Ante una nutrida concurrencia internacional, la agencia de noticias Pressenza celebró el inicio de su edición en árabe.
De particular interés en la ocasión fue la participación en el festejo de periodistas, educadores y activistas de derechos humanos provenientes de Libia, Palestina, Líbano, Arabia Saudita, Siria y Marruecos, quienes felicitaron la iniciativa y expresaron la importancia y necesidad de difundir la cultura de paz y no violencia en el mundo árabe.
Muy relevante fue en este contexto la presencia de graduados y profesores de la Universidad Académica por la No Violencia y los Derechos Humanos (AUNOHR) del Líbano. Fundada en 2014 por Ogarit Younan y Walid Slaybi, la institución es pionera en la región y el mundo, sentando objetivos de profesionalismo académico a favor del cambio social, comenzando por el desarrollo personal de cada estudiante.
Valerio Marinai, editor y artífice técnico de la naciente edición en árabe, dio la bienvenida al festejo inaugural, enfatizando además en la labor voluntaria de los integrantes de Pressenza. El árabe es ahora el décimo idioma en que la agencia informa a diario, manifestó.
El propósito de abrirse a nuevos idiomas – habiendo ya lanzado recientemente una edición en ruso y aspirando a hacerlo en corto tiempo más en hindi y mandarín-, va mucho más allá de un mero afán periodístico.
Así lo resaltó el editor argentino Javier Tolcachier – diciendo que “queremos ir al encuentro de los grandes aportes históricos y actuales de las distintas culturas, hoy sumergidos injustamente por los intereses y estereotipos del poder monopólico de comunicación de las agencias occidentales.“
“Y por otro lado, queremos establecer un verdadero diálogo multicultural, que será la base de la construcción de la futura nación humana universal.”, agregó.
Pía Figueroa, co-fundadora y co-directora de la agencia, rescató la huella positiva que deja en su interior esta apertura hacia los distintos modos de ver y sentir de culturas que tantos aportes han dado a la humanidad.
En representación de la flamante redacción árabe, comentaron sus impresiones los experimentados periodistas Farid Adly, de origen libio y Milad Jubran Basir, oriundo de Palestina, ambos actualmente residiendo en Italia y de prolongado activismo en la defensa de los derechos humanos y en apoyo a los migrantes.
Adly, director del portal Anbamed, destacó la incongruencia de que una región tan rica en recursos como el Medio Oriente, los desperdicie comprando armamento en vez de propiciar el desarrollo de los pueblos. Por lo que consideró de fundamental importancia la necesidad de propagar la no violencia en la cultura árabe, a fin de modificar esa orientación.
Por su parte, Jubran Basir manifestó la relevancia de crear conciencia de comunidad para resolver los interrogantes del mundo actual, ante la evidencia de interconexión entre las distintas culturas. Asimismo, el también sindicalista señaló la trascendencia del traslado de información desde y en el mundo árabe a través del nuevo instrumento que representa la plataforma de Pressenza.
Las diversas intervenciones coincidieron en el hecho de que es imprescindible transformar el desconocimiento relativo del universo cultural árabe y los estereotipos que perjudican, distorsionan e impiden apreciar la riqueza inherente a esa cultura.
Ante una inquietud sobre las modalidades de participación, se invitó a los presentes a conectarse con cualquiera de los editores para contribuir con contenidos. Incluso se mencionó la posibilidad futura de dictar en árabe un curso de Periodismo no violento en base al libro homónimo, que hoy ya sirve de material de estudio y consulta en diversas facultades de comunicación.
Valerio corrió finalmente el “velo” del sitio, para que los asistentes pudieran apreciar el primer paquete de artículos de Pressenza en árabe.
Por último, se afirmó la importancia de que en todos los rincones del extendido espacio de habla árabe, se conozca la existencia de Pressenza como alternativa de comunicación y se generen los lazos y nexos participativos para su engrandecimiento y amplia difusión.
Recreando la hospitalidad característica de la cultura árabe, los convidados al festejo felicitaron el esfuerzo y elevaron sus tazas colmadas de tradicionales infusiones y buenos deseos.
Finalmente, resonó un caluroso aplauso, que venció la ilusoriedad de las distancias, anidando en el interior de cada partícipe el eco de una esperanza fortalecida por la reunión: Que el mundo se convierta en un hogar no violento para la especie humana.