Hay autores que afirman que en Latinoamérica existe un debilitamiento global de las izquierdas con la excepción de México. Yo creo que la conclusión que conviene sacar de esto es, dicho en palabras simples y llanas, que Europa va p ‘ abajo y América Latina va p ‘ arriba. Porque para mí y supongo que para toda la gente de izquierda, abajo es la derecha y arriba es la izquierda. Y no sólo es México el que está en la izquierda, es Brasil, es Bolivia, es Colombia, es Honduras las que ya están o caminan para allá, más lo que vendrá. Argentina, por ejemplo, se va a dar vuelta de campana muy pronto. Esto sin contar a Cuba y Venezuela que hace mucho tiempo que lo lograron y tienen que estar sufriendo feroces ataques y bloqueos criminales. De Nicaragia no digo nada porque tengo muchas dudas, cada uno que piense lo que quiera.
Otro tema importante es tratar de entender por qué en Europa y en particular en Francia la gente vota por el fascismo, por qué el partido de Le Pen tiene tantos adeptos, al punto que circunscripciones que fueron comunistas, ahora votan a la ultra derecha. Las causas deben ser muchas, muchísimas y diversas en cada país, pero se me ocurre que hay un motivo, un temor común: la inmigración, los inmigrantes en general. Y este es un error infundado, porque los inmigrantes que llegan a Francia o a otros países de Europa no le quiten el trabajo a nadie ni anden poniendo bombas por todos lados. Y los tratan muy cruelmente, por cierto. La mayoría llega en balsas o embarcaciones precarias por el Mediterráneo, no los dejan desembarcar en las costas europeas y se ahogan cientos de personas, incluyendo niños, todos los años (información de Jean-Luc Mélenchon en sus discursos y escritos). Ninguna diferencia con Netanyahu y Gaza, de los que tanto se habla. Pues habría que preguntarles a los estudiantes franceses y al señor Macron, ¿cómo andamos por casa?
Ahora bien, esa actitud de rechazo al migrante va a tener que cambiar radicalmente en unos 70 u 80 años más, que no es nada en la historia del mundo. Porque si ustedes ven las curvas mundiales de población hechas por las Naciones Unidas, verán que en 2100 la población mundial va comenzar a descender rápidamente en casi todo el mundo. Casi, porque el único Continente en que continuará creciendo es África. La conclusión es que habrá que importar migrantes desde África, y desde el África negra. Y la última conclusión que nos indican las leyes de la vida, de la procreación y del mestizaje, es que todo el mundo va a ser negro. Y el dios, que creó al hombre a su imagen y semejanza ¿será negro?
Y para terminar alivianando, les cuento algo curioso: doña Marine Le Pen ya está cansada de bregar y bregar contra la corriente, bastante sola porque a su papá lo echó del partido. Aunque comparada con otros dirigentes políticos tiene poco más de 55 años (Biden tiene 83, Trump 79, Bernie Sanders 82 años, y así contando), ella merece un descansito ¿no creen? Pues por la razón que sea, Marine le está cediendo el mando a un hombre (porque como todo facho ella también es machista) y a un hombre joven de 28 años, al lado del cual nuestro Gabriel es un vejestorio. Este joven francés se llama Jordan Bardella, nacido en un suburbio parisino, hijo de inmigrantes italianos, ha tenido una carrera política meteórica. Comenzó a los 17 años, uniéndose al partido de extrema derecha de Marine Le Pen, la Agrupación Nacional. Bastante guapetón pero sin dar para actor de cine. Sin barba ni bigote, menos mal porque en Chile las barbas y bigotes las llevan viejos y jóvenes aunque no se usan en el resto del mundo. Las barbas son para demostrar que sus dueños no son indios ni mestizos, porque se cree que los indígenas tienden a ser lampiños. Esto no es cierto en muchas etnias, según han comprobado estudios antropológicos.
Numerosos comentaristas franceses afirman que este joven Bardella ha demostrado tal elocuencia que «il a crevé le toit” o sea que rompió el techo con su popularidad y sus palabras arrolladoras. ¿Un nuevo De Gaulle o un nuevo Hitler? Quien sabe…