“Lo que estamos viviendo en estos días es la tragedia más grande desde el 27 de febrero de 2010 (terremoto 8,2 grados). (…). Lo digo para que podamos dimensionar la magnitud de estos incendios y sus efectos en miles de familias. Por ello, he decidido decretar dos días de duelo nacional a partir de este lunes. Es Chile entero el que sufre y llora a sus muertos”, con estas palabras el Presidente Boric cerró su visita a terreno, en la que se adentró en la tragedia que viven los habitantes de Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana y Limache, de la Región de Valparaíso, ya que han sido alcanzados por el fuego. Y añadió: “A quienes han perdido a un ser querido y también a quienes han perdido sus casas, sus recuerdos y sus pertenencias, sepan que el Gobierno, el Estado y la solidaridad de los chilenos y chilenas está con ustedes”.

Además de todos los daños humanos y sociales, urbanos y de infraestructura, se ha perdido una cantidad invaluable de Naturaleza: animales, muchos árboles, grandes hectáreas de vegetación y terrenos quemados, sin mencionar la contaminación producida por las enormes nubes de humo que cubren los cielos. La Ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, suspendió de inmediato sus vacaciones para ponerse a disposición del equipo ad hoc formado por el Presidente, que tiene en la función de «enlace» coordinador a Maya Fernández, Ministra de Defensa Nacional.

Hasta este momento las cifras oficiales arrojan 112 muertos, entre los que se cuentan ancianos y niños, además de los adultos que no lograron escapar a la inclemencia de las llamas, mientras son 15.000 las viviendas completamente destruidas.

Además de la respuesta inmediata del Gobierno, de los Bomberos y los funcionarios municipales, se ha puesto en marcha la solidaridad nacional que ante cada tragedia se despliega en Chile. Son muchos los puntos de acopio que se han organizado en tantas comunas para ir en ayuda por parte de los vecinos con alimentos, líquidos, enseres, vestuario y materiales de construcción que entregar a quienes ante la fatalidad comienzan ya a sacar los escombros y se preparan para reconstruir sus hogares, pese a todo, para seguir viviendo.