Un análisis comunicacional y decolonial del primer discurso de Javier Milei como presidente
Javier Milei repitió cuatro veces la frase «el ajuste es inevitable” en su primer discurso como presidente. Además, citó a Roca, Sarmiento y Benegas Lynch (h). Invocó a Dios y a “las fuerzas del cielo”. Rememoró los tiempos de la Campaña Expedicionaria al Desierto como la más productiva de la historia del país. Trató a los pueblos preexistentes como “bárbaros” e indicó que un programa de shock es más eficiente que uno de gradualismo. Por otro lado, en el plano de lo simbólico, Milei saludó de forma esmerada a Mauricio Macri durante el cambio de mandos con Alberto Fernández, habló de la “pesada herencia” del kirchnerismo, mientras que el público arengó primero (dos veces) las frases: “¡Si, se puede! ¡Si, se puede!” Y luego: “¡Policía! ¡Policía! ¡Policía!”. La presencia del Rey de España Felipe VI y la del presidente de Chile, Gabriel Boric, terminaron de cerrar el campo semántico de la “confianza financiera” que propone el debutante mandatario para impulsar una nueva era neocolonial y neoextractiva en Argentina, como ventana hacia el mundo.
Kiñe | Uno
“Un ajuste que caiga con toda su fuerza sobre el Estado y no contra el sector privado”
La primera frase de Javier Milei fue la que hizo referencia a las grandes demandas del poder empresarial —al que él responde— sin dudar, sin chistar y con fuerza de ley: “Hay que mostrar el ajuste fiscal, para que el capital empresarial quiera invertir en el país”.
El mensaje es claro: “van a haber reformas en la constitución y represión en las calles”. “El que corta, no cobra”, advirtió más adelante. Un programa que de novedoso no tiene mucho. Pero que demanda exclusivamente a las fuerzas de seguridad del Estado.
No hay reforma, sin represión. No hay reforma sin “sacrificios dolorosos”, advirtió el nuevo presidente.
La novedad quizás sea que Milei pretende que Argentina sea una ventana en términos de ajuste, represión y “confianza financiera”. Ese es el verdadero plan de la Nueva Conquista en Argentina. Volver a despojar a los locales para beneficio del capital foráneo.
Epu | Dos
El programa de shock se ejecuta sin graduaciones
Todo el discurso presidencial de Javier Mlilei estuvo enfocado en las prioridades económicas (empresariales). Puntualmente sobre la manera en que serán ejecutadas:
“Tampoco hay lugar a la discusión entre el shock y el gradualismo. En primer lugar, desde el punto de vista empírico, todos los programas gradualistas terminaron mal. Mientras todos los programas del shock (salvo el de 1959) fueron exitosos. En segundo lugar, porque del punto de vista teórico si un país carece de reputación (como lamentablemente es el caso de Argentina) los empresarios no invertirán hasta que vean el ajuste fiscal haciendo que el mismo sea recesivo. Y, en tercer lugar, y no por ello menos importante, para hacer gradualismo es necesario tener financiamiento, y lamentablemente, tengo que repetirlo de nuevo: ‘¡No hay plata!’”
Se espera que para el día martes 12 de diciembre, Nicolas Caputo (actual ministro de Economía de la Nación) exponga el nuevo paquete de medidas económicas que sintetizarán esta primera etapa de “austeridad”: supresión de los subsidios, detención de la obra pública, liberación de los precios del combustible y las prepagas, la conversión de las empresas públicas en sociedades anónimas (para facilitar su venta).
Kvla | Tres
Reivindicar a Roca es como reivindicar a Videla
Javier Milei entre la extensa variedad de representes políticos a los que admira (fundamentalmente con nombres extranjeros) decidió citar y reivindicar a Julio Argentino Roca con la frase:
“Nada grande, nada estable y duradero se conquista en el mundo, cuando se trata de la libertad de los hombres y del engrandecimiento de los pueblos, si no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”.
Citar a Roca es como citar a Videla. Y esto no es casual. Como tampoco es casual que Milei cite a Sarmiento y al proyecto colonial que se sostuvo con la consigna “hay que repoblar la argentina (con migración europea)”.
“En 1853, luego de 40 años de haber declarado la independencia, bajo el auspicio de un pequeño grupo de jóvenes idealistas —que hoy conocemos como la generación del 37— decidimos como pueblo abrazar las ideas de la libertad. Así se sancionó una constitución liberal, con el objetivo de asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para toda la posteridad, y para todos los ciudadanos del mundo que quieran habitar el suelo argentino. Lo que vino después de la sanción de esa constitución, con fuerte raigambre liberal, fue la expansión económica más impresionante de nuestra historia. De ser un país de bárbaros, enfrascados en una guerra sin cuartel, pasamos a ser la primera potencia mundial. Para principios del siglo XX éramos el faro de luz de occidente. Nuestras costas reciben con los brazos abiertos a millones de inmigrantes que se escapaban de una Europa devastada en busca de un horizonte de progreso”.
La migración europea y la concepción de progreso se entremezclan en detrimento de las poblaciones locales. La expulsión, el destierro y la apropiación de las tierras de los pueblos preexistentes fue y ha sido el capital inicial con el que se han servido el Estado Nacional argentino y el capital “visionario” extranjero. Esa época rememora con nostalgia Javier Milei. Por eso, no es arbitrario, ni azaroso que cite a Roca. Una nueva campaña del desierto es clave para este gobierno para extender la industria del litio, Vaca Muerta y la “inversión extranjera”.
Meli | Cuatro
“El que corta, no cobra”
Por eso el que corta, no cobra. Y tendrá sanciones judiciales. Milei anticipa el inevitable «sopapo». La gente, el pueblo, como en el 2001, va a salir a la calle, sabiendo, inclusive, que el “sacrificio va a ser doloroso*.
El encierro representa hambre. El estado cautivo presiona y acorrala. Pero el pueblo argentino ya tiene experiencia con buitres y hienas. En el fondo sabe el pueblo argentino que el proyecto libertario tiene más olor a goma quemada y bomba de gas del 2001, que a olor a plástico nuevo producido en la modernidad.
Kechu | Cinco
“¡Policía! ¡Policía! ¡Policía!”
Es la primera vez en mi historia (38 años) que escucho en una asunción presidencial o acto político a un grupo de personas arengando: “¡Policía! ¡Policía! ¡Policía!”, en respuesta a las “caricias” discursivas que le propuso Milei a las fuerzas de seguridad que conducirá la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
“Han dejado abandonadas a las fuerzas de seguridad de la Nación”, se queja Milei. Y sabe que ahí, en esas fuerzas, coexiste un aliado imprescindible para ejecutar un ajuste con represión.
Los interrogantes son: ¿hasta dónde llegará la Ley Antiterrorista? ¿Cómo será ejecutada? ¿Serán sólo perseguidos activistas mapuche? ¿Se multiplicarán los montajes judiciales con penas de cárcel?
Kayu | Seis
“¡Si, se puede! ¡Si, se puede!”
Hay múltiples gestos que mostraron el protagonismo de Mauricio Macri en la asunción de Milei: el saludo considerado en el cambio de mandos con Alberto Fernández, la referencia constante a la “pesada herencia” del kirchnerismo, la idea constante del cambio (“Los argentinos han expresado una voluntad de cambio que ya no tiene retorno”) y el sello final, el cántico del público que coreaba: “¡Si, se puede! ¡Si, se puede!” Sin saber si este último slogan fue premeditado, un gesto nacido de lo más profundo de la hinchada o la singularidad de que ese público (comprado) es el mismo que el de Macri.
“Habrá luz al final del camino”, propuso en otro fragmento de su discurso Javier Milei, recordando a la mítica frase de la ex vicepresidenta macrista Gabriela Michetti sobre el túnel y las luces del segundo semestre que nunca impactaron en el bolsillo de las familias argentinas.
El todopoderoso, la corona española y Vaca Muerta parecieran completar el campo semántico implícito de Javier Milei, precursor de la presencia de colonias europeas en el país y el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad y el Ministerio de Defensa Nacional.
Milei también, como sus antecesores políticos, utilizó la teoría de la “pesada herencia”, acusando al kirchnerismo de dejar los peores índices de la historia argentina.
“El gobierno saliente nos dejó plantado una hiperinflación. Y es nuestra prioridad hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe que llevaría a la pobreza por encima del 90% y a la indigencia por encima del 50%. En consecuencia, no hay salida alternativa al ajuste”.
Regle | Siete
Milei citó a Benegas Lynch delante de Boric
No es la primera vez que Milei cita a la familia Lynch en sus intervenciones dialécticas, esta vez con mayor peso simbólico, dado la presencia de su par presidencial Gabriel Boric, entendiendo el histórico posicionamiento de esta familia liberal con respecto a la dictadura de Augusto Pinochet. Lo que nos hace preguntar: ¿por qué fue Boric a esta asunción? ¿Qué es lo que tienen en común ambos mandatarios? ¿Qué tipo de convenios pueden establecer ambos países en materia económica? ¿O los convenios de interés se enmarcan en los Ministerios de Seguridad y Defensa? ¿Cuáles son los convenios que llevarán a cabo, ambos países, para detener el “gen terrorista mapuche”? ¿Boric viene en busca del litio y el gas? ¿O viene en busca de generar una estrategia bilateral para redireccionar el Comando Unificado Patagónico?
A propósito, Milei documentó, citando a Benegas Lynch (h):
“El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, a la libertad, y a la propiedad. Cuyas instituciones fundamentales son: la propiedad privada, los mercados libres de intervención estatal, la libre competencia, la división del trabajo y la cooperación social”.
Es curioso que Milei hablara del “respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo”, cuando ha tenido un discurso de campaña agresivo contra las mujeres, los movimientos de izquierda, los ancianos, los periodistas.
Purra | Ocho
“Las victorias no dependen de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del cielo”
El último dato fue ofrecido al final del discurso, en donde Milei invocó a Dios y a “las fuerzas del cielo” para lograr los objetivos que el poder empresarial demanda. “Las victorias no dependen de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del cielo”.
Milei invocó a Dios y al pueblo judío. En más de una oportunidad ha tomado posición a favor de Israel y comprende que este pueblo está en todo su derecho a defenderse de los “ataques” palestinos, en el actual contexto “bélico”.
El todopoderoso, la corona española y Vaca Muerta parecieran completar el campo semántico implícito de Javier Milei, precursor de la presencia de colonias europeas en el país y el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad y el Ministerio de Defensa Nacional.
No debería resultar redundante afirmar que el futuro en la Argentina es neoextractivo, neocolonial y neoliberal. Una ventana al mundo desde una perspectiva desarrollista rancia, pero con la actualización del modelo con las herramientas del futuro (teniendo a Elon Musk como máximo representante del progreso y la evolución del mundo).
“Confianza financiera”: el campo semántico de la seducción y la represión. Una ventana hacia el dolor y la humillación que verá el mundo.
¿Cuántos ríos habrá que secar para concretar los proyectos faraónicos de esta nueva etapa colonial en Latinoamérica?