En el 2023 lo consideraron el segundo más hondo de mundo y ahora acaba de batir todas las marcas.
Un equipo de científicos del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) de México, afirmaron que «aún no se ha alcanzado» el fondo del agujero azul Taam Ja’, localizado en la bahía de Chetumal de la península de Yucatán, al sureste del país.
Los investigadores publicaron este lunes un artículo en Frontiers in Marine Science, donde explican que sus dispositivos de exploración de este abismo marino, ubicado muy cerca del lugar donde impactó el asteroide Chicxulub, que se cree que provocó la extinción de los dinosaurios, solo les permitieron llegar hasta una profundidad de 420 metros bajo el nivel del mar (mbnm), pero no tocaron el fondo del mismo.
Batiendo récords
Con estas nuevas mediciones, el Taam Ja’, que viene de la expresión maya para referirse al ‘agua profunda’, es al menos 100 metros más profundo que el agujero azul hallado en China en el 2016, el Sansha Yongle, cuya profundidad llega a los 300 metros y era considerado, hasta el momento, como la estructura kárstica marina más profunda del mundo.
A inicios del 2023, casi el mismo equipo científico de ECOSUR posicionó momentáneamente al Taam Ja’ como el segundo más hondo del mundo, con base en los resultados de datos de ecografía que indicaban una profundidad de 274,4 mbnm. Sin embargo, ahora constataron que es tan profundo que ni siquiera el sonido puede rebotar en su fondo.
Los investigadores explican que al llegar a ese límite el agua se traga los ecos de las ondas acústicas de alta frecuencia antes de que puedan penetrar más al fondo. Este límite de aguas con diferentes densidades, conocido como ‘picnoclina’, dispersa las señales acústicas.
La nueva inmersión
En diciembre del pasado año, los investigadores de ECOSUR anclaron un barco en medio del ojo del agujero, de alrededor de 13.690 metros cuadrados de superficie, y arrojaron un cable al mar. En la punta había un instrumento capaz de medir datos de presión, temperatura y conductividad del agua.
Cuando se extendieron los 500 metros de cable, el dispositivo aún no había llegado al fondo. Debido a que las paredes de piedra caliza y yeso del Taam Ja’ descienden en un ligero ángulo, en lugar de paralelas, el dispositivo determinó que se encontraba a 420 mbnm.
Los investigadores aspiran a realizar una nueva inmersión con una expedición equipada con robots submarinos que permitan llevar un instrumento a mayor profundidad. «En las profundidades también podría haber una biodiversidad por explorar y vincularla a procesos fisicoquímicos y geomorfológicos, formando un biotopo único», sugieren expertos de ECOSUR.
Cuando su instrumento alcanzó la marca de 400 metros, los datos en tiempo real transmitieron condiciones cambiantes del agua, que de repente convergieron con las del mar Caribe. Esto indica que el agujero bien podría contener un túnel que lo conecte con el océano más amplio.