Chile 2024 se encuentra enfrascado en una polarización y un ambiente tenso y complejo en todas las discusiones que hacemos a todo nivel, respecto de nuestro futuro, leyes requeridas, presupuestos a aceptar para los efectos de pensiones, salud, educación, eficiencia del gasto en el Estado, cuánto Estado debe haber en los diversos procesos, etc. Cualquier lector que viva o esté atento a lo que ocurre en Chile, estará de acuerdo con este primer párrafo.
Mi reflexión es cómo podemos desde este punto, recuperar todo lo que nos une, las naciones crecen y son capaces de buscar un mejor futuro en la misma medida en que son capaces de reconocerse en su diversidad y en sus diferentes miradas sobre el presente y el futuro, como una nación, un grupo humano diverso y con distintas historias, pero que comparten un territorio, una historia común y un deseo de mejorar la situación de todos, porque todos nos necesitamos y tenemos grandes desafíos por delante.
Mirando a la historia reciente, un punto de inflexión muy relevante que tuvimos como país en democracia, ha sido la épica victoria que se logró para derrocar a la dictadura de Pinochet con un lápiz,
votando, donde literalmente todo el padrón del momento votó y fue contundente en su decisión, no se quería que Pinochet siguiera adelante por otros 10 años y se debía llamar a elecciones, para iniciar nuevamente el período democrático de Chile. Esto fue un proceso histórico que nos unió y nos condujo al mejor período de crecimiento y desarrollo que Chile ha experimentado como fue la década de los 90.
Recordando las cifras clave de ese día 5 de Octubre de 1988, de los 7.435.913 personas inscritas en el padrón, votaron, 7.251.933, un 97,53% del padrón, o sea todos y el resultado fue un 56% por la opción NO y un 44% por la opción SI. Desglosando esto por comunas, se puede apreciar que hubo un sólido apoyo al SI de las poblaciones donde las FFAA, tenían grandes contingentes, lo que era obvio dado que podía incluso pensarse en una orden de mando directa para apoyar al “jefe”, lo que es lógico que ocurriera y probablemente ocurrió. Pero a pesar de eso la voluntad de todo el país fue superior.
Sin irse por la tangente, ese momento histórico y épico fue un motivo de unión y reunión de esfuerzos para hacer que las voluntades se sumaran hacia un mejor futuro para todos, Chile requería de ese momento y con mucho esfuerzo y trabajo se logró y luego durante muchos años se concretó un histórico período de crecimiento y desarrollo. Pero eso ya fue hace más de 35 años atrás, lo que en
términos de un país es mucho y poco a la vez.
La gran lección es que si trabajamos juntos y logramos unir nuestras voluntades se logran grandes cosas y sin eso, es solo caos y desorden lo que perdura, así de simple y así de definitivo.
¿Qué hacer ahora en 2024 para recuperar este espíritu de unión? Yo creo que debemos ser muy humildes en reconocer que ningún grupo puede prosperar sin el otro, ninguna tendencia es un cáncer
que debe ser extirpado, como se ha dicho de la izquierda, ni tampoco ningún sector es una lacra que debe ser eliminada para siempre de la faz de la tierra. Todos son necesarios para hacer este gran
proyecto que es ayudar a todas las personas de buen corazón del País a prosperar y luchar unidos en contra de la violencia, la envidia, la pobreza y la falta de oportunidades.
Los verdaderos enemigos son la falta de educación, la falta de salud, la pobreza de los adultos mayores, las bajas pensiones, la falta de trabajo y la violencia en todas sus formas. Ahí es donde hay que colocar los esfuerzos y los recursos.
Hoy el mundo está sumido en problemas graves de intolerancia y guerras, es algo evidente que estamos en el borde de problemas mayores para el desarrollo de un proyecto de vida armónica entre los seres humanos. Debemos enfrentar el problema de la sobrepoblación, se debe enfrentar teniendo menos hijos, asunto que hoy ya se expresa en la mayoría del mundo, pero esta solución traerá problemas graves en la transición hacia un mundo con menos habitantes humanos. Hay herramientas útiles para apoyar este proceso como pueden ser la robótica y la mecanización de procesos hoy desarrollados por humanos mal pagados, pero nuevamente el paso de la situación actual hacia un nueva, será compleja y en muchos aspectos traumática, de ahí la necesidad de compartir una unión de propósito muy sólida que nos ayude a hacer ese complejo tránsito de una manera pacífica por el bienestar de nuestros nietos y sus hijos. Los que serán menos en cantidad que lo eran antes, pero por eso mismo más preciados y más imprescindibles.
Las migraciones son también parte de la solución del problema de la menor natalidad, personas de zonas con menor trabajo y oportunidades, migrarán hacia zonas con mejores posibilidades y eso es
parte de la solución, pero la transición nuevamente será conflictiva. Debemos unir propósitos para mirar con otros ojos más gentiles nuestra vida y nuestras acciones y buscar líderes que sean inclusivos, pero decididos para defender los principios humanos de un mundo mejor, menos poblado y más equilibrado con la naturaleza y con mayores habilidades sociales de tolerancia y amabilidad, pero con determinación y claridad para escoger aquellas políticas de largo plazo que nos ayudarán como humanidad a imaginar un futuro siglo XXII y XXIII más auspicioso, esa es la meta y la tarea de nosotros los habitantes del siglo XXI.