Imagen de Pedro Pozas Terrados.
El pasado 6 de junio, un día después del día internacional de la Tierra, en el Museo de América de Madrid, la Organización Internacional Survival en defensa de los pueblos indígenas, lanzó un llamamiento al mundo, escuchado por escasas personas que asistieron al acto, en el que denunció que más de 150 grupos aislados de indígenas que no quieren saber nada de nuestra civilización o que huyen de nuestra presencia en un acto de resistencia y supervivencia, se encuentran en grave peligro de extinción, no sólo por el aumento de las deforestaciones o la extracción de los recursos naturales, sino también por las enfermedades como la gripe o el sarampión de los cuales no tienen inmunidad.
Sin embargo, los gobiernos se resisten en demarcar sus tierras y en proteger a estas poblaciones, aumentando de esta forma la violación de sus territorios. La minería y dentro de la misma la economía verde que busca los minerales como el níquel o el cobalto necesarios para la fabricación de baterías eléctricas para los “vehículos verdes”, la búsqueda de oro por los llamados garimpeiros, la extensión de la agricultura y ganadería invasiva, la explotación de pozos petrolíferos en medio de la selva, la política nefasta por parte de políticos locales que alientan el robo fe las tierras indígenas ante la pasividad o la nulidad de los gobiernos centrales, hace que el genocidio de los pueblos aislados siga en aumento ante el olvido y el silencio de la comunidad internacional.
Fiona Watson, Sarah Shenker y Sara Madiavilla, miembros de Survival International, mostraron ante los asistentes casos estremecedores y personas que han sido asesinadas por defender a los no contactados, por resistir en sus propias tierras donde llevan miles de años asentados. Seres que son verdaderos héroes en la defensa de nuestra Tierra, llorando ante el acoso y el exterminio de los “blancos”, ante el fundamentalismo de los misioneros evangelistas que llevan la cruz por delante y la imposición junto con enfermedades sin importarles las consecuencias y el exterminio de pueblos indispensables según la ONU para combatir la crisis climática.
Fiona Watson, que ha estado en contacto con los Yanomamis y otros pueblos de la Rondonia (Brasil), lo dijo alto y bien claro: “Estamos hablando de un genocidio, no un recuerdo del pasado o amenaza del futuro, sino un genocidio actual, de ahora mismo. Es sumamente importante que sus tierras sean demarcadas, siendo un paso fundamental que existan leyes para proteger sus territorios y en consecuencia sus vidas”
Esto es una lucha por los indígenas, por la naturaleza, por la humanidad…según reza los llamamientos que Survival lanza al mundo “Los pueblos indígenas aislados son los más vulnerables del planeta…sabemos que poblaciones enteras están siendo exterminadas por la violencia ejercida por los foráneos que les arrebatan sus tierras y sus recursos”
Tanto Sarah Shenker como Sara Mediavilla, dejaron claro que estos grupos aislados no son atrasados, ni reliquias primitivas. Son nuestros contemporáneos y representan una parte esencial de la diversidad humana, donde sus derechos deben respetarse para que continúen prosperando en el camino que han decidido seguir.
Desde la mesa se informó que la semana del 17 al 21 de junio, Survival va a lanzar campañas nuevas y han pedido encarecidamente que les demos todo el apoyo necesario para que no se queden en simples llamamientos, sino en acciones masivas que puedan hacer cambiar el rumbo de las vidas de todos los pueblos originarios.
También se presentó el libro “La caída del cielo”, un libro escrito por un chamán Yanomami llamado Davi Kopenawa, junto con el antropólogo francés Bruce Albert que ha convivido con ellos muchos años. Este libro, como dice Davi, es para los “no indígenas”, para que vean nuestra historia, nuestra lucha y nuestro mensaje.
Podemos encontrar mensajes cono:
“Somos habitantes de la selva, Nuestros ancestros habitaban las fuentes de sus ríos antes de que nacieran mis padres y mucho antes que los propios ancestros de los blancos hubieran nacido. En otro tiempo, éramos verdaderamente numerosos y nuestras casas eran enormes. Pero muchos de los nuestros murieron tras la llegada de los extranjeros con sus humos de epidemia y sus rifles. Demasiado a menudo hemos estado tristes y hemos conocido la ira del duelo”.
“El dinero no nos protege, no nos llena la barriga, no crea nuestra alegría. Para los blancos es distinto. No saben soñar con los espíritus como nosotros. Prefieren ignorar que el trabajo de los chamanes es proteger la tierra, tanto para nosotros como para nuestros hijos y para los suyos”.
“Los buscadores de oro cavan por todas partes como cerdos salvajes, muy pronto los ríos de la selva no serán más que ciénagas repulsivas llenas de lodo, aceite de motor y basura. También llevan en ellos su polvo de oro, mezclándolo con lo que ellos llaman ozoogue, los otros blancos lo llaman mercurio. Todas estas cosas sucias y peligrosas hacen que las aguas enfermen y la carne de los peces se ablande y se pudra. Si te lo comes, corres peligro de morir de disentería entre grandes dolores y mareos”.
“¡Los blancos carecen de sabiduría! ¡Tienen que dejar de maltratar los árboles de la selva! Pronto ya no habrá más flores perfumadas para alimentarnos y para hacer miel. ¡Si esto sigue, nosotros también vamos a morir!”.
“Los blancos sólo saben maltratar la selva y saquearla. Lo destruyen todo, la tierra, los árboles, las colinas y los ríos, hasta dejar el suelo desnudo y quemado y morirse ellos mismos de hambre. Nosotros jamás nos morimos de hambre en la selva. Sólo nos morimos por culpa de sus humos de epidemia”.
Mensajes claros. Llamamiento a la cordura y a la esperanza. La caída del cielo, es un rayo, una luz clara para hacer las paces con la naturaleza y construir tras nuestros errores, un mundo más libre de respeto con la sabiduría de la Tierra y sus grandes guardianes, los pueblos indígenas.
En el llamamiento de Survival por parte de las presentes en la mesa, se dejó claro que los gobiernos deben reconocer sus territorios, tener equipos de trabajo que protejan sus vidas y que se les reconozcan sus derechos a la autodeterminación y el cese inmediato de las violaciones de sus derechos humanos.
Ojalá que llegue el día, en que cuando se convoque un llamamiento para exponer las consecuencias y el genocidio de los pueblos indígenas y de los grupos no conectados, sean miles las personas que estén presentes con su apoyo y lucha en la defensa de los pueblos originaros. ¿Cuándo vamos a entender que ellos son los grandes guardianes de nuestras propias vidas al proteger sus tierras que son el 80% de los ecosistemas sensibles de nuestro planeta y por consiguiente, imprescindibles para combatir la crisis climática que los humanos con nuestra ambición y egoísmo hemos originado?
Personas comprometidas como los integrantes de Survival International y de España, son necesarias en esta lucha que es urgente para comprometernos en ser también guardianes y defensores de las comunidades indígenas y en especial de los no contactados. Todos debemos formar una cadena unida que haga triunfar la empatía ante el acoso de la destrucción masiva y egoísta de los que solo buscan el dinero, asolando las selvas…¿y después quien recupera las vidas perdidas?.