Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la «red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental» y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.
Dicha red estuvo teledirigida por la CIA y a pesar de desaparecer el peligro de invasión soviética, siguió actuando en los países occidentales para evitar que partidos comunistas llegaran al poder a través de unas elecciones democráticas y se dedicaron a sembrar el caos mediante la doctrina conocida como » estrategia de la tensión».
La operación Gladio afectó a prácticamente toda Europa, con especial virulencia en Italia donde fue investigada por el juez Guido Salvini, quién concluyó que organizaciones terroristas de extrema derecha como Ordine Nuovo o la Vanguardia Nacional «estaban estrechamente vinculadas con el Estado italiano y la CIA estadounidense» y que «la CIA les señalaba los objetivos y les animaba a actuar».
Por su parte, el suizo Daniele Ganser en su libro «Los ejércitos secretos de la OTAN. La operación Gladio y el terrorismo en Europa occidental» , relata la historia de los ejércitos secretos anticomunistas de la OTAN creados por la CIA y el MI6 después de la II Guerra Mundial en todos los países de Europa Occidental.
¿Está en marcha la Operación Gladio 2.0?
El objetivo confeso de los globalistas encabezados por Soros y la Open Society Foundation (OSF) sería la implementación del Nuevo Orden Mundial (NWO), que implicaría la recuperación del papel de EEUU como gendarme mundial siguiendo la Doctrina Brzezinski. Así, eje globalista anglo-judío estaría preparando un escenario bélico que abarcaría prácticamente la totalidad de la cartografía terrestre, quedando América Latina como islote en un océano borrascoso.
Sin embargo, la posible victoria de Trump en Noviembre del 2024 representaría el ocaso de la estrategia atlantista de Biden y Soros empecinados en defenestrar a Putin del poder, la firma de un acuerdo de Paz en Ucrania y el retorno a la Doctrina de la Coexistencia Pacífica con Rusia. Ello supondría la entronización del G-3 (EEUU, Rusia y China) como «primus inter pares» en la gobernanza mundial y el final del sueño obsesivo de los globalistas encabezados por Soros y la Open Society Foundation (OSF) de conseguir la balcanización de Rusia, «la ballena blanca que los globalistas llevan décadas intentando cazar».
Para evitarlo, los globalistas habrían gestado la Operación Gladio.2.0, consistente en despertar a sus células durmientes y provocar cruentos atentados de gran impacto mediático en Rusia y su contrarréplica en países europeos on el objetivo confeso de provocar la implicación de la OTAN en un conflicto total con Rusia que por mimetismo podría extenderse a Extremo Oriente y desembocar en la Tercera Guerra Mundial.
El estreno de la Operación Gladio 2.0 habría sido el cruento atentado en la sala de conciertos Crocus de Moscu, con el saldo de cerca de 140 muertos y más de 150 heridos y cuya autoría fue inicialmente reivindicada por el Estado Islámico (EI). Posteriormente, Putin ha reconocido que los autores del cruento atentado serían «islamistas radicales» originarios de Tayikistan, pero la sombra de la autoría intelectual seguiría sobrevolando sobre la CIA y la inteligencia ucraniana, no siendo descartable que dada la dinámica de acción-reacción en la que estamos inmersos tras el atentado de Moscú, puedan repetirse en varios países europeos nuevos atentados cometidos por la red Gladio 2.0.