Naturalistas y conservacionistas celebran hoy el Día Mundial de las Aves Migratorias, que acontece cada año los segundos sábados de mayo y octubre, coincidiendo con las dos grandes migraciones de este reino.
La efeméride se celebra el 11 de mayo y el 12 de octubre en consonancia con la naturaleza cíclica de la migración de los pájaros en los dos hemisferios, para concientizar sobre las amenazas que enfrentan estas especies y sus hábitats.
El lema este 2024 es «Protege los insectos, protege las aves» pone de relieve la relación entre las aves migratorias y los insectos en medio de una disminución alarmante de ambos, señaló el portal de la Convención sobre la Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres.
Presentes en casi todos los ecosistemas, los insectos son fuentes de alimento esenciales para las aves migratorias.
Un análisis de la revista Science reveló que cada década desaparece un nueve por ciento de la población mundial de insectos.
La deforestación, la agricultura industrial, el uso excesivo de pesticidas, la contaminación lumínica y el cambio climático son los principales factores que impulsan esta tendencia.
El Día Mundial de las Aves Migratorias de este año coincide con eventos de insectos raros y fascinantes, como la aparición de cigarras de doble cría en América del Norte y el evento sincrónico de luciérnagas en el Parque Nacional de las Montañas Humeantes, que probablemente ocurrirá a fines de mayo o principios de junio.
En otras partes, la migración de la libélula “planeadora errante” (Pantala flavescens) destaca por su notable impacto en el viaje del halcón de Amur (Falco amurensis) a través de Asia y África.
Mientras, en Europa, el declive del papamoscas cerrojillo (Ficedula hipoleuca) se relaciona con la escasez de alimentos relacionada con el clima, por lo que ahora las aves llegan con frecuencia a los bosques europeos después de que las orugas hayan madurado y convertido en insectos que sus polluelos no pueden comer.
Las aves juegan roles importantes en la polinización y control de plagas, por lo cual se busca promover su conservación mediante la reducción del uso de pesticidas y el desarrollo de la agricultura orgánica, así como la protección de hábitats naturales.
Distintas actividades del hombre causan un desequilibrio y alteración de los ecosistemas marinos y terrestres y prácticas como la caza, la desforestación o la ganadería y la agricultura masiva destruyen gran parte de ellos.
Según datos registrados, un 90 por ciento de las aves mueren por comer plásticos, que son encontrados en sus intestinos.
La mayoría de las aves dependen de los ecosistemas acuáticos, ríos, lagos, humedales, marismas, que son vitales para alimentarse, anidar, beber, y como lugares de descanso durante las migraciones.
Dichos ecosistemas son cada vez más amenazados por el cambio climático, la contaminación, la sobreexplotación de los acuíferos y otros peligros para la disponibilidad de agua limpia.