El keniano Kiprotich Peter intenta transmitir su mensaje sobre la crisis climática desde la plataforma del Foro Social Mundial (FSM) que reúne a representantes de la sociedad civil del mundo en Nepal, un país montañoso que también ha sufrido los efectos de la crisis climática.

El activista juvenil Peter, que trabaja para Green World en Kenia para promover la educación medioambiental y la reforestación, sostiene un cartel en la que puede leerse: «Los países más pobres del mundo se ven obligados a pedir créditos para responder a una crisis climática que ellos no han provocado».

La enarbola desde que el jueves 15 se inició en Katmandú la edición de este año del FSM, que se congrega hasta el lunes 19 en Asia por segunda ocasión desde que los encuentros anuales se iniciaron en la ciudad brasileña de Porto Alegre en 2001, bajo el lema de: «Otro mundo es posible».

Los organizadores aseguran que más de 30 000 personas se van a congregar  en el FSM de Katmandú, en que se solapan decenas de actividades diarias, desde asambleas y debates temáticos, hasta variadas expresiones al aire libre de los activistas llegados de todo el mundo -en especial de la propia región de Asia y África- hasta este pequeño país enclavado en la región del Himalaya,

«Estoy aquí para alzar mi voz contra los créditos para hacer frente a la crisis climática. Los países pequeños como Kenia y Nepal necesitan subvenciones para luchar contra la crisis climática y mitigarla, no préstamos», añadió en su diálogo con IPS.

El activista definió el cambio climático como «una crisis en tiempo real en África, y creo que también en Nepal y en otras partes del Sur global».

Los países de renta baja y media como Nepal y Kenia han contribuido con cantidades ínfimas a las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático, pero están en primera línea de sus impactos, en forma de sequías, inundaciones repentinas y otros fenómenos meteorológicos extremos.

Según el informe 2023 sobre el clima y el desarrollo de Kenia, para mantener los avances en la reducción de la pobreza, el país tiene que actuar para mitigar y adaptarse a las alteraciones climáticas.

«La inacción contra el cambio climático podría provocar hasta 1,1 millones de pobres adicionales en 2050, en un escenario futuro de clima seco y cálido», indica el reporte.

«Se arrebata la humanidad a las personas»
Lejos de Kenia pero cerca de Nepal, en el sur de Asia, un tercio de Pakistán quedó sumergido bajo las aguas a causa de una gran inundación en 2022, que afectó a 33 millones de personas.

El historiador y líder juvenil pakistaní Ammar Ali Jan describió las secuelas de aquella inundación y el trato de la comunidad internacional como «una fea imagen de la humanidad».

«Casi una provincia fue arrasada; nunca habíamos visto una inundación así. La forma en que la gente atacaba los camiones de alimentos era casi como si se les hubiera arrebatado la humanidad», declaró este viernes 16 el fundador y presidente del partido Haqooq-e-Khalq en una sesión titulada «Hacia un movimiento mundial por la justicia climática».

«La gente pasaba hambre sin tener nada que comer; estaban atrapados. Es como si estas personas se estuvieran convirtiendo en seres humanos desechables, y sus muertes no se llorarán porque sus vidas no se valoran lo suficiente», añadió el líder pakistaní del nuevo partido de inspiración «verde».

Jan culpó al crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) del deterioro económico que siguió a la catástrofe.

Ese préstamo se concedió seis meses después de las trágicas inundaciones, pero con las condiciones de siempre y sin decir algo así como «os daremos esta subvención y os condonaremos la deuda porque estáis afectados por una crisis que no es obra vuestra», se lamentó.

El activista pakistaní sostiene que una gran parte de la humanidad carece de empatía, mientras conserva recursos y poder político.

«Para lograr la justicia climática, tenemos que encontrar formas de hacer que se escuche nuestra agenda, la agenda de la gente», añadió. A su juicio, para que ello suceda, «los progresistas tienen que tomar el poder».

Shanti Devi escuchaba a Jan y asentía con la cabeza. «Es lo mismo que ocurre en nuestro pueblo del estado de Bihar, en India», explicó. «No llueve cuando es necesario, y las inundaciones llegan en el momento de la cosecha», dijo Devi, que explicó que había decidido participar en el FSM para hacer oír su voz y escuchar la de otros líderes locales como ella.

India fue el otro país asiático que ha acogido una edición del FSM, la del 2004, celebrada en la ciudad de Mumbai.

Foto de Tanka Dhakal / IPS

Ningún foro sin respuesta
La investigadora y activista científica india Soumya Dutta hizo un llamamiento a seguir presionando para que en todos los foros se escuchen las voces de las comunidades que padece en primera línea las consecuencias de los cambios inducidos por el clima.

«Hace tiempo que atravesamos los impactos del cambio climático; estamos en una crisis climática», afirmó durante un debate sobre justicia climática. «Necesitamos elevar el movimiento social para crear un discurso político más amplio», planteó.

Otros oradores y participantes hicieron un llamamiento a la colaboración y el apoyo para hacer frente a las crisis mundiales, incluida la del clima. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, también instó a la unidad en su mensaje al FSM.

«Necesitamos solidaridad mundial para rescatar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y reformar un sistema financiero mundial obsoleto, disfuncional e injusto. También debemos unirnos para hacer frente a la crisis climática», exhortó.

Al exponer la cruda realidad de los impactos del cambio climático en las comunidades, la investigadora nepalí sobre agua y cambio climático Ajaya Dixit propuso un camino a seguir.

«Todavía damos por sentada la naturaleza, lo que debe cambiar», afirmó la investigadora, que colabora con otros investigadores en el sur de Asia.

A su entender, «para entender el cambio climático, tenemos que entender el ciclo hidrológico y del agua, porque la crisis que enfrentamos está relacionada con el agua de una forma u otra».

Según Dixit, para comprender la realidad fundamental del cambio climático, la ciencia y la comunidad deben unirse.

“Aún dudamos en reconocer el conocimiento comunitario, especialmente el conocimiento histórico de los pueblos indígenas», argumentó.

Añadió que «las ciencias naturales, las ciencias físicas y el conocimiento comunitario deben combinarse en nuestros sistemas educativos; entonces podremos comprender mejor el cambio climático y actuar en consecuencia”.

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