El Barco de la Paz (Peace Boat) es un crucero de 1800 pasajeros que recorre el mundo promoviendo la paz, la abolición de las armas nucleares, los derechos humanos y la sostenibilidad. Con ocasión de su llegada a Costa Rica, Giovanni Blanco, representante de Mundo Sin Guerras Costa Rica, organización que coordina alianzas y colaboraciones para la Tercera Marcha Mundial por la Paz y la Noviolencia que partirá desde la capital San José el próximo 2 de octubre de 2024 y que recorrerá los 5 continentes, finalizando en esta misma ciudad el 5 de enero de 2025, dio el siguiente discurso de bienvenida:
«Desde Mundo sin Guerras y sin Violencia y la Tercera Marcha Mundial por la Paz y la Noviolencia agradecemos al Barco de la Paz, por invitarnos inicialmente a ser los anfitriones en Costa Rica, junto con la Universidad para la Paz.
Agradecemos a la UNED por su ya acostumbrada disponibilidad a apoyar estas causas que nos han venido reuniendo.
Agradecemos a las compañeras y compañeros del colectivo organizador de la 3ª Marcha Mundial por la Paz y la Noviolencia, que se han hecho presentes aquí, la sociedad Juglar Pacacua, El Instituto Nacional de las Artes (INARTES), la Asociación Artística ASART, la Federación de Estudiantes de la UNED, la Fundación Laberinto, Mundo sin Guerras y sin violencia y organizaciones presentes de la comunidad de Puntarenas.
Pero sobre todo, agradecemos al insigne Barco de la Paz por elegir Costa Rica para continuar con su proyecto global de promover una conciencia acerca de la protección del medio ambiente, del desarme y de la no proliferación nuclear con el fin de lograr un mundo libre de armas nucleares.
En primera instancia quiero honrar la presencia de los sobrevivientes a las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki por su presencia y por haber dedicado su vida a advertir sobre las consecuencias que las bombas nucleares ocasionan.
En Estados Unidos la población por mucho tiempo vivió con el temor y la ansiedad de que fueran víctimas ellos también a causa de una posible venganza del ejército japonés.
Sin embargo, para fortuna de la población mundial, el pueblo japonés, en lugar de buscar venganza y represalia, apostaron por un futuro mejor, y lo han logrado.
El barco de la paz con sus supremos objetivos, partió de Japón, un país ejemplar que decidió -luego de pasar cruentas guerras en su historia- establecer en su Constitución que la guerra nunca más será usada como método para resolver conflictos. Esperamos que a pesar de la difícil situación geopolítica que vive actualmente, su política pacifista no cambie, para bien de su pueblo y de toda la humanidad.
Nosotros en Mundo sin Guerras y sin Violencia tenemos como uno de nuestros objetivos precisamente, el impulsar que más países como Japón y Costa Rica utilicen medios pacíficos como el diálogo, la negociación y la diplomacia para resolver conflictos con otros países
Costa Rica abolió su ejército hace 75 años, e igualmente el pueblo “Tico”, como nos llaman, ya tenemos instalados en nuestros genes, orgullosamente, la cultura de la paz.
Creemos que ya es tiempo de que en nuestra civilización salgamos de la prehistoria, en que nos matamos unos a otros para decidir quién tiene la razón, quién es más honorable, quien es más justo, o quién es más temible, para dirigirnos hacia la verdadera historia humana planetaria, en donde habremos encontrado una forma nueva y más evolucionada de relacionarnos. Los mecanismos y las posibilidades están dadas, solo se requiere que haya voluntad política y los intereses adecuados para avanzar como especie.
Como indica Silo en la séptima carta en su libro Cartas a mis amigos: «… ¿lucharemos todos contra todos?, ¿lucharán unas culturas contra otras?, ¿los continentes contra otros?, ¿unas regiones contra otras ?, ¿unas etnias contra otras?, ¿unos vecinos contra otros ?, Y ¿unos familiares contra otros? ¿Iremos al espontaneísmo sin dirección, como animales heridos que sacuden su dolor, o incluiremos todas las diferencias, bienvenidas sean, en dirección a la revolución mundial?»…
Esta Revolución Mundial de la que habla Silo, o evolución humana, como me gusta llamarla, en la que superemos nuestras diferencias no se hará preparándonos para la guerra, aumentando los presupuestos bélicos, incentivando la escalada de conflictos, ni con la militarización creciente; como suponen varios dirigentes actuales. Sino más bien, solamente se conseguirá, uniéndonos todos los que queremos la paz y la noviolencia activa para que, como comunidad global juntos pidamos el cese al fuego, apelando a la negociaciones, para poner fin a las guerras en todo el planeta.
Nos solidarizamos con el pueblo ucraniano representado acá por estas jóvenes que han sufrido la cruel realidad de la guerra, pero como humanistas reconocemos que, al no aprobar la guerra, no estamos a favor ni de las armas, ni de ningún bando, estamos a favor de la noviolencia activa y apoyaremos todo proceso de paz y alto al fuego que se propicie.
Como miembros de ICAN al igual que el Barco de la Paz, cuando la 3Marcha Mundial por la Paz pase por la ONU en octubre próximo, vamos a plantear nuestra propuesta para desnuclearizar el golfo internacional de Trieste y abrir la discusión para promover un nuevo Tratado de Tlatelolco.
Por último quiero aprovechar para invitar a todas las autoridades presentes y al público en general, para que nos apoyen en la tercera marcha mundial por la paz y la noviolencia que estamos impulsando este año.
E invitamos a que, tal como sucedió hace 5 años en el mar Mediterráneo durante la segunda marcha mundial, el Barco de la Paz se una también a la tercera marcha mundial por la paz que en esta ocasión saldrá de aquí mismo en Costa Rica, el 2 de octubre de este año y regresará a Costa Rica, luego de circunvalar el Planeta, el 5 de Enero del 2025.»