“Además de recuerdos, prendas guardadas o relojes de sus hijos, me mostraron en algunos casos las habitaciones intactas de ellos”, contó a Somos Télam el fotógrafo Leo Vaca. La exposición permanecerá abierta hasta fines de abril en el Centro Cultural Islas Malvinas de las calles 19 y 50 de La Plata, con entrada libre y gratuita.
Fuente: somostelam.com.ar
En vísperas de un nuevo aniversario del golpe de Estado genocida del 24 de marzo de 1976, la muestra “Un abrazo infinito” del fotógrafo Leo Vaca se propone como un ejercicio de memoria sobre la lucha contra la impunidad que Madres y Abuelas de Plaza de Mayo libraron contra el olvido y la impunidad.
Se trata de una sucesión de imágenes y retratos de aquellas mujeres que integraron el emblemático movimiento de derechos humanos que se enfrentó con la última dictadura cívico militar, denunciando sus crímenes y reclamando “aparición con vida y castigo a los culpables”.
“El proyecto nació semanas antes del 24 de marzo de 2021, como una idea de la Secretaría de Derechos Humanos de Nación para hacer un ensayo visual durante la pandemia. Luego editamos un libro con esas fotos. Son retratos de Madres y Abuelas de todas las ciudades del país”.
Leo Vaca
La exposición, que permanecerá abierta hasta fines de abril y puede visitarse de manera libre y gratuita en el Centro Cultural Islas Malvinas de las calles 19 y 50 de La Plata, intenta mostrar otro costado de Madres y Abuelas, al presentar sus retratos en espacios privados y hogareños.
“El proyecto nació semanas antes del 24 de marzo de 2021, como una idea de la Secretaría de Derechos Humanos de Nación para hacer un ensayo visual durante la pandemia. Luego editamos un libro con esas fotos. Son retratos de Madres y Abuelas de todas las ciudades del país”, contó el reportero gráfico a Somos Télam.
Vaca nació en La Plata en 1973, comenzó su carrera como fotógrafo en los años ’90 y trabajó en los medios gráficos El Día, La Prensa, La Nación, Clarín, Infojus Noticias, Télam, Revista Anfibia, Crisis, Gatopardo y Coolt.
Es miembro de la Asociación de Reporteros Gráficos de Argentina (Argra) y formó parte de los encuentros nacionales de fotografía que se celebraron en Chapadmalal, Alta Gracia y Río Tercero.
En una charla con Somos Télam contó que “en las fotos puede encontrarse a las Madres y Abuelas en sus casas, en sus espacios íntimos”.
“Además de recuerdos, prendas guardadas o relojes de sus hijos, me mostraron en algunos casos las habitaciones intactas de ellos”.
Leo Vaca
“Eso le fue dando mucha fuerza a ese registro, continuamos con esa idea de retratarlas en sus intimidades, no sólo tradicionalmente, sino abriendo el paisaje a sus livings y sus patios, sus recuerdos, sus fotos y elementos de lucha como el pañuelo”, subrayó.
A través esos objetos –cartas, dibujos, notas de papel, postales, paquetes de cigarrillos, medallas, juguetes y prendas de vestir– se aprecia en cada imagen el paso de sus hijos e hijas por este mundo antes de ser secuestrados y/o asesinados por el gobierno cívico-militar que gobernó entre 1976 y 1983.
Cora Gamarnik, en uno de los textos presentados en la muestra, plantea: “Nos acostumbramos a ver a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo en sus acciones públicas. (…) Las vimos resistiendo la represión durante la dictadura y durante la democracia, enfrentando a los caballos, dándose fuerza unas a otras, en medio de gases lacrimógenos. Este documento visual, viene a hacer el recorrido inverso. No son fotos de celebración ni de denuncia ni de épica. Son imágenes sensibles, amorosas que nos las devuelven a la intimidad de sus hogares, a sus afectos, al espacio privado que las cobijó, del que tal vez no hubieran salido si el terrorismo de Estado no les hubiera arrancado a sus hijas e hijos”.
“Además de recuerdos, prendas guardadas o relojes de sus hijos, me mostraron en algunos casos las habitaciones intactas de ellos”, describió Vaca, quien tomó las fotografías al cabo de dos años, lo que le permitió que las Madres y Abuelas le permitieran acceder “a esos tesoros”.
“Eso le dio un color a la muestra muy cariñoso e íntimo. Siempre digo que estando ahí pude sentir el perfume de sus manteles”, explicó el reportero gráfico..
“Estamos en un momento histórico lamentable porque se cuestiona la lucha de los organismos; se pone en duda que los desaparecidos fueron 30 mil. En ese marco, esta muestra cobra mucha importancia”.
Leo Vaca
Entre las retratadas están Nora Cortiñas, Tati Almeida, Estela Carlotto, Rosa Tarlovsky de Rosinblit. Diez de las referentes retratadas fallecieron y, por eso, Leo destaca que “este trabajo toma mucha fuerza porque se nos están yendo y este proyecto, de alguna manera, prolonga la lucha”.
“Estamos en un momento histórico lamentable porque se cuestiona la lucha de los organismos; se pone en duda que los desaparecidos fueron 30 mil. En ese marco, esta muestra cobra mucha importancia”, reflexiona el artista y subraya la necesidad de “seguir dando a conocer estas historias”.
Así, indica que “esta es una oportunidad muy buena para leer cada caso y abrazarse a estas viejitas hermosas que dieron su vida para buscar a sus seres amados desaparecidos”.
En otro de los textos que acompaña la muestra, la periodista Marta Dillon señala: “En las arrugas de las manos, en la luz de las cocinas, las salas y los jardines, en las imágenes de cuando ser madre era todo promesa, en los rasgos ajados donde se puede advertir la herencia interrumpida de un hijo que sonríe para siempre en un registro de graduación, en el bordado de los pañuelos blancos; allí tal vez haya algo de respuesta para las preguntas del principio que recorren esta muestra: ¿cómo se teje la trama de la existencia en torno a un cuerpo ausente? Mientras, a la vez, se formulan otras: ¿quiénes seremos todes cuando las Madres ya no estén? ¿Dónde seguirán estando?”