Finaliza la tercera edición del taller de Desarrollo Humano en las prisiones de Buenos Aires
Todos los jueves, desde el mes de marzo, se han venido realizando talleres virtuales de Desarrollo Humano en los que han participado más de 300 personas privadas de libertad y ubicadas en las prisiones de Buenos Aires. Los talleres han sido guiados por voluntarios del “Mensaje de Silo” y en ellos se han trabajado temas diversos como experiencias de contacto con uno, los principios de acción válida, el desarrollo de las virtudes de cada uno, el reconocimiento de situaciones de injusticia, temor, error, repeticiones, fracasos …
Se han leído mitos de diversas culturas, recitado poemas, analizado textos sobre la meditación, el sentido, la energía interna, los modelos, los estados internos, y se han realizado ceremonias y pedidos por el bienestar de los participantes y sus seres queridos. Todos estos trabajos han permitido un intercambio sincero y profundo sobre temas fundamentales como son la superación del sufrimiento y encontrar un propósito que le de sentido a nuestras vidas.
Para los participantes ha sido una experiencia muy enriquecedora. Julio, uno de los asistentes resume su experiencia con el siguiente testimonio: “Durante este año hemos aprendido muchas cosas, valores importantes que quizás no habíamos tenido en cuenta en otros momentos de nuestra vida, hemos podido profundizar en las diferentes experiencias que hemos vivido, en las relaciones con familiares, amigos y con nosotros mismos, hemos aprendido a reconciliarnos con otros y con nosotros. Todo este trabajo nos ha permitido para avanzar enormemente”.
El amigo Franco nos comenta: “empecé el taller de desarrollo humano en el año 2022, al principio fui por curiosidad, para chusmear, pero después me atrapó, porque me ayudó a conocerme a mí mismo, a aprender a escuchar, a tener empatía por mis compañeros, me dió un montón de herramientas para poder comunicarme con los demás. También me ayudó en el contexto familiar para poder entablar una conversación y aprender a escuchar, a reflexionar, a buscar en mi interior las cosas buenas, y a corregir las cosas en las que estaba equivocado. Gracias a este taller se me prendió una chispa y quise contagiar a mis compañeros. Los chicos que están en contexto de encierro no siempre han tenido la oportunidad de estudiar la primaria y a raíz de lo que descubrí el primer año que hice el taller, me puse a capacitar a los compañeros, a contagiarlos con los conocimientos que yo venía adquiriendo. Este año he quedado muy satisfecho, ya que he podido ver la responsabilidad de mis compañeros y el esfuerzo que realizaban”.
Todos ellos agradecen enormemente a todo el equipo que ha coordinado los talleres.