En tiempos de confusión y violencia desmesurada buscamos respuestas que puedan liberarnos de las prisiones mentales a las que nos conducen semejantes atrocidades humanas. ¿Cómo afrontar el horror desmesurado del ataque de Hamás a Israel? ¿Cómo y en qué contextos entender los actos de violencia de ambos bandos? El artículo: «La brújula del duelo», escrito por la filósofa y catedrática Judith Butler con motivo de los recientes ataques de Hamás a Israel, plantea una salida, una liberación que abre paso a modificar desde la postura de la no-violencia cualquier acto que atente contra la humanidad, los bandos y las representaciones relativistas que las actuales estructuras de poder representan.
Me gustaría centrarme brevemente en 5 de los puntos que la pensadora apunta en su relato:
- La no-violencia como solución a todo conflicto
- Los bandos
- Apelación a la visión relativizada de los medios de comunicación
- El colonialismo como visión de dominación entre pueblos
- La no perpetuación de las estructuras de poder actuales
La no-violencia como solución a todo conflicto
La autora plantea la no-violencia como solución a todo conflicto humano y como política de un mundo habitable. “Hamás ha dado una respuesta atroz y terrorífica …, pero hay muchas otras maneras de responder”.
“Si Hamás se disolviese o fuese sustituido por grupos no violentos que aspiran a la convivencia, podríamos participar en la lucha por una Palestina libre”.
“Defiendo que las luchas de liberación que practican la no-violencia ayudan a crear el mundo no violento en el que todos deseamos vivir”.
Los bandos
Ligado a sus aspiraciones de políticas no violentas y de extender la mirada más allá de situaciones relativistas, Butler propone en diversos fragmentos el no posicionarse en un bando o en otro. La situación puntual, la evolución histórica, la visión sensacionalista de los medios y los apoyos de los países e ideologías a unos u otros caen en el error de posicionarse a favor de unos en detrimento de otros. Más allá debería existir una empatía por todo ser humano.
“¿Qué tendríamos que decir y hacer, en cambio, si nuestra moral y nuestra política no se parasen en el acto de condena? ¿Y si continuásemos, a pesar de todo, interesándonos por la pregunta de qué formas de vida podrían liberar la región de una violencia como esta? ¿Y si, además de condenar los delitos gratuitos, quisiésemos crear un futuro en que este tipo de violencia ya no se produjese? Es una aspiración normativa que va mucho más allá de la condena momentánea.”
“Quizá los límites ampliados del duelo puedan contribuir a un ideal substancial de igualdad, que reconozca la igualdad del duelo de todas las vidas, y que nos lleve a protestar porqué aquellas vidas no se tendrían que haber perdido, que merecían vivir de nuevo y ser reconocidas, en igual medida como vidas”.
Apelación a la visión relativizada de los medios de comunicación
El actual marco de los medios de comunicación no permite un debate donde se plantee una situación histórica del conflicto, mostrando así representaciones relativas y con imágenes sensacionalistas fragmentos de cualquier hecho que derivan en formar una opinión pública a medida de dichos medios.
“Una de las razones a estas desesperaciones (refiriéndose a las desesperaciones de la gente que mira las carnicerías en los medios de comunicación) es precisamente que miran los medios de comunicación y viven el mundo sensacional e inmediato de la indignación moral absoluta”.
“Los medios de hoy en su mayoría, no explican los horrores que viven los palestinos desde hace décadas, los bombardeos, los asesinatos, los ataques y las detenciones arbitrarias”
El colonialismo como visión de dominación entre pueblos
La situación pone una vez más en evidencia la historia de la violencia colonial. El marco racista entre los llamados «civilizados» y los llamados «animales», entre colonizadores y colonizados. El deseo de liberación y autodeterminación del pueblo palestino a liberarse del dominio colonial de Israel y su violencia militar se ve reducido.
“Ni tan solo podemos plantear el debate entre saber si la opresión militar sobre la región es colonialismo o apartheid racial”.
La no perpetuación de las estructuras de poder actuales
El deseo de vivir en liberad y no violencia se entiende como una posibilidad que se opone a la normalización del dominio colonial y por tanto de las estructuras actuales, en aras de imaginar que no pueden perpetuarse indefinidamente.
“Algunos de nosotros tenemos que aferrarnos ferozmente a esta esperanza y negarnos a creer que las estructuras que existen hoy existirán siempre. Por eso necesitamos a nuestros poetas, a nuestros soñadores, nuestros locos indomables, todos aquellos que saben movilizarse”.