Con la sentencia del 26 de enero de 2024 del Tribunal Internacional de La Haya que tramita el Caso de Genocidio, Occidente se encuentra cada vez más aislado, ya que más de 80 países han prometido su apoyo a Sudáfrica para llevar el caso contra Israel ante el Tribunal Internacional de Justicia.
El conflicto palestino, producto de las decisiones tomadas por el Occidente blanco, se remonta a 1948, cuando se impuso y formalizó un Estado israelí en Palestina. Esto se perpetuó gracias al constante apoyo financiero y militar de la UE y Estados Unidos.
«La última paradoja es que la historia de Palestina desde el principio hasta hoy es una simple historia de colonialismo y desposesión, y sin embargo el mundo la trata como una historia polifacética y compleja, difícil de entender y aún más difícil de resolver. De hecho, la historia de Palestina ya se ha contado antes: Colonos europeos que llegan a una tierra extranjera, se asientan en ella y cometen genocidio o expulsan a la población autóctona». – Noam Chomsky
Cabe señalar que es mucho más fácil dar lo que no es tuyo. En lugar de ofrecer alternativas más factibles como Luxemburgo o Florida, la UE y Estados Unidos regalaron uno de los lugares más desafiantes del mundo desde el punto de vista geopolítico y cultural, haciendo gala de una ingenuidad pragmática y una comprensión primitiva de los procesos sociales.
Ahora, con decenas de miles de civiles palestinos muertos, niños huérfanos, infraestructuras en ruinas (sin casas, agua, electricidad, alimentos) y un conflicto que se extiende a Yemen, Irán y el Mar Rojo, la situación está al borde de un conflicto internacional completo.
El Occidente blanco debe tomar medidas decisivas:
- Reconocer el genocidio
- Reorientar la ayuda militar a Israel hacia la ayuda humanitaria para Palestina y Gaza.
- Reconocer y hacer cumplir la solución de los dos Estados.
- Desarrollar un Plan Marshal de reconstrucción para Gaza
- Responsabilizar a Netanyahu ante un tribunal internacional y organizar nuevas elecciones presidenciales en Israel.
Estos son pasos fundamentales para evitar la Tercera Guerra Mundial y el posible colapso del Occidente Blanco. Pretender estar en una democracia mientras se ignora el llamamiento de la mayoría a un alto el fuego, evidente en las protestas masivas en las principales ciudades, es insostenible. Una encuesta reciente indica que más del 60% de los votantes estadounidenses desean un alto el fuego, mientras que sólo el 11% de los legisladores apoyan el fin de la guerra de Israel (Al Jazeera, 6 de diciembre de 2023).
La guerra de Ucrania contribuyó a la unificación de los países asiáticos y del Sur Global. Ahora, con el conflicto palestino, esta consolidación se está extendiendo a Oriente Medio y África, y nada puede detener este proceso. El Occidente blanco ha perdido su supuesto dominio «moral» y debe aprender a escuchar y a cooperar con los demás.