Se hizo pública, con características de escándalo, una situación de deepfake en el colegio Saint George´s College de Santiago. Una Deepfake consiste en la manipulación digital, trucando una imagen y/o video, alterando con inteligencia artificial las características de una persona. En este caso, desnudaron a su compañeras de colegio y al parecer compartieron las nuevas imágenes en redes sociales.
Obviamente no es la primera vez que sucede en un establecimiento educacional, pero la publicidad se debe a que es un colegio de elite, con apoderados bien vinculados a los medios de comunicación y a las instituciones, en particular, a la Fiscalía Oriente que abrió una investigación de oficio, es decir si mediar demanda ni querella.
Las investigaciones que hemos realizado en Fundación Semilla nos indican que casi la mitad de la violencia en contextos escolares tiene un origen en género, y por ello es tan importante que la Educación Sexual Integral sea parte de currículum. En Semilla, creemos que Chile dio un paso en falso al rechazar el proyecto de ley de Educación Sexual Integral y no se hizo cargo del origen de la violencia en contextos escolares.
Los establecimientos educacionales no pueden seguir ignorando esta realidad. Sobre todo, los colegios confesionales que creen que todo lo que se refiera a género y sexualidad es un pecado, y que al abrir un espacio de educación se está promoviendo la promiscuidad y el libertinaje.
Llevamos años trabajando estos temas: investigación, desarrollo de material pedagógico, programas de apoyo en establecimientos educacionales en la formación de profesionales de la educación y de estudiantes y en abordaje de crisis. Por ello, en base a nuestra experiencia es que, para quienes tengan intención de prevenir, sugerimos al menos abordar los siguientes aspectos:
Necesidad de ESI: la ESI desempeña un papel fundamental en la prevención de la violencia sexual en los colegios, pues proporciona a los estudiantes información precisa y completa sobre su cuerpo, relaciones saludables, consentimiento, y cómo reconocer y resistir situaciones de violencia sexual. Esto les permite comprender sus derechos sexuales y del resto, y tomar decisiones informadas.
Educación en ciberseguridad: Los estudiantes deben ser conscientes de los diversos riesgos en línea, como el grooming (acoso sexual en línea), el sexting no consensuado, el robo de identidad y el acceso a contenido inapropiado. La educación en ciberseguridad puede ayudar a los estudiantes a identificar estos riesgos y tomar medidas para protegerse a sí mismos y a sus compañeros.
Importancia del consentimiento: La educación sobre el consentimiento enseña a los estudiantes a respetar los límites personales de los demás y a entender que el consentimiento es necesario en todas las interacciones sexuales y personales. Esto puede ayudar a prevenir la violencia sexual, el acoso y otras formas de comportamiento no deseado o coercitivo.
Educar sobre masculinidad tóxica: La masculinidad tóxica promueve comportamientos agresivos, dominantes y violentos como signos de masculinidad. Esto puede contribuir a la violencia de género, incluida la violencia doméstica, el acoso sexual y la agresión. Educar a los estudiantes sobre la masculinidad tóxica les ayuda a reconocer y desafiar estos comportamientos, promoviendo relaciones más saludables y respetuosas.
Teniendo estos cuatro pilares fundamentales a trabajar en los establecimientos educacionales, podríamos empezar a pensar en nuestras escuelas como espacios seguros en temas de consentimiento y respeto a los derechos de todas las personas que componen la comunidad educativa.