Por Alternativas Noviolentas.

El profesor Fernando Hernández Holgado analiza, desenmascara y desmonta el militarismo y sus múltiples justificaciones en su libro El pensamiento militarista. Sobre las “guerras justas”, editado por Catarata, y que presentamos a continuación.

El tema central es mostrar cómo los intentos de aplicar el derecho a la guerra, y la “guerra justa” son solo coartadas y pretextos que se hunden en sangre y nos llevan hasta las guerras totales y asimétricas y permanentes actuales, ya sin otra justificación que el poder mismo.

Recogiendo el “Mito de la experiencia de guerra” del historiador George Mosse expone con claridad cómo se construye y difunde la mitificación y glorificación de la guerra, con la sobrevaloración de gestas, armas, ejércitos y toda su parafernalia, con su terminología épica de héroes, sacrificio, entrega, virtudes militares y ardor patriótico, generosidad y misión cumplida, con estatuas en las plazas, películas, leyendas, juegos infantiles o libros de historia. A ello hay que añadir una concepción supremacista del hombre y su masculinidad belicosa y dominante.

Denuncia la progresiva primacía y autonomía de los ejércitos sobre la política civil. Y cómo el rearme en tiempo de paz explica la guerra que le sigue.

Aunque solo se apunta sin desarrollar su contexto y su riqueza, es de gran importancia la presentación de la tradición de pensamiento pacifista y de oposición a la guerra, pensamiento siempre ocultado y denostado, con importantes movimientos y organizaciones sociales y políticas, y un gran número de mujeres y hombres luchadoras y valientes, verdaderos modelos ignorados por la actual cultura militarista.

Bien documentado, el libro está salpicado de pequeñas citas y referencias que, sin embargo, muestran el fonde de cultivo del pensamiento militarista. Por ejemplo, cuando comenta que Hegel plantea cómo la guerra fortalece a los pueblos, les aleja del “hundimiento en el vicio” propio de épocas de paz demasiado prolongadas. O con la cita desmitificadora de nuestro prohombre Ortega y Gasset que, en su libro España invertebrada dice. ” Medítese un poco sobre la cantidad de fervores, de altísimas virtudes, de genialidad, de vital energía que es preciso acumular para poner en pie un buen ejército. ¿Cómo negarse a ver en ello una de las creaciones más maravillosas de la espiritualidad humana? La fuerza de la armas no es fuerza bruta, sino fuerza espiritual”.

Es un buen comienzo para el libro el prólogo de Carlos Taibo con el reconocimiento, extensible a toda la izquierda, de llegar tarde a asumir el antimilitarismo, con todo su significado.

El camino para salir de esta ideología totalitaria que es el militarismo es una opinión pública cada vez más consciente y crítica, que pase del eslogan “presupuestos militares para gastos sociales” a la denuncia de los ladrillos con que se construye la guerra, como es por ejemplo, la fabricación y venta de armas, la aceptación sin debate de los presupuestos militares o la concesión de grandes partidas para armamento sin pasar por el Parlamento. Necesitamos construir un nuevo imaginario colectivo de noviolencia, que genere alternativas laborales y de defensa y seguridad, solidarias y sin armas.

La lectura de este libro es un buen paso en esa dirección.

 

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