FFAA y sus lineamientos
La misión de las FFAA es contribuir a preservar la paz, garantizar la soberanía nacional, mantener la integridad territorial, proteger las instituciones, los recursos vitales del país y los derechos, libertades y garantías de los ciudadanos frente a cualquier amenaza o agresión externa. Además, la Carta Fundamental establece el carácter de obedientes, no deliberantes, profesionales, jerarquizadas, disciplinadas y subordinadas a la autoridad civil.
Sin embargo, los principios de obediencia y no deliberación son fundamentales en una democracia, pues son el límite al monopolio de la fuerza entregado a las FF.AA., en consideración a sus atribuciones constitucionales, y a su injerencia o favoritismo sobre determinados sectores políticos.
FFAA, en casos de corrupción
Cuando se destapa el enriquecimiento de Pinochet, con la bochornosa aparición de sus cuentas en el Banco norteamericano RIGGS en las que se depositaron fondos destinados a “Gastos Reservados” de la Comandancia en Jefe; y otras 125 cuentas corrientes develadas por el Senado norteamericano, que alcanzaban los 21 millones de dólares, se iniciaba así un camino de impunidad para estos desfalcos y turbios “negocios” del capitán general.
Sus sucesores comandantes en jefe del Ejército Óscar Izurieta, Juan Miguel Fuente-Alba, Humberto Oviedo y Martínez Menanteau, fueron encausados por la jueza Romy Rutherford, ministra en visita del caso ‘Milicogate’, una investigación por fraude en la institución castrense, que inició en 2017 y que fue cerrada por la corte suprema en septiembre 2023, derivando la investigación a la justicia militar.
Y el caso más reciente, fue el escandaloso fallo del 4° Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, que absolvió al comandante en jefe del Ejército Juan Miguel Fuente-Alba y a su esposa Anita Pinochet, por lavado de activos, aduciendo la mala calidad de las investigaciones policiales, de sus peritos y de una idéntica situación con el trabajo de la Fiscalía, a pesar de acreditarse que, en su periodo, la pareja llegó a acumular 7.000 millones de pesos en su patrimonio, sin que esto fuera posible de cuadrar con los ingresos de sueldo que sumaron en el periodo 250 millones. Esto da una señal contundente, que la élite puede contar con impunidad en sus actividades de enriquecimiento ilícito, siguiendo la espuria escuela de Pinochet con el manejo de los fondos destinados a “Gastos Reservados” de la Comandancia en Jefe del Ejército.
Los casos de Antuco y Putre
A 19 años de la tragedia de Antuco, dónde 44 conscriptos y un sargento fallecieron congelados a raíz de una orden de un “superior” que no consideró las condiciones climáticas, en la región del Bío Bío, el ejército vuelve a la palestra pública este 27 de Abril con una situación similar en la localidad de Putre, donde el conscripto, Franco Vargas, pierde la vida en una marcha en altitud, y otros 45 (con dos semanas en el servicio) terminaron hospitalizados con complicados cuadros respiratorios y digestivos infecciosos, shock sépticos y trastornos sicológicos. La gravedad de los hechos aumenta al conocerse que la información preliminar entregada por la institución distaba bastante respecto de lo señalado por los soldados involucrados.
En virtud de los relatos presentados el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) presenta una denuncia por el delito de apremios ilegítimos y ante la cual el fiscal nacional Ángel Valencia señala que la causa no puede estar entre dos justicias y que una de ellas debería quedarse con la investigación, con las consabidas implicaciones de lo significa que sea entregada a la justicia militar.
Para el abogado de las víctimas de Antuco, Alfredo Morgado, el énfasis debe colocarse en el trato que las autoridades militares brindan a sus conscriptos, pues este no contempla ni respeta la dignidad humana y urge una revisión profunda de los protocolos en relación a este punto, opinión que se ve respaldada por las declaraciones de Carlos Álvarez, presidente de la agrupación de sobrevivientes de la tragedia de Antuco, para quien a pesar que se están tomando acciones disciplinarias contra los responsables “no cree que se pague como corresponde” señalando además “ Porque los que son superiores se creen como dioses y se tiene que hacer lo que ellos dicen“. Para Francisco Lizama, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Santiago, es indispensable una revisión profunda de los protocolos de ingreso y los internos para determinar capacidades físicas y psicológicas para instruir o recibir instrucción “No es primera vez que acontecen
situaciones respecto a conscriptos, hay que recordar lo que aconteció en Iquique con un conscripto que comenzó a disparar a mansalva y que se suicidio”. Es necesario hoy discutir un servicio militar optativo.
FFAA, su postura frente a los derechos humanos
En este contexto de descrédito e impunidad del mando del ejército, el poder político del país acaba de entregar en sus manos las atribuciones, para operar en tareas internas de lucha contra la delincuencia, rebajando todo control sobre actuaciones que vulneraran los derechos ciudadanos, implantando nuevamente la ideología de los enemigos internos. Así a futuro, no es difícil prever, la intención de la elite de contar con una fuerza armada que proteja sus actos desleales con las mayorías, y se podrá decretar el control social, sin importar la vulneración de los derechos humanos, amparados en una total legalidad de sus actos. Se puede ver la instalación de una nueva dictadura cívico militar, en donde los civiles pretenden ser quienes lleven el pandero, invirtiendo la situación de la dictadura de Pinochet, pero para la población que sea afectada, no habrá ninguna diferencia en la violencia que tendrán que padecer, con la que se sufrió en los 17 años de dictadura en el siglo
pasado.
Seguridad interior y reestructuración militar
Es seguro que frente a un mundo que cambió y sigue aceleradamente ese derrotero de modificaciones estructurales, es válido preguntarse sobre el rol, sentido y dirección de las FFAA en este contexto. Porque hoy es necesario fijar la posición frente al rol del Estado y de la soberanía popular que da el sustento a éste. En un momento actual caracterizado por poderes económicos supranacionales, en que se redactan y aprueban tratados comerciales que desacreditan sobrepasando las definiciones y acuerdos políticos del Estado – Nación, y que además instalan instancias judiciales distintas a las cortes de nuestra nación, ¿en qué pie queda la función militar, con sus atribuciones de detentores de la violencia que les otorga tal Estado, dependiente de resoluciones foráneas, específicamente de intereses que no son los del pueblo?.
Son muchas las cuestiones a resolver, todas muy complejas y con implicancias en el tipo de sociedad que se requiere.
Es momento de revisar el diseño clasista de la carrera militar chilena, en que se perpetúa una puerta de entrada para la oficialidad proveniente de las familias acomodadas, y una distinta para el mundo popular con el techo de suboficialidad, sin caminos hacia el mando del ejército.
En 2019 en pleno estallido social, Piñera le declara la guerra a su pueblo, teniendo a su lado en las cámaras de TV al actual comandante del ejército, quien, al ser requerido por los periodistas a su salida de La Moneda, aseveró tajantemente, “yo soy un hombre feliz, la verdad no estoy en guerra con nadie”. Tal postura evitó un derramamiento de sangre de las mayorías en las calles, y da una señal esperanzadora en la actual crisis. Es también relevante que él diera de baja a los mandos zonales, por la muerte del conscripto en estos días. La pregunta que queda en el aire, es si se trata sólo de un acierto del comandante Javier Iturriaga, o es una mirada compartida en la institución. Ojalá sea esto último.
Redacción colaborativa de Ricardo Lisboa Henríquez; M. Angélica Alvear Montecinos; Sandra Arriola Oporto; Guillermo Garcés Parada y César Anguita Sanhueza. Comisión de Opinión Pública