El silencio se junta con la soledad que camina a mi lado. Como un árbol aislado, mis ramas languidecen y el tiempo hace temblar mi mirada, buscando la serenidad de unas lágrimas secas de mis ojos cansados. Añoro abrazos y besos, diálogo en la oscuridad de la noche, calor a quien sentir entre mis brazos y manos que acaricien mi piel.
Las arrugas de mi cara se pronuncian quebradas por el arado que no perdona los pasos de la edad marcados.
A veces, en esta nostalgia de un viejo soñador, me embarco con mesura en mis libros buscando tal vez, un rumbo escondido.
Escribir y contar, son la vía de escape de un poeta que busca en sus propios versos, el sonido rasgado del lápiz con el papel, música que se transforma en la única compañía, en palabras que quedan marcadas en la huella de tu vida.
Cuando la noche llega y el día pasa, acurrucado en la almohada, buscas el descanso camino de los sueños o pesadillas que atormentan, esas vivencias que muchas veces no entiendes. Intentas no pensar en nada. El silencio te rodea con tu propio suspiro. Ruidos inciertos en la noche extraña.
Me hace daño a los oídos escuchar el silencio vacío, la llamada ahogada, la luz tenue que una canción olvidada, mi alma vagando en la soledad clara de ese amor que se fue muy de mañana.
Y atento, bajo las sábanas claras de mi conciencia, escucho una canción de un poeta perdido en las estrellas que busca a su amada.
¿Dónde esconde el poeta
los versos perdidos?
¿Qué buscan sus labios
en el cielo escondidos?
Las lágrimas saladas
caen sobre el papel
buscando palabras
que expresan su ser.
Sólo se queda
en el triste umbral
y el otoño alimenta
su sed de llorar,
al ver caer las hojas
marchitas
en el sendero de libertad.
Busca una razón.
una llamada,
una pasión
y una balada,
que hagan de su poesía
resucitar la flor
de la mañana.
Pero preso de su sentir
no encuentra el camino
y angustiado,
un puñal de marfil
se cruza en su destino
con una cruz marcado
que anuncia su fin.
¿Dónde está el poeta
que en la esquina cantaba
alegres melodías
que alegraban el alba?
Con el silencio de sus versos
tocan las campanas,
las flores se marchitan,
los árboles lloran,
las mariposas gritan,
la luna se derrite
y el mar se lamenta.
¿Dónde estás poeta?
Queremos los versos,
tu sonrisa y tu aliento,
el aroma del bosque
que viaja con el viento.
Queremos palpitar
con tus sentimientos
y ser cómplices
de tu atrevimiento.
Pero el poeta calla.
El silencio de su voz
el ruido taladra.
El poeta no contesta,
sueña,
sus versos son para su amada.
Viaja con su mochila
buscando su amor
perdido en la niebla
de una mirada.