Berta Cáceres fue una destacada activista ambiental y líder indígena lenca en Honduras. Fundó el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) y luchó contra proyectos de represas, minería y tala ilegal que amenazaban los derechos de las comunidades indígenas y el medio ambiente en Honduras.
Berta fue asesinada en su casa en La Esperanza, Honduras, el 2 de marzo de 2016 debido a su activismo incansable en defensa de los derechos de los pueblos indígenas y del medio ambiente. Cáceres había recibido amenazas de muerte debido a su liderazgo en la lucha contra el proyecto de la represa hidroeléctrica Agua Zarca, que habría tenido graves impactos ambientales y sociales en las comunidades indígenas lenca. Su muerte, ampliamente condenada a nivel nacional e internacional, ha puesto de relieve los riesgos que enfrentan los defensores de derechos humanos y ambientales en Honduras y en todo el mundo.
«A ocho años de aquella noche fatídica en la que nos arrebataron a Berta, seguimos peleando por su justicia, sabiendo que su memoria no será honrada hasta que todos sus asesinos tengan condenas firmes y el pueblo Lenca no vea amenazada su vida y sus territorios.», se indica en un comunicado emitido por el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).
En estos años de lucha, añade la organización, «hemos aprendido que la justicia va más allá de los tribunales; es un eco que resuena en la preservación de nuestra identidad, en la defensa de nuestros territorios y en la construcción de un futuro donde la voz de nuestras comunidades sea escuchada y respetada. Al recordar a Berta, recordamos también la importancia de preservar y fortalecer nuestras tradiciones, sabiduría y formas de vida. En este camino, no estamos solos ni solas y no desfalleceremos.»
El texto de la declaración conmemorativa expresa además «La lucha por la justicia para Berta Cáceres es también la lucha por la preservación de nuestras raíces, por el derecho a vivir en armonía con la naturaleza y por un futuro donde la espiritualidad y la tierra sean pilares fundamentales.»
El pronunciamiento culmina exigiendo la resolución de los recursos de casación de las dos sentencias por el crimen contra Berta Cáceres por parte de la Corte Suprema de Justicia de Honduras, como así también la captura y enjuiciamiento de todos los miembros de la familia Atala Zablah vinculados con el crimen por parte del Ministerio Público de Honduras.
Además, se intima a la instalación del Grupo Internacional de Investigación del crimen contra Berta Cáceres por parte del Gobierno de la presidenta Xiomara Castro.
Por último, el texto insta al respeto del Estado en su conjunto de los territorios y derechos de las comunidades Lencas.
¡Berta Vive, la Lucha Sigue!, se sigue escuchando en un eco de voces múltiples en distintos rincones del mundo.