“Es el cumplimiento de un proceso político de concentración de poder”
El sábado 1 de junio, Nayib Bukele, quien se ha autodenominado el “dictador más cool del mundo”, fue investido para un segundo mandato como presidente de El Salvador, en una reelección que ha sido ampliamente denunciada como ilegítima. La constitución de El Salvador limita el ejercicio de la presidencia a un solo mandato al prohibir las reelecciones consecutivas. Sin embargo, en 2021 la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de El Salvador emitió un fallo que habilitó la candidatura de Bukele para la reelección.
Previamente, Bukele había logrado que la Asamblea Legislativa salvadoreña reemplace ilegalmente a los cinco magistrados de la sala por partidarios suyos. Hablamos desde San Salvador sobre el tema con Roman Gressier, periodista que cubre la política centroamericana para el servicio en inglés del periódico digital El Faro. Gressier analiza la popularidad obtenida por Bukele a través de su dramática represión contra las pandillas, la vigilancia de periodistas y organizaciones de derechos humanos y la presencia de “delegaciones paralelas de Estados Unidos” en la toma de posesión de Bukele donde, a pesar del creciente repudio a su autoritarismo, hubo tanto representantes del Gobierno de Biden como un elenco de personajes de derecha alineados con Trump.