Si la humanidad quiere que el planeta no se caliente en exceso se debe “perseverar sin descanso” en tareas de mitigación del cambio climático y los cambios hacia bajas emisiones de carbono, advirtió de nuevo el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, dijo que “ninguna persona ni economía en el planeta está a salvo del cambio climático, por lo que debemos dejar de romper récords indeseables en la emisión de gases de efecto invernadero, en los picos de temperatura mundial y en las condiciones meteorológicas extremas”.
El informe se titula precisamente “Récord batido: las temperaturas alcanzan nuevos máximos, pero el mundo no logra reducir las emisiones (de nuevo)”, y compara las cifras de emisiones de gases de efecto invernadero con las necesarias para contener el calentamiento planetario.
El documento se publicó días antes de iniciarse en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, la 28 Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que pasará revista a los compromisos nacionales y globales para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
El mundo se ha fijado como meta, en el Acuerdo de París de 2015, que para el año 2050 la temperatura media global no exceda de 1,5 grados centígrados sobre los niveles de la era preindustrial (1850-1900), ni de dos grados a finales de la centuria.
“Debemos detener este disco rayado y repetitivo sobre la falta de ambición y de acción. Empecemos a romper otro tipo de récords: en la reducción de emisiones, en las transiciones ecológicas y justas, y en la financiación de las medidas contra el cambio climático”: Inger Andersen.
Pero el reporte del Pnuma muestra la desalentadora cifra de que solo entre enero y principios de octubre de 2023 se registraron 86 días con temperaturas superiores a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.
Septiembre fue el mes más caluroso de la historia desde que se tienen registros, alcanzando una temperatura media mundial de 1,8 grados centígrados por encima de la era preindustrial.
La comunidad científica internacional responsabiliza principalmente a las emisiones de dióxido de carbono (CO2), generadas sobre todo por la producción y el consumo de carbón, petróleo y gas, de metano (CH4), óxido nitroso (N2O) y otros gases.
Las emisiones mundiales aumentaron 1,2 % de 2021 a 2022, que representaron 57,4 gigatoneladas de CO2 equivalente (una gigatonelada: 1000 millones de toneladas), un récord más. En las economías del Grupo de los 20 (G20, industrializadas y emergentes) las emisiones de esos gases aumentaron 1,2 % en 2022.
El Pnuma advierte que, a contravía del incremento constante en esas emisiones, las naciones deben “superar con creces” los compromisos de reducción del Acuerdo de París, si quieren evitar un calentamiento global que va camino a colocar la temperatura global entre 2,5 y 2,9 grados Celsius sobre el marco preindustrial.
Las emisiones previstas de aquí a 2030 deben reducirse entre 28 % y 42 % para alcanzar las metas de no traspasar los umbrales de 1,5 y dos grados centígrados.
Andersen dijo que “debemos detener este disco rayado y repetitivo sobre la falta de ambición y de acción. Empecemos a romper otro tipo de récords: en la reducción de emisiones, en las transiciones ecológicas y justas y en la financiación de las medidas contra el cambio climático”.
Precisamente con la imagen de un disco rayado ilustró el Pnuma su informe “Récord batido”, por ser el decimocuarto de una serie sobre el tema.
El documento aboga por fortalecer la mitigación, es decir, las modificaciones en las actividades cotidianas de las personas y en las actividades económicas, a fin de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
De ese modo, según el Pnuma, se puede avanzar hacia objetivos más ambiciosos para 2035 en la próxima ronda de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, compromisos voluntarios de los países para recortar las emisiones, los cuales deberían presentarse antes de 2025.
Si, por el contrario, se mantienen los esfuerzos de mitigación tal cual como los plantean las políticas vigentes, el mundo limitará en este siglo el calentamiento global a tres grados por encima de los niveles preindustriales.
António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, dijo a la vista del informe que “sabemos con seguridad que todavía somos capaces de lograr frenar el calentamiento a 1,5 grados. Este objetivo requiere eliminar de raíz la nefasta causa de la crisis climática: los combustibles fósiles”.