La Conferencia Internacional sobre Tecnología de Energías Renovables (CITER) inició hoy lunes en la ciudad brasileña de Teresina, capital regional de Piauí (noreste), para estimular la discusión y difusión de las nuevas tecnologías aplicadas en la generación de energía limpia, además de abrir un diálogo sobre los riesgos y desafíos de los cambios climáticos.
El evento está organizado por el Gobierno del estado de Piauí, uno de los líderes nacionales en generación de energía eólica y solar, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Instituto de Cooperación Internacional para el Medio Ambiente (ICIMA), así como otras 15 organizaciones, instituciones y universidades.
La ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil, Luciana Santos, alertó sobre los efectos que el cambio climático está teniendo en el mundo y, más recientemente, en el sureño estado brasileño de Rio Grande do Sul, con la gran catástrofe que sigue causando daños a las familias y al estado en su conjunto, debido a las inundaciones en la capital Porto Alegre y en ciudades del interior.
«La crisis climática está instalada, no es algo del futuro, como ocurrió en Rio Grande do Sul. Estas tragedias están cada vez más presentes en todo el mundo, pero con un impacto más devastador en los países en desarrollo. Todo ello nos obliga a pensar aún más en formas sostenibles de producción de energía que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y combatan el cambio climático», afirmó.
«Tenemos que aunar esfuerzos para dar mayores saltos», agregó la funcionaria.
El titular en funciones del Ministerio de Desarrollo, Asistencia Social, Familia y Lucha contra el Hambre, Osmar Júnior, advirtió de la necesidad de llevar a cabo la transición energética centrándose en la lucha contra la pobreza, especialmente con precios asequibles para los consumidores más pobres.
El representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Claudio Providas, afirmó durante su intervención que la CITER va más allá de la conferencia, conduciendo a un cambio global que podría salvar vidas y el planeta.
«Este evento representa un proyecto ambicioso y la esperanza de miles de millones de personas en todo el mundo. No alcanzar nuestros objetivos no es una opción viable. La pobreza persistente, la falta de acceso a los servicios básicos y la degradación del medio ambiente son factores que contribuyen al descontento y al aumento de las tensiones», comentó.
«Ante este escenario, tenemos que trabajar juntos, utilizando nuestro capital político. Brasil tiene que ser un actor central en la transición energética. Sabemos que se necesitan miles de millones de dólares para acelerar la transición, pero los impactos ya se sienten, como en Rio Grande do Sul», enfatizó Providas.