Los creyentes de la Fe Bahá’í conmemoran el 16 de Azamat en el calendario Badí -fecha análoga al 29 de mayo del calendario gregoriano-, el fallecimiento de Bahá’u’lláh, a quien consideran el último de una línea de mensajeros divinos que incluyen a Abraham, Moisés, Buda, Krishna, Zoroastro, Jesucristo y Muhammad.

Si bien la muerte del fundador ocurrió tres días antes, el día 16  es significativo porque es el día en que Bahá’u’lláh fue enterrado.

Bahá’u’lláh, cuyo nombre significa en árabe «La Gloria de Dios»,  fue el fundador de la Fe Bahá’í, una religión que surgió en el siglo XIX en Persia (ahora Irán). Bahá’u’lláh enseñó que todas las religiones provienen de la misma fuente espiritual y que la humanidad está destinada a la unidad y a la paz mundial. Sus enseñanzas se centran en la unidad de la humanidad, la igualdad de género, la eliminación de los prejuicios raciales, la armonía entre la ciencia y la religión, y la necesidad de una autoridad mundial para promover la paz y la justicia.

Bahá’u’lláh fue perseguido por sus creencias y pasó gran parte de su vida en el exilio, donde escribió por lo menos 1.500 cartas, algunas con extensión de libro, que han sido traducidas a más de 800 lenguas.​

Entre sus obras más notables figuran Las Palabras Ocultas, el Libro de la Certeza, y el Kitáb-i-Aqdas. Algunas enseñanzas son místicas y tratan sobre la naturaleza de Dios y el progreso del alma, mientras que otras abordan las necesidades de la sociedad, las obligaciones religiosas de sus seguidores o la estructura de las instituciones bahá’ís que propagarían la religión.

Vivió sus últimos años en una casa de campo, donde falleció en 1892. Su santuario es el lugar más sagrado de la tierra para los bahá’ís.

Según datos proporcionados por su propio servicio informativo, la Fe Bahá’í cuenta en la actualidad con cinco millones de seguidores en todo el mundo.

Si bien hay adeptos en prácticamente todos los países y territorios del mundo, las comunidades bahá’ís más significativas se encuentran en India, Irán, Estados Unidos, Kenia y Uganda. En el lugar de su surgimiento, Irán, ahora hay alrededor de 300 000 bahá’ís, que constituyen la minoría religiosa más grande de ese país.