Claudia  Sheinbaum Pardo va a ser la presidenta de México a partir del  1  de octubre próximo. Los mexicanos están muy orgullosos porque es la primera presidenta mujer en un país muy machista, aunque ya ha habido varias mujeres  presidentas en  el mundo y en América Latina, como por  ejemplo la doctora  Michelle Bachelet en Chile. Algunas han conseguido esa condición gracias  a sus maridos, como  Cristina Fernandez de Kirshner, la señora Xiomara Castro, presidenta de Honduras, que es la esposa del destituido  presidente  José Manuel Zelaya.  Otras  fueron candidatas por la misma situación, como Hillary Cliton por ejemplo.
Pero Claudia Sheinbaum no se la debe a nadie, ni a padres, ni a marido, ni a nadie, ella se ha ganado  la situación con su propia  carrera y su propio esfuerzo.

LA FAMILIA Y SU FORMACIÓN POLÍTICA
Claudia Sheinbaum Pardo y sus  padres nacieron en México, pero sus abuelos, tanto paternos como maternos, llegaron a México, huyendo de  los progroms europeos y de los nazis, en los años 20  a  40 del siglo XX. Por eso Claudia  creció y se formó en un entorno politizado,  pues su familia tenía un compromiso  de izquierda muy profundo. En eso fue  superior a muchos mexicanos que no conocieron esas  situaciones.
Su padre, Carlos  Sheinbaum,  fue un prestigioso ingeniero, del cual Claudia ha dicho “De mi papá, ingeniero químico, heredé su pasión por la política”
En cuanto a su madre, Annie Pardo, una investigadora  muy  reconocida en la UNAM y a nivel mundial,  Claudia a declarado con emoción: “Quiero contarles lo orgullosa que estoy de mi madre, que a sus  82  años ha sido merecedora del premio de ciencias físico-matemáticas, por sus investigaciones  en bioquímica, enfermedades del pulmón y también en investigación sobre envejecimiento. Y en 1968  fue expulsada del Instituto Politécnico Nacional por  participar en el movimiento estudiantil, y tuvo que empezar todo de nuevo, pero nunca se rindió».
Ambos padres  participaron  con entusiasmo en el  movimiento estudiantil mexicano del 68,  que fue cruelmente reprimido por el gobierno de  Gustavo Días Ordaz, cuyo secretario de gobernación era en esos momentos Luis Echeverria Alvarez. A este último se le ha atribuido siempre la represión  brutal de los estudiantes y la gravísima  masacre  que se ha llamado  Matanza de Tlatelolco.

LOS  EXILIADOS CHILENOS Y ECHEVERRÍA
Esto nos creó un grave conflicto a los exiliados chilenos, porque  Luis Echeverría, siendo ya presidente en el año 70, nos recibió muy bien y su esposa, doña Esther Zuno,  nos ayudó mucho  porque ambos admiraban a Salvador Allende, como casi todos los mexicanos. Incluso el día que llegó  la señora Tencha Bussi a México con sus hijas y otros exiliados, en un avión fletado especialmente por el gobierno mexicano, el presidente Echeverría  ordenó  a todos sus ministros que fueran a  recibirlos al aeropuerto vestidos rigurosamente de negro, como él.

Y bueno, existían estas contradicciones  con los exiliados chilenos, que siempre se llevaron con cuidado y discreción  y el pueblo mexicano, fraterno y  generoso, las  entendió muy bien.

HAY UN EXILIADO CHILENO EN LA FAMILIA
Los  padres de Claudia se separaron hace muchos años y la mamá, la doctora Annie Pardo, se volvió a casar con un chileno proveniente del exilio:  Moisés Selman Lama, también un destacado científico que recibió el premio nacional de ciencias  en 2008.

LOS  HERMANOS
Claudia tiene tiene un hermano, Julio Sheinbaum Pardo y una hermana, Adriana Sheinbaum Pardo.

Julio es el mayor y estudió Física. Actualmente vive en Ensenada, Baja California. Es investigador del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, donde se dedica a estudiar las corrientes marinas del Golfo.

La hermana Adriana  Sheinbaum Pardo, es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UNAM, vive en Los Ángeles, California  y está casada Rodrigo García Barcha, hijo del escritor colombiano Gabriel García Márquez. Tienen dos hijas, Inés e Isabel.

CLAUDIA NIÑA DANZABA Y TOCABA LA GUITARRA
¿Claudia de niña? Pues se sabe que era una niña  inteligente y estudiosa, que también se interesó por estudiar danza y aprender a tocar la guitarra. Pero estas actividades tuvo que dejarlas cuando ya entró a la Universidad, pues le interesó más la actividad política y se convirtió en una importante dirigente estudiantil .

EL NOMBRE
Ahora viene el problema del nombre. Sus subordinados en el gobierno de la CDMX  la llaman  simplemente  “doctora”, porque tiene ese título, pero no es doctora en medicina sino en Ingeniería  Ambiental. Otros le dicen “doctora Sheinbaum”, pero a muchos  no les gusta ese  nombre porque es difícil de escribir y hasta de pronunciar  y la separa un poco de la gente común y corriente que no tiene ni entiende de tantos títulos.

El pueblo mexicano la llama simplemente Claudia y así ha de ser. Los primeros  avisos que salieron en su campaña  decían “ES CLAUDIA” y ese nombre  ha ido quedando: la presidenta  siempre va a ser Claudia y con eso basta.