Grenada, fundado en 1973, tuvo por primera vez en sus manos el instrumento de cuerdas por un hecho fortuito.
La compra de un cuatro en Rusia fue el inicio del camino que condujo a la agrupación musical Grenada al conocimiento y el uso de ese instrumento de cuerdas símbolo de la cultura venezolana.
Durante un ensayo del grupo en Moscú, su directora, Tatiana Vladímirskaya, contó a RT la curiosa historia de cómo tuvieron por primera vez en sus manos el instrumento declarado Patrimonio Cultural de Venezuela en 2013.
Vladímirskaya, sin lugar a dudas, afirma que Grenada es la primera agrupación rusa que aprendió a tocar el cuatro venezolano.
Este ensamble, creado en 1973, en sus inicios tenía una conformación reducida que constaba de dos guitarras, una «solista perfecta» y un pianista, Víctor Gorokhov, que actualmente continúa en el conjunto.
Una compra provechosa
La también doctora en Ciencias Históricas recuerda que cuando sus amigos de Tribuna Popular, órgano de prensa del Partido Comunista de Venezuela (PCV), se fueron de Moscú, querían vender el cuatro que se habían llevado a más de 11.000 kilómetros como un «recuerdo de su patria», explica.
«Decidimos comprar este cuatro y empezaron a tocar nuestros muchachos. Sabíamos sobre este instrumento, leíamos mucho, pero no lo teníamos en nuestro repertorio y empezamos a ver ejemplos de cómo se toca y se canta con él en Venezuela», cuenta.
Vladímirskaya, quien ha obtenido reconocimientos en países como Chile, Cuba y Venezuela, habla de su esposo Serguéi Vladímirski, fallecido en 2006. Lo define como un «músico excepcional» que se incorporó a Grenada unos años después de su conformación.
«Él recibió este cuatro también y sabía los ritmos venezolanos, porque lograba comprender escuchando y mirando. Podía resolver el ‘misterio’ de los ritmos«, manifiesta. Su colección está compuesta por 860 instrumentos musicales que atesora en su casa.
«El corazón de Chávez»
En 2009, cuando el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez hizo su octava visita a Rusia, conoció al grupo Grenada en la Universidad de la Amistad de los Pueblos, en Moscú. En esa oportunidad, al escuchar la destreza con la que tocaban el instrumento los invitó a Venezuela.
«El cuatro abrió para nosotros las puertas al corazón de comandante Chávez. Esto fue imprevisto, un regalo de Dios, así es como hay que explicarlo», dice.
Cuando conocieron al entonces presidente venezolano hablaron con él. En sus siguientes visitas a la capital rusa tuvieron reencuentros en universidades y otros espacios.
Chávez consiguió que se abrieran cursos de cuatro, dictados por músicos venezolanos, en el Conservatorio de Moscú. Varios integrantes de Grenada aprovecharon para afianzar la ejecución del instrumento.
Cuatro al estilo ruso
Vladímirskaya rememora la vez que el músico colombiano Francisco Zumaqué iba a presentarse en el país euroasiático y las embajadas de Colombia y Venezuela emprendieron la búsqueda de un cuatrista. Entre los latinoamericanos no lo encontraron, por lo que sorpresivamente el hallazgo se dio con un ruso: Alekséi Zubrev, miembro del grupo Grenada.
Zumaqué tenía que tocar con una orquesta local que, a pesar de estar compuesta con músicos con amplia experiencia, les costaba interpretar música latinoamericana. La directora de la agrupación recuerda que le trató de explicar al también compositor y arreglista colombiano lo complejo que resultaban los ritmos de América Latina para los rusos.
Además de Zubrev, las mujeres rusas también tienen protagonismo con las cuerdas venezolanas. Marina Polevaia y Anastasía Karaseva, ambas de Grenada, ejecutan el instrumento y entonan canciones del país suramericano y de otros rincones de América Latina.
Presentación en Venezuela
Pocos días después de la conversación con la directora del ensamble, Grenada llegó a Caracas para participar en el Festival Viva Venezuela, que se llevó a cabo entre el 10 y 19 de mayo. Esta fue su tercera visita.
La agrupación —que recibió la Orden Generalísimo Francisco de Miranda, en su Primera Clase, durante el gobierno de Chávez— se presentó en la Plaza de los Museos y en la Plaza Los Símbolos (ambas en Caracas) y en Guarenas (Miranda). Además, impartió una clase magistral sobre el folclor ruso en la Universidad de las Artes (Unearte), también en la capital venezolana.
En esta oportunidad estuvieron en el país suramericano parte de sus integrantes, entre los que se encuentran: Olga Shapúrova, Olga Avérina, Viktor Makárov, Ksenilia Viktor, Alfiya Ravilova, Ekaterina Zubreva e Irina Obukhova.
Durante sus recitales en espacios públicos, interpretaron canciones tradicionales rusas, acompañadas de danzas; algunos temas del repertorio latinoamericano y, por supuesto, sacaron el cuatro, el güiro y las maracas para cantar ‘Barlovento’, del compositor venezolano Eduardo Serrano, ‘Viva Venezuela’, de Militiano Díaz, entre otras.
El público, que se integró plenamente al espectáculo, independientemente si cantaban en ruso o en español, al final terminó subido a la tarima bailando la reconocida ‘Kalinka‘, junto al grupo.