Por: J. Ignacio «Iñaki» Chaves G.
Se ha ido el filósofo de la liberación de nuestra América
La historia del continente latinoamericano no sería la misma sin él y sin sus aportes al pensamiento crítico y liberador. Gran parte de la lucha por liberación de Abya Yala la han encarnado pensadores de la talla de Paolo Freire, desde la pedagogía; Luis Ramiro Beltrán, desde la comunicación; Ernesto Cardenal, desde la teología, y el propio Enrique Dussel desde la filosofía.
El filósofo argentino (Argentina, 24 de diciembre de 1934 – México, 5 de noviembre de 2023) me ha acompañado durante mis años de estudiante y de docente. Sobre todo, con su libro 1492. El encubrimiento del otro. Un texto paradigmático para afrontar y entender la otra realidad de aquel mal llamado ´descubrimiento` y lo que supuso para estas tierras esa entrada violenta en la modernidad. La última vez hace apenas un mes para volver a gritar que no había “Nada que celebrar, ni por la llegada de Occidente a Abya Yala ni por la situación general del mundo y sus moradoras. En nuestra América no hay celebración, sino denuncia de una colonización que todavía perdura”.
Recordar sus Siete ensayos de la filosofía de la liberación, pensamiento que “desempeña la función de fundamentación filosófico-metafísica y ética del giro decolonial”, con los aportes de una novedosa y recién añadida Estética de la Liberación para una reafirmación de la vida y de la alegría de vivirla.
Dussel también escribió sobre esa Teología de la Liberación que naciera para sustituir a la teología del desarrollo cuando se constató que el problema de nuestra América no era el desarrollo, o no sólo, sino la liberación, que podría abrir las puertas a las otras identidades y a los otros pensamientos para romper las cadenas impuestas desde el rito de la modernidad iniciado en 1492.
En las palabras preliminares a la primera edición de Filosofía de la Liberación, editada en México en 1976 por el Fondo de Cultura Económica, escribía “este marco teórico-filosófico o conjunto de simples tesis para permitir pensar de un cierto modo, quisiera iniciar un diálogo mundial de la filosofía sur-sur y sur-norte, es decir, desde un horizonte global. […] Filosofía de la Liberación, filosofía posmoderna, popular, feminista, de la juventud, de los oprimidos, de los ´condenados de la tierra`, condenados del mundo y de la historia”.
Y en la edición publicada treinta años después, en las nuevas palabras preliminares, advertía que “esta obra hay que leerla como el anuncio desde el pasado de muchas catástrofes que pudieron evitarse, pero que por desgracia han continuado hasta el presente. De no corregirse el rumbo en el corto plazo todo esto conducirá a la extinción de la humanidad y de la vida en la Tierra, fenómeno de fondo que ya es anunciado pro aumento gigantesco de la pobreza en el sur (y también por la desocupación estructural en el norte), que nos mueve a continuar cultivando la tradición de la Filosofía de la Liberación como pensamiento crítico radical desde la alteridad de muchos rostros oprimidos y excluidos: los de las mujeres, de las razas no blancas, de los ancianos y los niños, de los marginales y los inmigrantes, de los obreros y los campesinos, de los indígenas y las culturas negadas, de los países periféricos del capitalismo trasnacional globalizado, de las generaciones futuras que recibirán una Tierra destrozada… tantos Otros y Otras silenciados e invisibles, más allá del horizonte del ser occidental, blanco, machista, burgués, que domina el mundo a comienzos del siglo XXI”.
Certero, profético y actual, Dussel dedicó su vida y su obra a la enseñanza y la búsqueda de esa LIBERACIÓN que incluyera, como reza en la dedicatoria de la citada obra, “A los pueblos periféricos que vencen el fratricidio. A las mujeres campesinas y obreras que luchan contra el uxoricidio. A la juventud del mundo entero que se rebela contra el filicidio”.
Gracias, maestro, por todo el conocimiento compartido.