Teatro de la Scala de Milán, sábado 23 de diciembre, 2 de la tarde, ensayo general del concierto de Navidad.

La orquesta y el coro están vestidos con ropa normal (no de gala), el público es “popular”, nadie ha pagado entrada.

De vez en cuando, el director para la orquesta para dar indicaciones, hace repetir, sin embargo el calor es el del teatro, tal vez el más importante del mundo.

Algunos han decidido que allí también hay que decir algo. Se espera a que termine el ensayo, no quieren interrumpir ni molestar, pero sí que se les oiga.

En el momento de los aplausos finales, se despliegan dos pancartas, aparecen banderas, una persona invita a todos y a todas a recordar lo que está sucediendo en el mundo para que se acaben las masacres, los bombardeos, no sólo en Gaza sino también en Ucrania, en Sudán, en Etiopía, en Chad, en Yemen, en Kurdistán…

Al final les aplauden y felicitan. También los músicos hacen gestos de aprobación, de saludo.

Cada día tenemos que encontrar el modo para que se oiga nuestra voz hasta que sea tan ensordecedora y constante que cubra el estruendo de las bombas y despierte a los gobiernos mezquinos, oportunistas, inmorales y sordos.

Coraje. Sigamos adelante.