Docentes de inteligencia artificial (DIA´s) ya son una realidad y están comenzando a presionar por un cambio significativo en la educación. Aquellas sociedades que sean capaces de innovar en educación junto con sus comunidades educativas tomarán la delantera en el desarrollo humano de sus pueblos mientras que aquellos que se resistan al cambio quedarán rezagados.
Debemos salir de la zona de confort y dejar de entender la educación como un campo de batalla ideológico. Entender que estamos en una situación de suma cero o, peor aún, de resultado negativo. Necesitamos buscar y generar consensos para una nueva política pública educativa.
Como lo informa la Red Educativa Mundial (REDEM): “la Universidad de Harvard ha dado un paso audaz al “contratar” a un bot de inteligencia artificial como profesor en el curso de Ciencias de la Computación. Este robot de inteligencia artificial, conocido como “Bot CS50”, desplegará sus habilidades en el programa de Informática (CS50) para brindar apoyo y asistencia a los estudiantes en su proceso de aprendizaje”.
Hemos dicho tantas veces que la educación no ha tenido transformaciones estructurales desde que comenzó su masificación hace más de 150 años, y pareciera que los cambios surgen por voluntades y no por estrategias. La irrupción de la inteligencia artificial en la educación ya es una realidad y los DIA’s intentarán reemplazar al docente en la forma tradicional del proceso de enseñanza/aprendizaje de conocimientos.
DIA’s se postulan como más eficientes y productivos en la enseñanza de conocimientos debido a que pueden proporcionar programas altamente personalizados, adaptando el contenido y el ritmo a las necesidades individuales de cada estudiante, utilizando información para identificar áreas de dificultad y adaptar las lecciones en consecuencia.
¿Significa esto que DIA’s reemplazarán y jubilarán a profesoras y profesores de aula? De ninguna manera. Los humanos serán aún más indispensables, pero deberán también enfocarse hacia aquellas dimensiones que no son sólo del conocimiento: enseñar a vivir en comunidad (convivencia), despertar y canalizar la curiosidad, desarrollar la creatividad, generar la capacidad de pensamiento crítico y establecer lazos afectivos, son algunas de las dimensiones en que aún los humanos no son reemplazables por la IA.
El rol docente va mucho más allá del contenido. La complementación de funciones entre DIA’s y maestros y maestras, contrario a toda visión catastrofista, permitirá volver a humanizar la educación recuperando la experiencia educativa de tal manera de seguir el consejo de Gabriela Mistral: “Amenizar la enseñanza con la hermosa palabra, con la anécdota oportuna, y la relación de cada conocimiento con la vida”. Educar con compromiso, afecto y amor sólo puede ser realizado por seres humanos.
Nos enfrentamos a algo desconocido y no existen respuestas únicas a las interrogantes que nos plantea el impacto de la inteligencia artificial en la educación. La reacción inicial es y será de resistencia al cambio. El impacto positivo de asumir y conducir el cambio será tan grande e importante que bien vale la pena enfrentarlo con espíritu innovador y optimismo.