Los periodistas tenemos el reto de aportar una información relevante para un cambio social necesario. La información ambiental es vital.
Por María García de la Fuente*
Energías Renovables, 4 de mayo, 2024.- Vivimos una triple crisis planetaria: la crisis climática, la de pérdida de biodiversidad y la contaminación. Ante esta grave situación, el periodismo ambiental es indispensable para informar con rigor y como sucede ante las emergencias, salvar vidas.
Este año la Organización de Naciones Unidas (ONU) dedica el Día Mundial de la Libertad de Prensa a la libertad de expresión en el contexto de la actual crisis medioambiental mundial.
La elección no podía ser más oportuna. En un contexto en el que bulos, manipulaciones, desinformaciones y mentiras en relación al cambio climático se publican a diario en redes sociales, el papel de los periodistas se ha convertido en garantes de la información veraz, contrastada y rigurosa.
La ciencia sigue haciendo su trabajo y necesita que se conozca por parte de la sociedad y ahí los periodistas jugamos un papel fundamental, para que esos descubrimientos científicos y esos datos verificados lleguen a la población.
Los periodistas nos hemos convertido en verificadores y además de contrastar nuestras informaciones, como siempre hemos hecho, también tenemos que verificar lo que se vierte en redes sociales. Mentiras y bulos que corren a mucha velocidad y provocan mucho daño, e incluso ponen en riesgo la vida de las personas. Si seguimos dando voz a negacionistas y retardistas del cambio climático estaremos contribuyendo a aumentar la mortalidad de la población.
Los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, de la Comisión Europea y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) lo han dicho muy claro: la mortalidad vinculada al calor ha aumentado un 30% en las últimas dos décadas en Europa. Hacerse eco de voces que niegan la evidencia del cambio climático es poner en riesgo la vida de los ciudadanos.
El cambio climático está directamente relacionado con la salud pública y la lucha contra la desinformación es vital, porque nos jugamos miles de vidas. La ONU afirma en su declaración: “El acceso a información confiable y la importancia de fortalecer el periodismo ambiental y científico independiente son más críticos que nunca”.
Y advierte que “las campañas de desinformación y la información falsa están poniendo los conocimientos y los métodos científicos de investigación en tela de juicio. Los ataques a la validez de la ciencia suponen una seria amenaza al debate público plural e informado”.
Treinta años han pasado desde la primera conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa en 1994 y también hace treinta años que se creó la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), que durante estas tres décadas ha trabajado por el reconocimiento de una especialización periodística que hoy es imprescindible. El periodismo ambiental está presente en todas las redacciones y es una información muy demanda por la sociedad.
La información ambiental trata de todo aquello que nos afecta a nuestra vida diaria, desde que nos levantamos por la mañana y encendemos la luz (qué energía consumimos), desayunamos (de dónde vienen esos alimentos), nos vestimos (de qué materiales está fabricada nuestra ropa) y vamos al colegio o al trabajo (qué medios de transporte utilizo).
Los periodistas tenemos que ser capaces de informar de forma precisa, rigurosa y exhaustiva sobre los problemas medioambientales, sus consecuencias y posibles soluciones. No sólo de las amenazas, sino también de cómo hacerlas frente. Proyectos de adaptación y mitigación que la ciudadanía tiene que conocer para poder hacer frente mejor al cambio climático. Es el periodismo de soluciones. Dar a conocer proyectos que funcionan y son replicables y mejoran la vida de las personas.
En este Día Mundial de la Libertad de Prensa también queremos rendir un homenaje a las compañeras y compañeros que cubren temas medioambientales y se enfrentan a una gran variedad de amenazas y formas de violencia por la naturaleza de sus reportajes. Desde violencia física, vigilancia, presión y amedrentamiento hasta los filtros y la moderación de contenidos para restringir el acceso a la información. Todas tienen el mismo objetivo: impedir que el público tenga información y limitar la capacidad de las personas para tomar mejores decisiones para sus comunidades y su bienestar.
Naciones Unidas hace un llamamiento a que la comunidad internacional tenga como prioridad proteger a periodistas y comunicadores en general y a periodistas ambientales en particular. Como parte de esa tarea, es importante capacitar a los medios de comunicación para que informen de manera más eficaz sobre el clima y el medio ambiente, con el fin de proteger el planeta e informar a la ciudadanía para que tenga una mejor comprensión de estos temas.
Los periodistas tenemos el reto de aportar una información relevante para un cambio social necesario. La información ambiental es vital.
—
* María García de la Fuente es presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA).