El valle del río Loira es una de las regiones más famosas y turísticas de Francia, con sus imponentes castillos, entre los que ocupa un lugar especial por su arquitectura y belleza Chambord, una verdadera joya del Renacimiento.
Colocado en la primera lista de Monumentos Históricos en suelo galo en 1840 y registrado en el Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981, la enorme construcción fue ordenada por el rey Francisco I en 1515, el mismo año de su coronación, no como una residencia real o un retiro para la caza y sí para mostrar su poderío.
El paso de los siglos no ha mermado su condición de lugar de secretos y misterios, como el origen de la famosa escalera de doble hélice o espiral, atribuida sin sustento al genio Leonardo da Vinci, su parque de cinco mil 440 hectáreas -las mismas del París intramuros-, sus jardines a la francesa, sus 420 habitaciones y sus detalles arquitectónicos reservados para los más conocedores.
Si bien no fue Da Vinci el constructor de la escalera mágica, por la que pueden subir o bajar dos personas sin jamás encontrarse, su mano, aseguran investigadores, está presente en el castillo de Chambord, gracias a la invitación que le hiciera Francisco I para refinar su Corte.
El año pasado, la patrimonial obra recibió una cifra récord de un millon 148 mil 509 visitantes, cifra que espera superar en 2024.
(Tomado de Orbe)