No todos los días se gana una batalla política -y menos aún contra el gobierno más poderoso del mundo-, pero hoy podemos alegrarnos: ¡Julián Assange está libre! El fundador de WikiLeaks resistió la persecución de Washington durante 14 años. Dejemos de lado las críticas respecto de que Estados Unidos forzó una admisión de culpabilidad para su liberación y simplemente alegrémonos de este éxito.

Julián Assange compareció ante la juez estadounidense Ramona Manglona en Saipán, Islas Marianas del Norte, territorio exterior de Estados Unidos en el Pacífico Occidental. En el marco de un acuerdo de declaración de culpabilidad, se declaró culpable de conspiración para obtener y revelar información para la defensa nacional. El juez confirmó el acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, declarando que Assange saldría de la sala como un hombre libre.

Según los observadores, Assange estuvo a punto de llorar tras conocerse el veredicto, pero no quiso hacer ningún comentario a los periodistas presentes. Su esposa Stella comentó su estado de ánimo en X (antes Twitter): «Pienso en la sobrecarga sensorial que debe suponer para él caminar entre la multitud de la prensa tras años de privaciones entre las cuatro paredes de su celda de máxima seguridad en la prisión de Belmarsh».

Julián Assange llegó al aeropuerto de Canberra, la capital australiana, como un hombre libre y pudo abrazar a su esposa y a su padre, entre los aplausos de sus seguidores.

Foto de https://x.com/wikileaks

Para cubrir los enormes costos de más de US$ 520.000 dólares del regreso de Julián Assange a Australia en jet privado, porque no lo dejaron abordar un avión de pasajeros, y para apoyar económicamente su recuperación, se ha lanzado un petición urgente para donaciones.