Las noticias sobre enzimas e insectos comedores de plástico han sido noticia en los últimos años. Por ejemplo, los hongos que digieren el plástico en las marismas costeras o la oruga de la polilla de la cera, que puede vivir del polietileno en su fase larvaria. Sin embargo, para utilizar estos organismos comedores de plástico, los científicos necesitarían poder criarlos en grandes cantidades.

Científicos de la Universidad Tecnológica de Nanyang, Singapur (NTU Singapur) han encontrado una posible solución a este problema, desarrollando un intestino artificial de lombriz capaz de descomponer plásticos sin necesidad de criar lombrices a gran escala. Los científicos han publicado sus resultados en la revista Environment International.

Otro estudio de 2020 descubrió que los gusanos Zophobas atratus tienen bacterias intestinales capaces de descomponer plásticos comunes, pero los científicos de la NTU de Singapur observaron que este método de descomposición de plásticos no es viable para esa magnitud de plásticos, porque los gusanos comen y descomponen el plástico lentamente y requieren mucho mantenimiento para criarlos en grandes cantidades.

«Un solo gusano sólo puede consumir un par de miligramos de plástico a lo largo de su vida, así que imagínense la cantidad de gusanos que harían falta si dependiéramos de ellos para procesar nuestros residuos plásticos», explica en un comunicado Cao Bin, profesor asociado de la Facultad de Ingeniería Civil y Medioambiental de la universidad. «Nuestro método elimina esta necesidad quitando al gusano de la ecuación. Nos centramos en potenciar los microbios útiles del intestino del gusano y en construir un ‘intestino de gusano’ artificial que pueda descomponer los plásticos de forma eficiente.»

Así que el equipo de la NTU de Singapur encontró una forma de recrear el intestino de las lombrices que digieren plásticos desarrollando comunidades microbianas en matraces. Los investigadores crearon tres grupos diferentes de gusanos y los alimentaron con dietas compuestas de distintos plásticos: polietileno de alta densidad (HDPE), polipropileno (PP) y poliestireno (PS). Un grupo de control se alimentó con harina de avena.

Los gusanos fueron alimentados con sus dietas específicas durante 30 días, tras los cuales los científicos extrajeron los microbiomas intestinales y los aislaron en frascos con plásticos y nutrientes sintéticos. De este modo, los científicos crearon una especie de «intestino de lombriz artificial» que dejaron a temperatura ambiente, donde crecieron durante seis semanas.

Según el estudio, las comunidades del microbioma desarrolladas a partir de gusanos alimentados con una dieta de plástico presentaban una mayor cantidad de bacterias capaces de descomponer los plásticos al cabo de seis semanas.

«Nuestro estudio representa el primer intento con éxito de desarrollar comunidades bacterianas asociadas al plástico a partir de microbiomas intestinales de gusanos alimentados con plástico», afirma Liu Yinan, primer autor del estudio e investigador de la Escuela de Ingeniería Civil y Medioambiental de la NTU de Singapur. «Mediante la exposición de los microbiomas intestinales a condiciones específicas, pudimos aumentar la abundancia de bacterias que degradan el plástico presentes en nuestro ‘intestino de gusano’ artificial, lo que sugiere que nuestro método es estable y reproducible a escala».

Los investigadores tienen previsto seguir estudiando la capacidad de las comunidades microbianas para descomponer el plástico. Con el tiempo, esperan que esta información ayude a desarrollar formas más eficaces y prácticas de descomponer los residuos plásticos.

 

Traducido por David Meléndez Tormen

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