Docentes, no docentes, autoridades, investigadores y estudiantes universitarios realizarán el martes 23 de abril una marcha nacional “inédita” a partir de las 15.30, de Congreso a Plaza de Mayo, y también en todas las provincias del país, con paro nacional y jornadas de protesta en defensa del sistema universitario y científico público argentino, para reclamar contra el desfinanciamiento que lleva adelante el Gobierno Nacional a cargo de Javier Milei.
La marcha fue convocada de manera conjunta por el Frente Sindical de Universidades Nacionales que nuclea a los gremios docentes y no docentes Conadu, Conadu Histórica, Fedun, Fagdut, UDA, Ctera y Fatun; la Federación Universitaria Argentina (FUA), que representa a más de dos millones de estudiantes en el país, y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), organismo no estatal que congrega a las autoridades de 57 universidades nacionales y 14 provinciales, entre otras instituciones.
Desde Conadu, la federación de docentes universitarios más representativa del país, anunciaron el viernes un paro nacional universitario con movilización para el 23 de abril, que será acompañado por un amplio arco de actores políticos, sociales y gremiales.
A la vez, desde la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) anunciaron Jornadas nacionales de protesta con marchas en todas las provincias junto a las universidades, además de la movilización a Plaza de Mayo en CABA.
El acto central está previsto para las 18 en Plaza de Mayo donde leerán un documento conjunto, informaron las organizaciones.
En la convocatoria explicaron que “la crudeza de la situación universitaria y del sector de ciencia y tecnología, y su aceleración motivada por las políticas del Gobierno del presidente Milei exigen respuestas rápidas y articuladas por parte de la comunidad universitaria” y que la marcha nacional “pondrá la universidad en la calle y permitirá a toda la ciudadanía expresar su apoyo”.
“Coincido con el presidente del CIN —Victor Moriñigo— en que esta marcha es algo ‘inédito’”, dijo a Somos Télam la presidenta de la FUA, Piera Fernández De Piccoli.
Y explicó que “como estudiante y joven que quizás no ha vivido otras crisis emblemáticas del sistema educativo, salvo la del 2018 —bajo la gestión del ex presidente Mauricio Macri—, esta tiene un componente de unidad de diversidad y pluralidad en la demanda tan fuerte, y la crisis y la asfixia a la que están sometiendo al sistema universitario es tal que no tiene antecedentes, además con una proyección discursiva e ideológica del Gobierno que ataca de manera permanente el prestigio de la universidad pública”.
Asimismo, remarcó: “Apelamos a que también ese sector de la sociedad que quizás hoy no va a la universidad, pero tiene un graduado cerca, o se atiende en el Hospital de Clínicas, o va a los consultorios odontológicos de la UBA también pueda estar en la marcha del 23, es muy importante”.
Por su parte, el secretario general de Conadu y arqueólogo de la Universidad de La Plata y Conicet, Carlos De Feo, dijo a Somos Télam: “La expectativa que tenemos es de una gran marcha multitudinaria, que exprese el descontento generalizado hacia un Gobierno que avanza sin negociar”.
Y completó: “Este es el primer paso de una pelea mucho más larga que claramente no está en los despachos del Gobierno porque hasta ahora ha sido infructuosa. En un Gobierno libertario las paritarias no son libres, sino que se imponen. La discusión con este Gobierno se da en las calles porque en los despachos oficiales es imposible”.
En ese sentido, denunció que “hoy tenemos una situación entre las y los docentes que no teníamos hace 20 años: una gran cantidad de cargos como auxiliares y profesores jóvenes están debajo de la línea de la pobreza, no cubren la canasta básica, no llegan a 600 mil pesos”.
Entre las principales consignas de la marcha, el representante gremial destacó la defensa de la universidad pública y gratuita en Argentina, que “es lo que está en juego con este programa de ajuste que está llevando el Gobierno nacional frente a las universidades”, señaló.
Además, hizo hincapié en la cuestión presupuestaria, porque “este año el Gobierno ha puesto, con una inflación del 270%, el mismo presupuesto que el año anterior lo que hace que sea imposible el funcionamiento de las universidades en condiciones normales y esto se suma al recorte en ciencia y técnica, porque el 95% de actividades de ciencia y técnica se realizan dentro del ámbito de las universidades públicas y en institutos de doble pertenencia de Conicet en su gran mayoría”.
Y como tercera consigna mencionó la necesidad de una recomposición salarial, ya que los ingresos están atravesados por “una inflación que supera en estos cuatro meses de Milei, de diciembre para acá, el 70%, con un aumento salarial que hasta el momento fue del 30%, –precisó–, lo que hace que tengamos en cuatro meses la misma pérdida de poder adquisitivo salarial que tuvimos durante los cuatros años del gobierno de Macri”.
Asimismo, De Feo consideró que es necesario que “legisladores y las cámaras empiecen a tener políticas claras frente a este gobierno que viene a destruir una Argentina que estaba en disputa, que a lo largo de 40 años de democracia supo crear valores importantes que tienen que ver con la solidaridad, los derechos humanos y un futuro para todos”.
El lunes 22 a las 17, un día antes de la movilización, autoridades superiores y representantes gremiales y estudiantiles del CIN, el Frente sindical y la FUA compartirán el mensaje que esperan elevar al Poder Ejecutivo nacional en una conferencia de prensa conjunta que será transmitida en vivo y en directo desde el canal youtube oficial del Consejo a fin de que la información tenga el alcance nacional que la actividad requiere.
Por qué es importante ir a la marcha
“La universidad es una institución que forma mentes críticas”, destacó De Feo y contrapuso que lo que el Gobierno espera es “tener unos muñequitos formateados para un empleo de baja calidad, que no discuten nada y aceptan todo de forma pasiva”.
“La universidad no es eso, y menos la universidad argentina que tiene una larga historia de pelea. Ellos al pensamiento crítico le llaman adoctrinamiento y mienten descaradamente”, completó el representante gremial.
Asimismo, la referente a la FUA y próxima a graduarse en Ciencia Política en la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) dijo que “la educación pública es la herramienta fundamental de movilidad social ascendente, es libertad, y es fundamental para el pensamiento crítico”.
“Hay mucha angustia y mucha incertidumbre entre los estudiantes porque hay un montón de chicos que se van de sus ciudades, que viajan cientos de kilómetros, que alquilan, que hacen una inversión para poder estar en la universidad, y hoy están ante la inseguridad de cómo va a proyectarse y va seguir esa carrera universitaria”,explicó.
Los apoyos
Distintos sectores de la sociedad expresaron su acompañamiento a la marcha esta semana como parte de sus planes de lucha ante el ajuste: las tres centrales obreras CGT, CTA Autónoma, CTA de las y los trabajadores; organismos de Derechos Humanos, organizaciones estudiantiles secundarias y terciarias, movimientos sociales; legisladores y legisladoras; partidos políticos; graduados y la comunidad científica, entre otros.
También, el jueves pasado se viralizó la noticia de que un grupo de 200 estudiantes autoconvocados de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), que luchan por conformar un centro de estudiantes en esta universidad privada, se manifestaron en solidaridad y defensa de la universidad pública.
Encabezados por la creadora de la iniciativa, Luciana Salas Marzzan, que conversó con Somos Télam, anunciaron que acompañarán la marcha nacional.
La convulsionada semana previa
Entre los sucesos más destacados de la última semana respecto a la emergencia presupuestaria de las universidades nacionales, el jueves por la noche el Gobierno quiso oficializar un acuerdo con las universidades pero el sector educativo salió a desmentirlo.
A través de las redes sociales, el Ministerio de Capital Humano detalló propuestas de aumentos del 70% para los gastos de funcionamiento de las casas de estudio de todo el país, pero luego de este anuncio el CIN relativizó el acuerdo y ratificó la marcha del martes.
En sintonía similar y después de participar en una reunión para discutir paritarias, el Frente Sindical de Universidades Nacionales señaló que la administración a cargo de Javier Milei “claramente quiere eliminar la Universidad Pública”, rechazó la oferta salarial de un 8% de incremento y agregó que “siguen mintiendo al afirmar que su gestión prioriza la educación”.
Ese mismo día por la mañana, en medio de un masivo abrazo al Hospital de Clínicas, el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, advirtió que la universidad podría cerrar en dos o tres meses si no se actualiza el presupuesto.
La UBA a oscuras fue una de las imágenes más icónicas de la semana. Por el recorte presupuestario a la UBA, que el pasado 10 de abril fue la mejor clasificada a nivel nacional en el Ranking global QS con seis carreras en el top 50 mundial, ya hay facultades que funcionan sin luz, sin ascensores y sin calderas.
El martes se conoció la nota remitida por el secretario de Hacienda de la UBA, Matías Ruiz, a decanos, el director del Ciclo Básico Común (CBC), y los hospitales y colegios dependientes de la universidad, con el objetivo de tomar medidas de restricción del funcionamiento de los servicios públicos.
Durante la jornada se viralizaron imágenes de los estudiantes cursando a oscuras o haciendo largas filas para tomar un único ascensor habilitado en la facultad de Medicina.
También a lo largo de las últimas semanas, las diversas comunidades educativas del país realizaron, banderazos, cacerolazos, ruidazos, abrazos a las instituciones y clases públicas para reclamar un aumento presupuestario para las universidades y la situación de emergencia.
“Al igual que en la UBA, en todas las universidades del país hay distintas medidas que son decisiones que toman las gestiones en el marco de que no tienen presupuesto para funcionar ni para cumplir con las mismas actividades con las que cumplían el año pasado. Y todo esto implica un deterioro de la calidad académica y en las políticas de acceso y permanencia en la universidad”, concluyó la referente de la FUA.
Fuente: somostelam.com.ar