La salvaje incursión de Hamas con 1.200 personas asesinadas y cerca de 200 rehenes, fue aprovechada por Netanyahu para desatar en la opinión pública mundial el efecto Bandwagon o » efecto arrastre» que consiste en que «las personas tienden a apoyar las ofertas que se consideran ganadoras pues les proporciona una alta dosis de oxitocina que refuerza su autoestima al saberse parte de un colectivo ganador». Para ello, Netanyahu se sirvió de la teoría de “la aguja hipodérmica o bala mágica” del estadounidense Harold Lasswell, que se basa en “inyectar en la población una idea concreta con ayuda de los medios de comunicación de masas para dirigir la opinión pública en beneficio propio y que permite conseguir la adhesión de los individuos a su ideario político sin tener que recurrir a la violencia” (los palestinos son terroristas e Israel tiene el Derecho de defenderse).
Sin embargo, el efecto Bandwagon u «opinión de la mayoría», provoca un rechazo posterior y despierta una simpatía por la opción minoritaria que se conoce como «efecto Underdog o perro apaleado». Dicho término fue usado por primera vez en 1859 y consiste en que «el individuo se inclinaría por la opción política menos valorada (perro apaleado), ya que la considera injustamente atacada o menospreciada».
Israel habría aplicado la Doctrina Dahiya, que sería «una guerra asimétrica en las zonas urbanas mediante el uso de la fuerza desproporcionada en represalia contra las zonas civiles utilizadas como base para los ataques como elemento disuasorio y en la que no se discriminan víctimas civiles y militares», táctica militar que atenta contra los más elementales Derechos Humanos.
En consecuencia, el castigo asimétrico de Israel sobre la Franja de Gaza con cerca de 35000 víctimas palestinas, (la mayoría mujeres y niños), así como unos 10000 cadáveres enterrados en los escombros, habría desencadenado una ola de apoyo mundial a la población civil gazatí masacrada por Israel, escenificada en los abucheos del público a la cantante israelí en el Festival de Eurovisión así como en las manifestaciones anti Netanyahu en Tel Aviv , en las manifestaciones pro Gaza de las principales capitales occidentales y en los encierros pro Gaza en Universidades europeas y estadounidenses.
En el plano doméstico, el diario Haaretz se habría convertido en el adalid de la defensa de los valores democráticos y en una editorial del 8 de octubre acusó directamente a Netanyahu de ser» el responsable de esta guerra entre Israel y Gaza» y según una encuesta de The Jerusalem Post, el 80% de los encuestados afirman que «el Gobierno es el principal responsable de la infiltración de los milicianos palestinos» y un 56% opina que «Netanyahu debería dimitir al acabar la guerra actual».
En consecuencia, la presión de la Comunidad Internacional y la desafección de la sociedad israelí, podrían desembocar en la convocatoria de nuevas elecciones que faciliten la formación de un nuevo Gobierno de Salvación israelí que pueda hacer posible la utopía de «Dos pueblos, dos Estados», no siendo descartable el inicio de un proceso penal contra Netanyahu y su Ministro de Defensa, Yoav Galant.