Por Gabriel Parnisari
Este domingo evidentemente en Argentina se produjo mucho más que una derrota electoral o una derrota política, fue esencialmente una derrota cultural.
Se impuso la violencia, el individualismo, el egoísmo, los anti-valores sobre valores que tienen que ver con el respeto a las diversidades, a los Derechos Humanos, a las minorías. Valores que tienen que ver con la no violencia, la no discriminación, el cooperativismo y indudablemente que tenemos que reflexionar acerca de por qué toda la ciudadanía hace un suicidio colectivo votando a lo peor de la condición humana, votando propuestas que son indignas para cualquiera.
Un presidente americano, Bill Clinton, decía “es la economía estúpido”. Sin duda tenía razón. Parece ser que en los tiempos que corren el único valor que quedó en pie es el valor del dinero y todo lo demás pasa a estar en segundo plano y se ha agotado un modo de hacer política, se ha agotado un modo de relacionarse en el territorio.
Hoy los militantes necesitan herramientas de fortalecimiento personal, hoy los militantes necesitan trabajar para la transformación social y personal simultánea. Necesitamos mejorarnos por dentro, necesitamos ser más eficaces en la propuestas de paz, de no violencia, no discriminación. En propuestas que tengan que ver con igualdades de oportunidades para todos, tenemos que hablar con palabras sencillas que lleguen al corazón de la gente buena.
Tenemos que transformar esta cultura estúpida y violenta en una cultura por la no violencia activa.