Por Juan Enrique Prieto*
Introducción
La Comisión Congreso del Partido Humanista de Chile, auto-convocada, ha terminado una etapa del evento y propone los pasos a seguir para dar continuidad a la iniciativa en desarrollo, con miras a descubrir y asentar en el colectivo partidario también las bases de sustentación de nuestra acción.
Aceptamos a priori que no son diferentes las bases que sostienen a los demás organismos del Movimiento Humanista y al Mensaje, la Escuela y los Parques, por lo que la presentación que sigue es un encuadre del ámbito mayor, en que opera todo el Humanismo Universalista hoy por hoy.
Y le damos el nombre de “Hacer lo que hay que hacer”, porque sentimos que al dolor y al sufrimiento que experimentan los pueblos en todas las latitudes, le falta la acción transformadora de condiciones, más que las explicaciones ideológicas, y aún doctrinarias… y ello será abordado por millones de voluntarios sensibles a las urgencias de los tiempos actuales, que resolverán coyunturalmente mediante una revolución humana, que lleve a la especie hacia la Nación Humana Universal.
Propósito ¡Hacer lo que hay que hacer!
El Partido Humanista se propone – como organismo que es del Movimiento Humanista fundado por Silo – ser el o un catalizador en la necesaria intervención de carácter universal en el desarrollo y evolución de la especie humana, y por ello se reconoce como un eslabón coyuntural en la cadena histórica de la misma.
Antecedentes generales
En el medio siglo comprendido desde la emergencia pública a la fecha, se agudizó el modelo económico ya instalado como universal y entendemos que ello explica la coyunturalidad de la aparición, en la misma época, del pensamiento humanista.
El Humanismo Universalista tiene muy claro que las condiciones epocales sobre el grado de complejidad de la encrucijada que enfrenta hoy la humanidad, son de una enorme relevancia e influencia en el tipo de soluciones que se puede pensar en implementar.
El Modelo o el Sistema
Es un hecho incuestionable que el modo de obtener y distribuir la riqueza se ha transformado en un modelo universalmente aceptado por los países y culturas del mundo.
Hoy se comercia mundialmente de una misma forma y sólo con determinadas monedas y mediante mecanismos bancarios también determinados. Y se replica en los mercados regionales, nacionales y locales. Y se filtra como “natural”, en todas las personas.
Y, a grandes pinceladas, podemos señalar que por su lado los medios de comunicación social – al servicio de los sostenedores eficaces del Modelo – con el apoyo de todas las demás posesiones que nacen del dinero ilimitado, crean la ilusión de que ese orden mundial es “natural”.
Así la existencia de transnacionales a cargo de todas las actividades, de Estados y para-Estados, serviles a los designios del dinero, manejado por pocos y relacionados complejos industriales militares, que aseguran buena vida a sus sostenedores y a los dueños del dinero todos los privilegios inimaginables, al par que los demás seres humanos – miles de millones en todo el planeta – algunos carentes del más mínimo recurso -, y de millones de personas carentes de lo básico y viviendo en la miseria, genera la ilusión, repetimos, de que la especie humana ha naturalizado con su aceptación del modelo, la violencia permanente que en todos los planos azota a las grandes mayorías humanas, generando un nivel de dolor y sufrimiento también naturalizado.
Escenario actual
El Humanismo Universalista señala que lo “natural”, como presenta el Sistema esa condición de injusticia absurda e inhumana, es intencional, y agrega que la violencia que genera también lo es.
El Humanismo Universalista entiende como un deber moral denunciar que es el manejo del capital financiero especulativo, que se ha adueñado del todo social, cognitivo-comunicacional- material y religioso-cultural (FFAA incluidas), el que a través de formas “legales” básicamente transnacionales, realiza acciones de apoderamiento y extracción desde el planeta de las riquezas, lo que mantiene ese modelo de explotación del trabajo y la dignidad básica de los seres humanos, generando un “momento epocal actual”, de enorme violencia, injusticia, dolor y muerte de miles de millones de personas en cada generación, sobreviviendo los demás en un planeta dañado ya casi irreversiblemente por el extractivismo irracional de recursos no renovables, que está a la base de la forma de producción de la riqueza que valora el Sistema descrito.
Es una reiterada obviedad señalar que un “Sistema” como el reseñado tiene el “cuidado” de mantener formas de convivencia social, vecinal, ciudadana “corrientes” de parte de los integrantes de las “elites mundiales”, de modo que, utilizando las formas de propiedad y de uso de todo instrumento normalizado en su cultura, manejen a su gusto y necesidad todos los medios de comunicación social, todas las formas de ejercer las “libertades públicas”, nacionales e internacionales, y los Derechos Humanos, y especialmente los mecanismos previsionales, de salud y educación, y en particular el manejo de los mercados de alimentos y de las armas (no son casuales las hambrunas y las guerras), mantienen el control social de las multitudes hipnotizadas.
Esto, reproducido en cada localidad de cada país, en todos los continentes, es la red miserable del abuso y dolor que nace del alma extraviada de quienes no reconocen otro dios que el dinero.
Es la perversión moral de los individuos que no tienen problema en transformarse en lobos de sus hermanos.
Este es, puntos más o menos, el escenario actual de la tarea del Humanismo Universalista, que hace de sus Principios el antídoto de la miseria, que concluye con mucha fuerza que la lucha contra todo ello ha de seguir un camino que resulta inmanejable e inapropiable por el poder y el dinero, y no es otro que el despertar de la conciencia humana y luego, mediante la intencionalidad, poner en marcha la revolución humana que es necesariamente no-violenta.
Señales positivas de futuro
Percibimos que en los tiempos actuales ya se están dando luces de un proceso de efectivo cuestionamiento a la omnipotencia del Sistema.
Ya en diversas latitudes se han manifestado los jóvenes contestatarios contra un modelo inmutable y sopla en el mundo entero una vaporosa idea acerca del sentido de la vida en la especie humana, que sabemos devolverá a cada uno la fe en sí mismo y en los demás. Eso permitirá rearmar el tejido social de los hombres y mujeres de paz y la repugnancia visceral hacia la violencia será un sello de crecimiento personal y de hermandad.
En Chile, el estallido social del 2019 marca un antes y un después que viene siendo aparentemente reabsorbido por un modelo o sistema que muere, pero se puede sentir en lo profundo del relato social que no hay conformidad ni intención de bajar los brazos en la iniciativa de sostener la lucha por la mantención de los derechos sociales y humanos logrados con anterioridad, en un tremendo proceso social y político de un par de siglos.
Otro elemento positivo en la mirada al futuro lo instala el Humanismo Universalista en el cambio del patriarcado ancestral, por un movimiento feminista consciente del mundo diverso en lo relacionado con género.
Son los signos del tiempo que viene y nace pero aún no cede su puesto el actual que muere y sus estertores se ven violentos.
Conclusión e invitación
El Humanismo Universalista tiene un largo inventario de bienes generados en su corta historia desde las Salitas del Mensaje y los Parques de Estudio y Reflexión como los más significativos, incluso materialmente, pasando por sedes propias de algunos de los organismos; pero sin duda, lo más valioso que tenemos es una Doctrina sorprendente para el mundo por lo certero de sus enseñanzas y propuestas, sostenida y mantenida por una conocida cantidad de personas de toda condición y edad, algunos actuando en el silencio de su intimidad y otros cuantos agregando su intención y mirada a la difusión de la idea de sumar más y más personas a la obra común de Humanizar la Tierra.
Creemos en el Partido Humanista y en todos los organismos del Movimiento Humanista y en todo el mundo Siloísta, que la obra común finalmente es la que señalamos al principio de este texto, es decir ayudar a otros y a nosotros con nuestras propuestas y experiencias en la tarea del despertar del ser humano, mediante trabajo en lo social y colectivo, simultáneo con el trabajo interno de autoconocimiento y crecimiento personal. Esto es, la transformación personal en función de la transformación social.
Sabemos que es probadamente claro que los Talleres y Retiros crean la condición interna necesaria para lograr los objetivos propuestos por cada uno y por el conjunto.
Por todo lo expuesto a grandes líneas, queremos terminar pidiendo a todos los siloístas – donde quiera que estén aplicados – y a todos los humanistas, tengan o no experiencia de trabajo interno, unir y templar voluntad y propósito para poner en condiciones reales de operatividad a nuestra herramienta política actual, el Partido Humanista.
No hay tremendismo, la coyuntura de la especie, la singularidad del momento de proceso de la humanidad, se va a manifestar. Los tiempos están, pero debemos poner la Nación Humana Universal como destino manifiesto del proceso.
No es casual que el Partido Humanista Internacional (PHI), recientemente haya acordado casi por la unanimidad de sus miembros plenos, un “calendario” para su segunda rota (2024-2036) con hitos relevantes, y para el año 2030 se prevé lanzar una propuesta pública de todos los Partidos Humanistas del mundo, de invitar a la humanidad a darse la imagen de cómo pensar e implementar la Nación Humana Universal.
*Partido Humanista, abogado, investigador del Centro de Estudios Humanistas Alétheia