad de paso para personas en tránsito -muchas de las cuáles huyen de guerras en sus países de origen-, que se recuperan de una devolución en caliente o intentan cruzar la frontera croata. Visitaremos también el campo de detención de personas en tránsito de Lipa.
De nuevo en Italia la caravana se dirigirá hasta Trieste donde tiene previstas diferentes actividades como la visita al Centro de Permanencia Temporal de Gradisca (similar a un Centro de Internamiento para Extranjeros en el estado español) y encuentros con organizaciones que trabajan de forma voluntaria en ese contexto, con organizaciones que trabajan en salvamento marítimo y con activistas de Linea d’Ombra y las personas en movimiento que acogen en la Plaza del Mundo de Trieste. “Tampoco en esta última etapa italiana nos olvidaremos de la memoria democrática, especialmente en un contexto donde gobierna la extrema derecha, por lo que visitaremos el único campo de concentración nazi que hubo en Italia, la Risiera di San Sabba”.
Este año, como en anteriores ediciones, viajan personas de Catalunya, Pais Valencià, Madrid, Euskal Herria, Andalucía, Extremadura, Castilla y León, Aragón, Asturias, Cantabria e Italia. “También coorganizamos esta Caravana Internacional con la organización italiana Carovane Migranti y participarán en el recorrido como invitadas algunas personas testigos de otras fronteras, como la centroamericana o la tunecina. Debemos ocupar los espacios que las instituciones dejan deliberadamente vacíos, construyendo luchas y propuestas que obliguen a estas a respetar los derechos humanos”.