Los desastrosos incendios que afectaron a Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana demostraron que –desde hace tiempo- nuestros gobiernos actúan con un clasismo e ineficacia extremos. Es importante tener en cuenta que desde hace muchos años Chile (¡y el mundo!) viene experimentando incendios desastrosos; y que ellos han afectado a pobladores urbanos o rurales de sectores populares. Particularmente en el caso de pueblos o ciudades, se ha tratado de familias que habitan sectores de alto riesgo porque han ocupado –por su extrema pobreza- los lugares baldíos que han
podido.
Por lo mismo, políticas adecuadas de prevención y control de grandes incendios es algo que involucra altas inversiones (en aviones y tecnologías eficaces) que, en definitiva, van en favor particularmente de sectores populares. La lenidad en estas materias refleja, por tanto, un clasismo extremo del cual seguramente ni siquiera se es consciente.
Así, hemos visto en TV los testimonios de diversos expertos y especialmente de Michel de L’Herbe quien ha relatado como desde hace ocho años los sucesivos gobiernos (de Bachelet, Piñera y Boric) han hecho oídos sordos a los urgentes requerimientos de aviones de mucho mayor envergadura para descargar agua y de tecnologías que permitan también un eficaz combate nocturno del fuego.
A ello debemos añadir el insólito hecho recién conocido de que las autoridades de gobierno a las 15 hrs. del fatídico viernes 2 de febrero consideraron que el incendio en Peñuelas no involucraba riesgo para Valparaíso y Viña. Y sólo a las 18:41 hrs. se emitió una alerta para El Olivar (Viña), ¡veinte minutos antes de que llegara el incendio a la ciudad! (ver “La Segunda”; 12-2-2024). Y algo ya conocido: Que Boric a las 20:24 hrs. citó al Cogrid (Comité de Gestión del Riego de Desastres) -integrado por el Senapred (Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres) y la Delegación Presidencial respectiva- para que se reuniese para monitorear el desastre ¡el día siguiente (sábado 3) a las 8 hrs.! Y que solo a las 23:34 hrs. decidió adelantar la reunión a las 0:30 hrs. del sábado…
Y otra expresión de un clasismo extremo la constituye la terca mantención por parte de la Municipalidad de Viña del Mar del Festival de Viña programado entre el 25 de febrero y el 1 de marzo. Es decir, ¡para menos de dos semanas más!; en circunstancia de que, a la fecha hay más de 130 personas fallecidas oficialmente más varias desaparecidas (¡el gobierno señala que son 16 y la alcaldesa de Viña las estima en centenares!); y se estima en varios miles las viviendas afectadas; y un gigantesco daño material, sicológico, emocional y de seguridad. Como se trata de personas pobres el festival se mantiene, porque evidentemente que si la tragedia hubiera sido un gran maremoto que hubiese afectado el plano de Viña –donde viven las clases altas y medias- con efectos parecidos; no habría ninguna duda que el Festival se habría suspendido. Y con toda razón.