Sesenta y cinco años de vida de un referente informativo para narrar la realidad de Cuba y del mundo.
El 1 de enero de 1959 Fidel y sus “barbudos” entraban en La Habana firmando el final de la dictadura de Batista. A partir de ahí, y con más empeño tras los sucesos de 1961, Cuba se ha visto sometida a un continuo ataque político, cultural e informativo. Desde entonces, los medios masivos occidentales, salvo honrosas excepciones, han asentado sus bases informativas al lado de los EE. UU. para orquestar campañas contra la revolución cubana y contra sus líderes.
Históricamente, la prensa capitalista se ha esforzado en minimizar los logros revolucionarios, que los hay y muchos, y en maximizar sus errores, que también, como en cualquier sistema político, existen. Pero, sobre todo, se ha empeñado en denunciar la falta de libertad de expresión en la isla a base de coartarla con todas las herramientas a su alcance.
Los días 21 y 22 de enero de 1959, Fidel Castro convocó en La Habana a cerca de cuatrocientos periodistas de todo el mundo al encuentro conocido como Operación Verdad, de dónde surgió la idea de crear una agencia que asegurara “las fuentes informativas de América Latina” y que se rigiera bajo los principios de “ser objetivos, pero no imparciales” y estar siempre “al servicio de la verdad”.
Prensa Latina ha sido, desde su creación el 16 de junio de 1959, un referente para la información contrastada y un oasis entre los medios alternativos al abrir la realidad de la isla al planeta y hacerlo desde otras miradas y con otras perspectivas. La agencia cubana ha estado comunicando y conectando Cuba con América Latina y el mundo, defendiendo la independencia informativa cubana y luchando contra el monopolio informativo que la pretende desconectar.
El histórico bloqueo político y económico ha estado acompañado siempre con acciones informativas -desinformativas- para aislar la isla y sus procesos políticos y sociales. Las campañas orquestadas, los bulos, las fake news y ahora la IA han contribuido al desconocimiento de Cuba y a su aislamiento mediático.
La agencia cubana es, después de estos primeros 65 años, más necesaria que nunca en el panorama mediático global y capitalista. Una ventana para dejar entrar aires nuevos en la información y en la que las todavía utópicas propuestas del Informe MacBride, “hacia un nuevo orden mundial de información y comunicación, más justo y eficiente”, tienen un reflejo real, un ejemplo del esfuerzo por la democratización de la información y el derecho a la comunicación. Porque la comunicación, basada en el diálogo y en la escucha, puede contribuir, como establece dicho informe en su “prefacio”, al “crecimiento individual y el desarrollo colectivo, a la afirmación de la identidad cultural, el fortalecimiento de la democracia, el avance de la educación, la ciencia y la cultura, la expansión de la cooperación internacional y la profundización del entendimiento mutuo” entre las personas y las sociedades.
Personalidades de la talla de Simone de Beauvoir, Gabriel García Márquez, Carlos María Gutiérrez, Juan Marrero, Juan Carlos Onetti, Francisco Portela, Jean Paul Sartre, Rodolfo Walsh y Charles Wright Mills estuvieron entre sus primeros colaboradores.
De Prensa Latina han dicho “está destinada a cumplir una imperiosa necesidad continental, informando en forma veraz sobre nuestra realidad, sin sujeciones ni banderas partidistas, inspirada solo en el interés de servir lealmente a los pueblos de Latinoamérica” (Salvador Allende); “viene a llenar una necesidad informativa para los países latinoamericanos” (Nicolás Guillén); “abrigo la esperanza de que contribuirá al digno ejercicio de nuestros pueblos” (Rómulo Gallegos), “Ha sabido vivir y decir lo que era un deber de honestidad y coraje en los tiempos que hemos vivido condenados a callar o mentir” (Eduardo Galeano).
En 1999, con motivo del cumplimiento de las primeras cuatro décadas de su fundación, Fidel Castro envío una carta en la que, entre otras cosas, destacaba que “Prensa Latina ha realizado una significativa contribución en la difusión informativa, en la propagación de las ideas y las causas justas, en un mundo en que la información y la noticia son, en gran medida, mercancías al servicio de la desinformación, el hegemonismo imperialista y la globalización neoliberal”. Nada muy distinto a lo que hoy, con más fuerza si cabe, sigue sucediendo en el mundo.
En 2014, a los 55 años de su creación, la agencia recibió un tributo de aniversario por parte del ballet nacional de Cuba con su directora Alicia Alonso a la cabeza poniendo en escena “El lago de los cisnes” de Tchaikovski en la sala Avellaneda del Teatro Nacional.
Actualmente, Prensa Latina es una agencia informativa multimediática que cuenta con más de 40 corresponsalías en todo el mundo; administra 17 sitios web; transmite unos 400 despachos diarios en seis idiomas, incluido el ruso; emite 50 boletines de noticias especializados y 150 noticieros radiales; difunde reportajes televisivos a través de su productora de televisión PLTV; edita nueve publicaciones propias, entre ellas el semanario internacional Orbe, y sigue aumentando su presencia en la web y en las redes virtuales.
En enero de 2024, se llevó a cabo la conferencia Nueva Operación Verdad, segundo encuentro por una comunicación al servicio de la verdad tras la realizada en 1959 y que sirvió para conmemorar aquella primera y reiterar el papel de Prensa Latina al cumplir los sesenta y cinco años de existencia. En este encuentro se presentó la plataforma Voces del Sur Global, una iniciativa surgida de la necesidad de “establecer una articulación mediática que permita amplificar un mensaje alternativo y contrahegemónico”. Esta tribuna mediática se nutre con “materiales periodísticos de medios de comunicación de numerosos países, comprometidos con la verdad y las causas justas del planeta”.
Trece lustros después, la agencia a la que no daban más de un mes de vida al nacer continúa ejerciendo su labor para dar voz propia al continente latinoamericano y seguir luchando contra el oligopolio informativo mundial.
En este 2024, celebremos sus 65 años de existencia y lucha contra la desinformación con un mayúsculo ¡FELICIDADES, Prensa Latina! Una agencia que, tal vez más que nunca, sigue haciendo falta.