El Teatro Comunitario Novedades (Cueto 257, barrio Yungay) estrenará gratuitamente este 19 de junio a las 19 hrs el documental «Guillermo Núñez. Dibujar para conocer el corazón ajeno».

El documental ofrece una mirada íntima a la vida y obra de Guillermo Núñez, dirigido por Faiz Mashini, revela una postura clara y comprometida al gobierno popular de Salvador Allende y se centra en la intersección entre el sufrimiento humano, la dictadura y el exilio, sin dejar de lado el trasfondo del arte que encuentra su fundamento entre la belleza, la fealdad y una profunda espiritualidad.

Guillermo Núñez nace en 1930, y pertenece a la generación que ha sido marcada por la Segunda Guerra Mundial y La Guerra de Vietnam. Sensible a la barbarie del siglo XX, reacciona con su obra a estos eventos. Es director del Museo de Arte Contemporáneo durante la Unidad Popular y uno de los artistas que aporta con su obra al sueño de la UNCTAD III, edificio construido en el gobierno de Salvador Allende y posteriormente ocupado por la Junta Militar. Es tomado como prisionero político y posteriormente exiliado, respondiendo con su obra a estos dos hechos que marcan tan drásticamente la historia de Chile. Falleció el 23 de mayo de 2024, a los 94 años.

El documental explora cómo estas experiencias han moldeado la visión artística del creador y cómo ha utilizado su arte como un medio para expresar su visión única del mundo.

Faiz ha dirigido otros dos documentales, todos autogestionados: «El riel, de Juan Vera» y «Redolés, la urgente necesidad de la memoria«.

¡Están todas, todos y todes invitados!

Puedes ver el tráiler AQUÍ

 

Entrevistamos a Faiz Mashini acerca de este y sus otros dos documentales:

  • ¿Cómo conociste la obra de Guillermo Núñez y qué te decidió a hacer este documental?

Lo conocí por casualidad, en el Persa Biobio el año 2018. El día anterior había estado conversando con Mauricio Redolés sobre Víctor Jara y su trabajo en el teatro. Por esta razón, Mauricio me hablaba muy enérgicamente del director Pedro Orthus y su vínculo con Víctor Jara.

Al día siguiente me dirigí al persa. Iba camino hacia el puesto del Mono González, ya que él nos ayudaría con el diseño de una portada de un cuadernillo popular de una obra de Juan Vera (fundador del Teatro El Riel). Antes de eso, me detuve en el local de Ricardo Bravo y en su vitrina tenía un libro antiquísimo de papel roneo quebradizo, que decía en su portada: “Teatro Experimental”. Lo tomé, lo abrí y leí en el índice uno de los título, y bajo este el nombre “Pedro Orthus”. Se lo compré inmediatamente, a cambio de la compra Ricardo me hizo unos regalos, conversé un rato con él y proseguí mi rumbo al puesto del Mono González.

Después de varias vueltas, llegué al puesto del Mono pero, antes de darme cuenta, un caballero de edad y baja estatura me gritaba apuntándome con el dedo: “¡Tú, tú, tú… que tienes ese libro que yo hice”! Lo cual me dio mucha risa. Me acerqué a él con el libro extendido y se lo entregué. Él lo ojeaba atesorándolo y a su lado estaba el Mono González.

  • ¿Dónde lo compraste? – me preguntaron.
  • En el local de Ricardo Bravo, – y recordé: – Y hay dos ejemplares.

Cuando enuncié aquello los ojos se les pusieron brillantes.

  • ¿Y cómo llego? – me pregunta sin querer molestarme.
  • Yo lo puedo llevar.
  • Lleva al maestro – complementó el Mono.

Para explicar este punto, Guillermo fue un importante escenógrafo del Teatro Experimental de la Universidad de Chile y había diseñado los libros de esa época.

Y así terminé caminando con él. Me preguntó a qué me dedicaba y le hice un resumen de las actividades de mi vida y le pregunté el nombre.

  • Guillermo Núñez.
  • ¡¿Usted es Guillermo Núñez?!

Yo había estudiado Artes Visuales, por lo que su nombre era importante entre nosotros.

Llegamos al local de Ricardo y le grito:

  • ¡Mira Ricardo a quien conocí por comprar tu libro!

Ricardo se impresionó y empezaron a conversar. Guillermo miraba con fascinación unos Penecas. Una mujer miraba la escena y se sonreía. De pronto Guillermo se acercó a la mujer y le pidió dinero para comprar esos Penecas y entendí que era su pareja, Soledad Bianchi. Me llamó la atención la coincidencia. ¿Por qué ella, de entre todos los locales del persa, justo estaba en el mismo local al que nos devolvimos? Fue una confluencia especial.

Poco tiempo después, el 16 de octubre del 2018, lanzamos en SIDARTE los cuadernillos de teatro de Juan Vera. Mauricio Redolés era parte de los invitados a presentar el libro. Terminando el acto, me pregunta si lo puedo acompañar al día siguiente a un conversatorio en el Museo de la Memoria y los DDHH para hablar de arte en el exilio y le dije que sí. Lo acompañé y llevé mi cámara y trípode para registrarlo. La persona que lo había invitado era Soledad Bianchi. Habían varias panelistas y Mauricio habló de su experiencia. Cuando estaba terminando dijo: “bueno, ahí está Faiz Mashini que hizo un documental de Juan Vera quien estuvo en Inglaterra y fundó el Teatro El Riel, y nadie habla de Juan Vera. Soledad me quedó mirando.

Cuando terminó el acto, Soledad me preguntó por este tal Juan Vera, y contándole al respecto me preguntó por qué sabía tanto. Le expliqué que la edición del documental me había hecho escuchar muchas veces lo mismo y me lo había aprendido. Hablando del ejercicio de hacer documentales me pregunto: “¿Y por qué no haces uno de Guillermo?” Me llené de emoción y le dije que sí.

Respondiendo a la segunda parte de la pregunta, no es que yo haya decidido hacer un documental de Guillermo Núñez, sino que la oportunidad se presentó y yo la tomé. De la misma manera en que hice el documental de Juan Vera y el de Mauricio Redolés. Uno se pone a hacer cosas y de pronto se da cuenta de que es crucial grabarlas, dejar registro de esas narraciones, y la secuencia se dio de esta manera: Juan Vera me llevó a hacer el documental de Redolés y mi relación con Redolés me llevaron al de Guillermo a través de Soledad. Pero no es que yo me haya levantado un día con la idea de planificar un documental del uno o del otro, sino que uno va haciendo lo que está en el camino y va abriendo camino. Lo importante es que cuando uno decide tomar esos caminos, llegar hasta el final, tener la persistencia de para cerrarlos y hacerlos colectivos. Hubiese querido demorarme menos con el de Guillermo para poder mostrárselo, pero el trabajo autogestionado con recursos propios hace que todo sea muy difícil y lento.

  • ¿Quiénes fueron tus colaboradores? ¿Qué factores sientes que facilitaron su hechura, y cuáles más bien la obstaculizaron?

Cuando se dio la posibilidad, le comenté a mi amigo Felipe Gamboa, quien convocó a Víctor Muñoz y Álvaro Cárdenas. Gracias a la presencia de Felipe y Víctor, logramos un resultado de mayor preocupación por la foto, y Álvaro es un gran investigador y entrevistador. Por otro lado, el aporte de Su Conejeros, de Paulina Veloso como diseñadora de Guillermo y de Isidora Neira como archivista, nos llevaron a tener un resultado en cantidad de Imágenes. El trabajo de Diego Presser en el trabajo de color, de Jaime Silva en la música, de Rodrigo Zerené en post de sonido. También tuve el apoyo de Miguel Aleuy. Este es mi equipo.

Sin embargo, además de lo anterior, la colaboración del Museo de la Memoria y los DDHH, el GAM, MAC, MSSA, MNBA, de Centro Cultural del Bosque en tener material de archivo y la solidaridad de Miguel Lawner, Hugo Gaggero, Pedro Chaskel y la Cineteca de la Universidad de Chile, Marco Ugarte y Kena Lorenzini, la Fundación Felix Maruenda, Douglas Hübner desde el Cine El Biógrafo, el Museo de Arte Precolombino y el Museo San Francisco. Toda la gente que facilitó este proceso con solidaridad permite que un trabajo autogestionado sin recursos culmine.

Otro factor de la hechura fue la cantidad de tiempo dedicada al montaje. La gran cantidad de material de entrevistas y pulir mucho cada detalle, y darlo vueltas veinte mil veces buscando el mejor orden para relatar la historia, llevaron a una narración fluida y ágil. Fueron años de edición y de volver a pensar como un material de entrevistas podía enriquecerse.

Los obstáculos tienen que ver más con la cantidad de trámites de derecho de autor. Ese proceso es largo y específico, aunque uno entiende que es necesario que sea así por las necesidades de resguardo.

 

  • ¿Cómo se financió el proceso de producción?

No hubo postulación a ningún fondo. Por lo tanto, casi todo es fuerza de trabajo constructivo y voluntario, personal y colectivo y, a las cosas que se necesitó ir pagando, se dieron de a goteo con parte de mi salario de profesor y ayudas. Mi madre siempre fue crucial en esto, recibí mucha ayuda de ella y por eso se lo dediqué a su memoria y a quien me acompaña a diario, mi pareja de vida y lucha Mimi Cifuentes Marechal. Creo que el trabajo creativo en el área de la cultura en Chile, más que estar precarizado como todos alegan, está sujeto a un sistema perverso de competencia, pero aun así debemos competir entre nosotros en la lógica de la piñata. Todos los artistas esperan los meses en que se rompe la piñata para tratar de agarrar algo. Nos han formado pegándonos codazos y en eso creemos. Yo he hecho tres documentales importantes para la cultura con escasos recursos y las ganas de narrar historias. Pero este margen no es un margen de estereotipo, está sujeto al apoyo solidario y al compañerismo. Debemos formar una fuerza colectiva que no esté domesticada por el sistema. Ser desobedientes y cariñosos a la vez. Por eso estoy contento de que se dé en el Teatro Comunitario Novedades, porque es un ejemplo de ese espíritu colectivo nuevo que suprime la competencia a cambio de la colaboración.

 

  • Este año falleció Guillermo Núñez. ¿Qué esperas que represente este homenaje para el ámbito de las artes plásticas y, en general, para el mundo cultural de Chile?

Guillermo es un ejemplo en todo sentido. Como sujeto social consciente, tal vez uno de los artistas más importantes de nuestro país. El legado de Guillermo, es el del espíritu de una generación que encarnó la Unidad Popular. Como artista, complejísimo en el sentido estético y en relación a cómo absorbe el proceso histórico y lo va traduciendo en su obra, como las formas son producto de la fusión de muchas influencias estéticas y, aun así, no se reducen a su forma, contienen una verdad espiritual aún más profunda. Espero que este documental sirva para desglosar su obra, para deconstruirla, tal vez no solo a partir de este documento, pero al menos aporte humildemente como objeto de estudio para nuevas generaciones, para las instituciones universitarias pero también para humanizar con su ejemplo y postura política frente a la vida y las injusticias sociales, económicas e imperiales. Necesitamos ejemplos para enfrentar este sistema, saber cómo se hicieron las cosas antes de nosotros, como lo colectivo influyó en tener otra visión de mundo. Guillermo colectivizó e hizo colectivo en el trabajo cuando fue director del MAC, participó del proceso colectivo de la UNCTAD III, pero también fue consecuente con el Golpe, la prisión y el exilio, además de estar generando un constante aporte con un arte libre de ataduras y reflexiva en su forma.

  • Sobre los otros documentales

El documental sobre Guillermo Núñez es el tercer trabajo que realizo de estas características. Los documentales anteriores son “El Riel de Juan Vera” (2019) estrenado en el Museo de la Memoria y los DDHH y “Redolés, la urgente necesidad de la memoria” (2021) estrenado en pandemia de manera online. Como comentaba anteriormente, no creo haber buscado los temas, sino más bien han ido apareciendo en el camino. Sin embargo, al final de este recorrido me doy cuenta que se cierra un ciclo.

“El Riel de Juan Vera” cuenta la historia de este dramaturgo, actor y director teatral que desde la Unidad Popular estaba buscando como llegar a los espacios donde el teatro habitualmente no llega, posteriormente su exilio en Inglaterra y en su retorno, fundador de la compañía de teatro El Riel en plena dictadura, realizando teatro en sindicatos y poblaciones.

“Redolés, la urgente necesidad de la memoria” muestra la pulsión del músico y poeta Mauricio Redolés por escarbar constantemente con su obra en la memoria reciente y su afán político de transformación social.

De esta manera, el tercero: “Guillermo Núñez, dibujar para conocer el corazón ajeno” nos muestra la convicción inclaudicable de este artista visual. Un documental sobre teatro, otro sobre música y otro sobre artes visuales. Los tres sobre la memoria, los tres profundamente políticos, los tres sobre el proceso histórico chileno y sobre la cultura de nuestro país.

Creo que ese es mi tema, además del elemento político, de creer en las razones por las que han luchado estos autores, es el arte y la cultura como algo fundamental de nuestra esencia, con tres ejemplos de artistas profundamente políticos, pero no por eso panfletarios, de hecho, los tres profundamente complejos estéticamente.