Hoy lunes se cumple un año desde que comenzó la devastadora guerra en Sudán. Según las estimaciones, 15.000 personas ya han muerto y otros 8,6 millones de personas se han visto obligadas a dejar sus hogares.
Según la ONU, esta es “una de las peores crisis humanitarias y de desplazamiento del mundo, y una de las más ignoradas”.
Tanto el Ejército sudanés como el grupo paramilitar llamado Fuerzas de Apoyo Rápido, han sido acusados de crímenes de guerra, mientras que el conflicto no muestra indicadores de que se pueda llegar a solucionar.
Los actos de violencia sexual resultan generalizados, los ataques son indiscriminados. Tanto los ataques contra los centros de salud como la restricción de la ayuda humanitaria, han dejado a las comunidades de todo el país destrozadas y con recursos cada vez más escasos.
Las Fuerzas de Apoyo Rápido han sido acusadas además de llevar a cabo una limpieza étnica y atacar a grupos no árabes de la región, incluida la comunidad étnica Masalit.
La ONU está pidiendo a los países que aumenten los fondos destinados a Sudán, donde unos 25 millones de personas necesitan asistencia humanitaria de manera urgente.
Por su parte, Francia está realizando hoy una conferencia sobre Sudán en París, con el objeto de conseguir que los países europeos se comprometan a enviar ayuda.